“Testigos de lo ocurrido señalan que la balacera duró cerca de media hora, en las cuales se escucharon cientos de detonaciones y varias explosiones, posiblemente con el uso de granadas de fragmentación”.

Muchos lo han dicho: los tiempos cuando la nota roja era sección aislada, han pasado para siempre. Hoy la letra escarlata, la sangre derramada, la muerte son el único color de cualquier página de cualquier diario.

Si la frase de Hegel resulta aun vigente en cuanto a la lectura del periódico como la oración matutina del hombre contemporáneo, hoy ya no se trata de un fervor nada más, sino de un prolongado responso frente a la muerte (el rayo) incesante, como diría Miguel Hernández.

Veamos:

“El secretario general del Partido Acción Nacional en Guerrero, Braulio Zaragoza Maganda Villalva, fue asesinado a balazos ayer por la mañana en Acapulco, en el restaurante del hotel El Mirador, ubicado en el fraccionamiento Las Playas, en la zona de La Quebrada (muy cerca, por cierto de la casa de Diego Rivera con una escalera al mar tan celebrada en el hermoso poema de Carlos Pellicer, pero no es momento para evocaciones poéticas.)”.

“Los primeros reportes indican que fueron tres personas las que dispararon en contra del político, de 35 años de edad”.

“El Ministerio Público del sector de Barrios Históricos de Acapulco indicó que, según las primeras investigaciones, el dirigente local panista fue atacado por la espalda al momento de intentar correr de su agresor”.

“Al lugar arribaron elementos de las policías Ministerial, Federal y Estatal, quienes acordonaron la zona e iniciaron la búsqueda del o los responsables de la agresión. El cuerpo del dirigente del blanquiazul fue ingresado al Servicio Médico Forense (Semefo), luego de las primeras diligencias de ley”.

Pero también de Guerrero viene esta otra información terrible:

“… Policías municipales de Iguala y un grupo de sujetos armados dispararon contra autobuses de pasajeros donde viajaban normalistas, además de disparar contra otros tres vehículos, entre estos el camión en el que se trasladaban los jugadores del equipo de futbol de tercera división de Guerrero, ‘Los Avispones de Chilpancingo’”.

En los hechos murieron seis personas en cuatro diferentes momentos: dos normalistas, dos integrantes del equipo de futbol, una mujer que viajaba en un taxi de ruta Iguala-Chilpancingo y un hombre que fue encontrado desollado, que vinculan con los estudiantes”.

Y de las tierras del norte, de Chihuahua, llega este otro despacho. A veces las columnas se escriben solas:

“…Un enfrentamiento entre dos presuntos grupos delictivos dedicados al cultivo de enervantes dejó un saldo de 11 personas muertas, informó la Fiscalía General del Estado”.

“De acuerdo con la dependencia, la noche del viernes un número indeterminado de hombres armados, pertenecientes a bandas criminales antagónicas, se enfrentaron a tiros en calles del poblado de Tonachí, municipio de Guachochi, un paraje situado en una zona de difícil acceso por lo escarpado del terreno”.

“En el lugar se recolectaron más de mil casquillos percutidos de diversos calibres, en su mayoría de balas de rifles de asalto. La Fiscalía precisó que cuatro de los fallecidos fueron calcinados al interior de sus vehículos”.

“Testigos de lo ocurrido señalan que la balacera duró cerca de media hora, en las cuales se escucharon cientos de detonaciones y varias explosiones, posiblemente con el uso de granadas de fragmentación”.

Lo dicho, no vale nada la vida, la vida no vale nada…

rafael.cardona.sandoval@gmail.com

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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