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Ahí están todas ellas blancas con rojo, como vaquitas de metal, alineadas en los imaginarios pesebres de plazas, camellones o avenidas de la ciudad. Flamantes, importadas del viejo mundo, desdeñadas y sin clientela; sin nadie para mover sus pedales; esperando la llegada de las lluvias para cumplir su inexorable destino de chatarras oxidadas.

“Eco bici”, se llama el oneroso e importado programa gracias al cual hoy tenemos estacionamientos y oferta de bicicletas a donde pocos acuden, pues en sus mejores momentos ha habido (dice la información del GDF) mil usuarios registrados, lo cual es todo un record para una zona metropolitana con casi 18 millones de personas.

Pero la forma como esto ha sido presentado omite considerar la posibilidad de comparar los depósitos callejeros con “instalaciones” simétricas y repetitivas de Gabriel Orozco. Cuando ya no sirvan para nada las podrá colgar como ballenas de la techumbre del Palacio de los Deportes, por ejemplo.

Por lo demás, el anuncio del GDF es verdaderamente de risa loca. En el portal del GDF, bajo la firma de “Redacción Onda Verde” (por lo visto OA no revisa las cosas) , aparece este texto:

“ECOBICI llegó para quedarse. Finalmente hoy (16 de febrero de este año) y luego de meses de preparativos, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard y la secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal, Martha Delgado dieron el banderazo de salida a la primera etapa de este sistema de transporte individual que seguramente se convertirá en toda una moda entre los capitalinos (¿lindo, no?).

“En una ceremonia acompañada de funcionarios, embajadores, ONG´s y personalidades del deporte como el corredor Mario Domínguez y muchos periodistas, se dieron buenas noticias…”

De acuerdo con estos iletrados las ceremonias se acompañan de funcionarios, embajadores y demás. Vaya pues, uno creía ver participantes en las ceremonias, no acompañantes suyos como chambelanes, ¿no?) Pero sigue el rollo verde:

“En su presentación, la secretaria del Medio Ambiente del DF, Martha Delgado, informó que ya se estaban trabajando las modificaciones al reglamento de tránsito para darle mayores derechos a los ciclistas (se “estaban”, pero ya acabaron de “estar” ¿o cómo?); darles prioridad y endurecer las medidas contra los automovilistas que no respeten a quienes van en su bicicleta (¿nomás a quienes van en su bici?; ¿a quienes van en la del GDF sí se les puede arrollar sin medidas endurecidas?).

“Además, afirmó el jefe de Gobierno (MEC), será el medio de transporte más barato en la ciudad, ya que su costo anual es de 300 pesos y echándole números (pues si es echarle número a “pata” sale más bara, bara), su costo diario es de 82 centavos, que si lo comparas con un litro de gasolina que te gastas en 3.5 kilómetros que representan un recorrido corto, pues gastas 7 u 8 veces más dinero que por un viaje en bicicleta que adicionalmente mejora tu salud, aumenta tus endorfinas (aguas con la vialidad hormonal) y te hace más feliz (a cada pedalazo usted escucha la Oda a la Alegría de Beethoven o por lo menos una canción de Cepillín); no contamina y protege el (al) medio ambiente”.

Tan ramplona forma de hacer cuentas sería cierta si el usuario de la “marcebici” dispusiera de ella todo el día y no hubiera días sin lluvia, pero no es así. Nomás se la prestan un ratito chico no muy grande (sin albur).

Pero además de todo el absurdo del ciclismo urbano (cuya utilidad deportiva y recreativa nadie discute tampoco) en una ciudad tan grande y compleja como ésta, donde es necesario cerrar avenidas para el paseo dominical (a lo cual nadie se opone, pues es un día de descanso) no halla el gobierno capitalino mejor “embajador” para promover la bici, sino Mario Domínguez como leímos líneas arriba, quien llegó a destacar en la medianía de las clasificaciones del automovilismo deportivo; o sea, la negación del ciclismo.

Y ya no digamos su desempeño cuando cobró 500 mil papeles por convertirse en un represente de la ciudad para una competencia en la cual ni siquiera clasificó y le prestó el “mono” (tampoco es albur) a otro piloto, éste español, quien llegó a la cola de la carrera pero con el logo de la ciudad con el Ángel.

Y ya si queremos ahondar en la trayectoria de este piloto (será de calentador) pues recordemos esta información publicada en los diarios nacionales en agosto del 2008:

MÉXICO, D.F.(SUN).- El piloto de carreras Mario Domínguez mostró sus cualidades de corredor al chocar contra un taxista y huir para volver a chocar con otro, tan sólo para no pagar el primer daño que ocasionó y que era de 200 pesos, según el propio afectado. El llamado Embajador de Turismo y Deporte de la Ciudad de México fue perseguido por varios taxistas y dos patrullas, que lograron detenerlo porque el piloto volvió a impactarse contra otro taxi y lesionar al pasajero.”

Como la ciudad no tiene un himno, pues don Salvador Morlett les podría prestar aquella famosa “polka corrida” llamada “Las bicicletas” con acompañamiento de salterio con manubrio.

MANLIO

Pero si todos anduviéramos en bici el senador Manlio Fabio Beltrones no habría enviado ayer este comunicado de prensa:

“El alza a la gasolina y el diesel lastima a la gente y se suma a los efectos de la crisis económica en el ingreso y el poder adquisitivo de la mayoría de la población, ante una inflación galopante que ya alcanza un incremento anual de 4.8%… el afán recaudatorio del gobierno federal parece insaciable; primero fingen un boquete fiscal de 323 mil millones de pesos para justificar un alza en los impuestos y ahora siguen incrementando el precio de la gasolina y diesel, y pretenden seguir haciéndolo durante todo el año a pesar de que en forma inexplicable el precio de la gasolina Premium resulta ser mayor que en algunas ciudades fronterizas de los EU”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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