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Hoy vemos cómo se revuelve el polvo del tiempo.

El ejemplo mágico, casi probatorio de la imaginaria audacia nacional personificada en un mítico nombre,“Pancho Villa ha sido el único invasor del suelo estadunidense”, regresa en parte, como si con ese ejemplo pudiéramos voltear la historia y regresar a los límites territoriales de 1840.

En esas palabras parece cifrarse el subconsciente reivindicatorio y el secreto anhelo de cambiar una relación dispareja de origen y visible a lo largo de los años. Todo cabe en una palabra: “Columbus”, pero no por el incomprendido ataque villista, sino principalmente por el histórico e incontenible tráfico de armas de EU a México.

Si la incursión de 500 o 600 furiosos dorados en marzo de 1916 con su secuela de asesinatos e incendios tuvo como motivo (no el único, por cierto) capturar al traficante de armas Samuel Ravel, quien le habría robado dinero a Villa, hoy esa misma circunstancia se repite en Nuevo México y más allá.

Pero ahora no es un mercenario del comercio armamentista el punto central de la historia.

Hoy el tráfico de fusiles de asalto (como en los tiempos del Mauser, por ejemplo) le toca al gobierno de Estados Unidos en su mejor papel: la simulación, el falso combate al delito mediante la comisión del delito; la infiltración de espías y agentes en suelo mexicano con la complacencia y gratitud de un gobierno atado de manos hasta para protestar cuando las cosas se salen de control y llegan a los ojos de la opinión pública de allá, pues la de aquí (preocupada por un tsunami a 8 mil kilómetros de distancia) poco importa.

El gobierno de Estados Unidos lanza un anuncio como para disminuir la gravedad de las cosas y reubicarlas en su ámbito local, con un incidente interno: las autoridades de Columbus han sido pilladas en una larga serie de irregularidades y corruptelas, todas ellas relacionadas con el asunto mayor: las operaciones fallidas de la AFT, de cuyo número de agentes aquí ya se nos habla. Si no le gusta la sopa, plato doble.

El viernes 11 las agencias nos regalaron esta información:

“El alcalde, el jefe de la Policía y un regidor de la comunidad fronteriza de Columbus, Nuevo México, fueron acusados ayer de participar en una red de tráfico de armas de fuego, informó el procurador federal en ese estado, Kenneth J. González.

“En un comunicado emitido horas después del arresto de los tres funcionarios, el procurador informó que junto con ellos fueron detenidas otras siete personas acusadas de integrar un grupo delictivo que adquiría y contrabandeaba armamento.

“El alcalde Eddie Espinoza, de 51 años; el jefe de la Policía, Angelo Vega, de 40 años, y el regidor José Blas Gutiérrez, de 30, enfrentan diversos cargos por tráfico de armas, los cuales fueron presentados por el Gran Jurado de Nuevo México”.

Esa información se generó en un ambiente crispado por la postura supuestamente ofendida del gobierno mexicano, quien como el marido cornudo fue el último en saber cómo le metían las armas por debajo de la cama mientras soñaba con la “Iniciativa Mérida”.

“No sabíamos nada”, dijo la siempre enterada Procuraduría General de la República.

Ese mismo viernes, como quien deja caer un pañuelo a la alfombra, la embajada de los Estados Unidos quiso poner fin a una discusión y envió un comunicado oficial cuyo texto es un monumento al cinismo y la manipulación. Sí sabían bueno sabían de la operación furiosa y rápida, pero no de sus alcances internacionales; conocían de ella en territorio americano (como si eso le sirviera de algo a los mexicanos); hasta los invitamos a ver el castigo a de los felones.

Esto dice la gente de Pascual:

“Debido a la atención que se ha dado a este tema, la Embajada de los Estados Unidos en México desea hacer del conocimiento público la siguiente aclaración. Los paréntesis son míos:

“No hay contradicción entre el comunicado del gobierno mexicano (no sabíamos nada) y la información proporcionada por los Estados Unidos (sí sabían) con respecto a una operación denominada “Rápido y Furioso” que desmanteló una importante banda de traficantes de armas (ellos eran los instigadores). La operación se realizó en territorio estadounidense (y en suelo mexicano también) y tuvo como resultado el arresto de 20 acusados el 25 de enero de 2011”.

Aquí viene la primera mamila gringa: la operación “Rápida y furiosa” fue descubierta por el uso de las armas cobijadas por ella e introducidas a México, una de las cuales fue usada parea asesinar a Jaime Zapata, además del uso de otra –allá–, en el crimen contra Bryan Terry. Eso motivó la confesión de John Dodson, el agente gringo del AFT en la televisión americana quien dijo:

“…estoy aquí en Phoenix para decir lo que hemos hecho cada día desde que estoy aquí. Díganme ahora que no hice las cosas que me ordenaron hacer, díganme que no hice lo que hice”.

Esta declaración forma parte del trabajo presentado por CBS Noticias el 4 de marzo.

“Después de los arrestos del 25 de enero (sigue diciendo el boletín de la embajada), surgieron informes alegando que la operación podría haber incluido la transferencia de armas de los Estados Unidos a México. El Procurador de Justicia Eric Holder ha solicitado una investigación. Él ha dicho inequívocamente que tales acciones, de ser ciertas, “no serían aceptables” (¿por parte de quién vendría esa inconformidad y a dónde nos llevaría?). Afirmó también que ha dejado esto en claro a los fiscales y a los agentes a cargo de la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos).

“El Gobierno de México ha declarado que “no ha tenido conocimiento de la existencia de un operativo que incluyera el trasiego o tráfico controlado de armas a territorio mexicano”. Las sesiones informativas que tuvieron lugar entre oficiales de la ley de los Estados Unidos y de México se concentraron en operaciones en territorio estadounidense para desbaratar operaciones de tráfico de armas.

“La supuesta transferencia de armas a territorio mexicano es, en estos momentos, sólo un alegato (o sea, una suposicióin improbable, según ellos). El Procurador Holder ha puesto en claro que toma “tales alegatos con seriedad”. Dijo textualmente: “es por esta razón que he solicitado al Inspector General que realice una investigación sobre esto…”

De acuerdo con ese tramposo texto, la realidad no va más allá de un alegato. ¿Por qué se usa la palabra alegato?

En inglés “Allegedly” no significa alegato ni discusión; como podría suponerse con la mala traducción de “alegar” como sinónimo de insistir en una idea tal sucede en ciertas acepciones mexicanas. Como adverbio en inglés quiere decir (Appleton Cuyas) “…según se afirma, según se pretende, (gen). Insinuando qué sin razón”. Una presunción, pues.

En esas condiciones el comunicado gringo de antemano condena la postura mexicana a la sinrazón. Ustedes fueron informados de los alcances locales de una operación interna (¿de cuando a acá?, ¿a poco nos dicen de todas sus actividades?) lo cual automáticamente convierte la operación F&F en una fantasía, una leyenda urbana, un cuento, un juego.

Y lo peor del caso, el gobierno les va a aceptar la fantasía, el pacto de espejos. Y se van a quedar todos tan contentitos.

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Especialistas en la simulación y el manejo de la oportunidad, “timing”, le llaman ellos, los gringos le devuelven el zape al presidente Felipe Calderón quien tuvo la inusual ocurrencia de hablar ante los medios de allá sobre el embajador Carlos Pascual, quien se ha referido a él y a su gobierno en términos poco respetuosos y su disgusto y su alegría si lo viera removido del cargo.

Pero al poco tiempo aparece el documento de “Wikileaks” en cuyo texto manifiesta Pascual su diagnóstico sobre el panismo: la grisura, con el agravante de la convocatoria presidencial para hallar fuera de la cuadra escuálida, un candidato más o menos presentable.

Eso ya calienta. Lo malo es el tono de la respuesta panista, ponen a contestar a quienes nada más confirma la cromática y neutra opinión de Pascual quien pasa de pronto de especialista en estados fallidos, a conocedor de partidos y caballadas fallidas.

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El apellido Sisniega esta hondamente relacionado con el ajedrez en México.

Como todos sabemos en las escuelas de escaquística se le da mucha importancia a los aspectos defensivos, casi tanto como al juego de la dama. Pero cuando alguien no sabe jugar se dice de él, es un vulgar “empujamaderas”. Como el “ponefichas” en el dominó.

En Cuernavaca la regidora Vera Sisniega (como sabe medio mundo) tiene un profundo diferendo con el alcalde Manuel Martínez Garrigós quien es capaz de tropezarse con su propia sombra y no darse cuenta.

El viernes pasado el munícipe trató de avanzar en su tablero mediante una forma defensiva superior a la aplicada en 1912, en Budaest, por el campeón Alejandro Alekhine. Esta es una jugada audaz, en la cual el caballo de la dama tiene mucha importancia. En esta suya no.

En su juego personal el alcalde morelense inició una defensa heterodoxa, la defensa conyugal. Esta consiste en permitirle a su esposa publicar una carta a la regidora incómoda en la cual le habla (obvio) linduras de su marido y la conmina a una lealtad ilusoria.

La regidora, a quien los colaboradores del edil han hostigado y amenazado, le contesta con una misiva elegante y los hace caer en un gambito de dama:

“Tras leer tu carta (le dice a doña María, esposa de Martínez) , reafirmo lo que siempre he pensado, tú eres lo mejor de Manuel Martínez Garrigós”.

Hasta los amigos del alcalde le preguntan cual fue la finalidad meter a su señora en esos enredos. Ni Martita y Vicente lo harían peor.