Uno de los primeros nombramientos del presidente de la República fue el del ministro de la Suprema Corte de Justicia, Juan González Alcántara quien a los pocos días de llegar a su cargo me dijo: no niego al señor presidente, pero mi labor como ministro estará siempre apegada a la justa interpretación constitucional.
González Alcántara había sido acusado a priori, de sumisión hacia el Ejecutivo como una forma de agradecer su actual puesto. No ha sido así. El ministro desechó el recuso de inconstitucionalidad planteado por el Congreso de Tamaulipas, pero una cosa es no controvertir la inherencia del texto constitucional (hacerlo resulta notoriamente improcedente) y otra, confundir el rechazo de una controversia con el artículo sobre el cual se sostiene toda la argumentación tamaulipeca y de la Suprema Corte.
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Para comprender cómo el gobierno está jugando al Tío Lolo con esto del fuero de García Cabeza de Vaca, nos deberíamos plantear varias preguntas muy sencillas.
–¿Por qué tiene fuero este señor?
–Porque es gobernador de un estado de la federación y lo protege el artículo 111 de la Constitución.
–¿Y por qué es gobernador?
–Porque ganó las elecciones.
–¿Y eso que significa?
–Que la soberanía del pueblo de Tamaulipas, le confirió el cargo.
–¿Y quien se lo puede quitar?
–Solamente el pueblo del estado libre y soberano de Tamaulipas,
–¿Y dónde está ese pueblo?
—Esta representado en el Congreso estatal, ante el cual tomó posesión de su cargo. Si no, no sería gobernador ni tendría fuero ni estaríamos hablando de todo esto.”
Este diálogo no ha pasado por la cabeza de quienes a fuerza quieren sacar de Ciudad Victoria a Cabeza de Vaca.
Total, si sus crímenes son tantos y tan evidentes, no le hace nada grave a la justicia esperar el fin de su encargo, aguardar a las puertas del Congreso, cuando le entregue el mando a su sucesor y aprehenderlo en cuanto pise la banqueta. O antes.
El texto constitucional sobre cuya interpretación el gobierno federal observa lagunas o interpreta a su conveniencia, dice nada más:
“…Para poder proceder penalmente por delitos federales contra los ejecutivos de las entidades federativas, diputados locales, magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia de las entidades federativas, en su caso los miembros de los Consejos de las Judicaturas Locales, y los miembros de los organismos a los que las Constituciones Locales les otorgue autonomía se seguirá el mismo procedimiento establecido en este artículo, pero en este supuesto, la declaración de procedencia será para el efecto de que se comunique a las Legislaturas Locales, para que en ejercicio de sus atribuciones procedan como corresponda”.
Y el ejercicio correspondiente de las facultades constitucionales del congreso de Tamaulipas se ha inclinado por considerar improcedente la declaración de procedencia de los diputados federales, y por eso ha controvertido la decisión.
Para esa soberanía (como se dice en los discursos), proceder como corresponda no significa sumarse dócilmente a la determinación del partido mayoritario en la asamblea de San Lázaro ni a los erróneos criterios del diputado moreno, Ignacio Mier.
Ya sabemos, Mier, da mucho para pensar.
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Por eso vino todo este enredo cuya madeja estaba bien enrrollada, pero no le conviene a la 4-T la independencia del Congreso de Tamaulipas, como tampoco le convino jamás la insumisa actitud de García Cabeza de Vaca, quien a lo mejor buscaba –con el fomento al Bloque Federalista–, este choque constitucional para disfrazar todas las añejas acusaciones en su contra.
Nadie lo sabe de cierto pero en Morena saben tan bien estas cosas, como para haber planteado desde hace meses (lo hizo la diputada Reyna Celeste Ascencio Ortega) “una iniciativa de reforma a la Constitución (Expansión), para impedir que los congresos estatales puedan decidir sobre el desafuero de gobernadores y de otros funcionarios locales.
Si el Congreso de Tamaulipas no tuviera facultades legales para frenar el desafuero, ¿por qué entonces le querían. Quitar esa facultad?
Sabían y saben bien cómo están hechas las leyes.
Y no, no hay lagunas. Aunque algunos tienen algunas.
UACM
Lo usan como lema en la más “gansito” de las universidades “patito” del país: la de la Ciudad de México. Nada de lo humano me es ajeno.
El presidente citó esa frase ayer en su defensa ante los muertos del metrazo. Por fortuna no la dijo en latín:
«Homo sum, humani nihil a me alienum puto» . Se habría enojado la FIFA.
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