Nadie sabe cómo fue, pero la vacuna fantasma recorre el mundo. Ni siquiera tuvo la firmeza visual de un placebo, no. Fue nada Más una simulación, un acto teatral, una farsa, una mano diestra, como de mago de carpa, cuya aguja –¿llena o vacía, con agua o coin vacuna?–, apenas dibujó un pequeño puntito en el hombro del paciente.

Y con la sagrada oportunidad de lo casual, el indiscrteto ojo d un teléfono inteligente registró el momento. Nadie se hubiera dado cuenta si no fuera por las “benditas redes sociales”, ahora maldecidas por haber apuntado en contra.

Lo más evidente es lo excepcional. El periodismo y las noticias son así.

Puede haber un millón de perros, pero si sólo uno de esos tiene cinco patas, ese llamará la atención, se hará famoso, recorrerá los circos del mundo, como esta única –dicen–, vacuna fantasmal y vacía cuya existencia (dice el Señor Presidente) es aprovechada por los medios conservadores para golpear a su gobierno, siempre en esa lógica de la conspiración universal.

O algo más grave, pudo haber sido un montaje, dice, porque él conoce “a un periodista y un canal de televisión que era especialista en montajes” y por eso, no les tiene confianza.

Y eso también es obvio. Los errores del adversario son pastura para los potros del descontento. Ya se sabe y se practica desde todos los partidos y a todas horas.

Por eso ahora el Señor Presidente anuncia, vedas electorales o no, con restricciones temáticas o sin ellas, su decisión, su ya frecuente hábito  de intervenir para corregir a los medios, para replicarles, para corregirlos, para presentar su verdad, su punto de vista y de paso convertir el asunto en preocupación de Estado.

Bien lo podría haber aclarado el señor secretario de Salud, don Jorge Alcocer, si no hubiera estado durmiendo la siesta o el vocero de la epìdemia el tal “Gatinflas”, pero como eran los últimos dìas del feriado de Semana Mayor, quien sabe si hubiera estado disponible de tiempo completo.

“... Si los medios siguen -como lo han hecho- cuestionándonos, casi todos, pues yo voy a estar aclarando.

“Ahora que se están vacunando a los adultos mayores, que es una cosa yo diría buena, noble, es una actitud humana, los medios, El Universal y todos, la radio y la televisión…

“A ver si mañana sacamos un…

“Así como lo hicimos cuando dijeron que el aeropuerto había costado tres veces (más), resulta que hay un caso en donde están poniendo una inyección, un caso, se han aplicado aquí en la Ciudad de México donde fue este incidente como un millón 200 mil vacunas. Entonces, de repente un caso lo vuelven nota nacional.

–¿No le parece grave?,le preguntaron.

Y respondió:

— No, lo que hay que ver es si no fue montado, porque son capaces de todo. No sé usted, pero yo conozco a un periodista y un canal de televisión que era especialista en montajes, entonces no les tengo confianza. Me llamó a atención… pero salió en todos los medios.

“Como dicen los abogados, aceptando sin conceder de que fue real, de que se equivocó la señora, lo hizo de mala fe o quiso engañar, lo que haya sido, ¿qué?, ¿esa es la gran noticia?, ¿no les parece una exageración?

“Nada más aquí en la Ciudad de México ya se han vacunado -y para mí es muy satisfactorio- como el 75 por ciento de los adultos mayores, un millón 200 mil…

“…Entonces, es mucha la desesperación (de los medios advesarios). Entonces, cuando esto suceda yo voy a tener que aclarar, como ahora, tengo que informar”.

ARTE MAYOR

El pasado 2 de abril, cuando los historiadores recordaban el CLIV aniversario de la toma de Puebla por el general Porfiro Díaz, el señor Claudio Rocca, Director de la Academia de Bellas Artes de Florencia, firmaba la carta en la cual –en nombre suyo, del consejo pleno y su presidente, Carlo Sisi– se designa al escultor mexicano, “Sebastián”, “miembro de honor” de esa institución.

La ceremonia protocolar tendrá lugar en la sede de la academia el 27 de abril a las once horas.

En la secretaría de Cultura nadie lo ha advertido siquiera.

MARÍA

El próximo día ocho de abril (alfa y omega de su destino) se recuerda un aniversario de María Félix, cuya inolvidable aportación a la crónica urbana fue simple y exacta:

“El Zócalo huele a meados”. ¿Qué diría hoy?

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Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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