Sin un cuerpo de intelectuales que le sirva de club de protección y organizador de marchas, como sí pasó con el INE, el INAI ha emprendido una resistencia activa consistente en circulación de -justamente- información sobre lo que se pierde si López Obrador se sale con la suya al presentarlo como un mero gasto y no como un contrapeso al poder del Ejecutivo
El Instituto Nacional de Transparencia continuó este domingo con su resistencia activa ante un embate presidencial que hasta ahora lo ha dejado inoperante para el nucleo de su quehacer: obligar a que las instancias de gobierno entreguen información a los ciudadanos aunque no lo deseen. Eso es algo que sólo el pleno del INAI puede hacer.
La resistencia activa está constituida por lecciones que bien pueden ser para el populista presidente de México, quien se empeña en presentar instituciones de contrapeso a su poder como un gasto inútil (algo atractivo hasta ahora para un ciudadano medio); la comisionada presidenta Blanca Lilia Ibarra Cadena señaló este fin de semana que la labor del INAI no puede ser absorbida por la Auditoría Superior de la Federación o la Secretaría de la Función Pública, como quiere el ejecutivo, porque el diseño institucional del órgano garante nacional atiende no solo cuestiones relativas a la ley transparencia, aplicable al Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a partidos, sindicatos, organismos autónomos, fondos y fideicomisos públicos, sino también las relacionadas con las leyes de protección de datos personales en los sectores público y privado, como lo es la capacitación de los sujetos regulados de la iniciativa privada.
La pérdida, si desaparece el INAI, es doble: se pierde a un árbitro que no está subordinado a uno de los poderes que deben ser monitoreados y se pierde la protección a datos personales en instancias públicas y privadas.
El presidente, en efecto, es miope ante esa situación, algo que con prudencia le hizo ver Irma Eréndira Sandoval (ex encargada de Función Púbica) a López Obrador. Por supuesto, el Presidente se lo tomó a mal entonces como ahora.
La comisionada presidenta señaló: “No contamos con el quórum completo para poder sesionar, pero sí con un ánimo, una fuerza y un férreo compromiso de no fallarle a la sociedad mexicana (…) a veces se cree que las tareas del Instituto podría hacerlas la Secretaría de la Función Pública o la Auditoría Superior de la Federación, pero esta actividad (de capacitación), entre muchas más que lleva a cabo, de ninguna manera podría ser absorbidas por éstas o por otras instancias”.
En tanto, el comisionado Adrián Alcalá Méndez, Coordinador de la Comisión de Capacitación y Cultura, afirmó que el INAI está viviendo momentos difíciles ante la falta de quórum para celebrar las sesiones del Pleno, por ello, invitó a representantes del sector privado, capacitados en el marco del Programa Aliados, a sumarse a la causa desde sus respectivas trincheras, para exigir que se respete la Constitución y evitar que México se quede sin un órgano garante de estos dos derechos.