–El problema, le dijo alguien a Manlio Fabio Beltrones hace unos meses, es este: te odia la mitad del gabinete; la otra mitad te envidia y el Presidente no se decide.

Sin embargo el dilema se ha terminado. Enrique Peña Nieto, en cuanto militante y (López Portillo dixit) “fiel de la balanza”, tomó una decisión o permitió ser tomado por ella. No importa.

Lo sabíamos, agosto sería tórrido para la vida de los partidos políticos y empecemos con lo ocurrido en el PRI después de ese intento de retrato hablado mal trazado por el Presidente de la República en la reunión de hace unos días, ya en víspera de la renovación del Comité Ejecutivo Nacional, cuando César Camacho se enfila a la Cámara de Diputados como gran pastor del rebaño, aunque todavía hay por ahí algunos quienes le ven posible otra posición dentro de la Cámara y el control de los diputados, para dejar la coordinación (jefatura) en manos de Enrique Jackson. 



Pero eso no importa, son arreglos internos sin desequilibrio para el autobús del partido. No, el autobús sigue circulando, o el ferrocarril va por sus rieles, independientemente de cuanto ocurra en el Gobierno.

La promoción interesada de algunos en favor de Aurelio Nuño era simplemente subir el partido a los rieles del Gobierno. Así se podría descarrilar. 



El partido debe seguir por donde va y al parecer si las cosas siguen siendo como las miramos ahora, el PRI encontrará una conducción profesional, seria, madura.

El político más notable en México en estos días es Manlio Fabio Beltrones. Ya no necesita demostrarle sus méritos a nadie. 



La diferencia con Aurelio no es la edad, la edad para estos fines, no existe. La edad es una ilusión y a veces la juventud ni siquiera es un mérito.

La diferencia es simple. Si Manlio Fabio Beltrones toma el teléfono y habla al comité distrital de Tamazunchale, San Luis Potosí, a la una de la mañana y dice quiero hablar con el presidente del comité ejecutivo local.

–¿Quién habla?

–Habla Manlio Fabio Beltrones, al tipo lo van a buscar a su casa y lo traen corriendo para contestar.

Si esa misma llamada la hace Aurelio Núño dicen:

«–¿De parte de quién?» De Aurelio Nuño, ¡ah! no pues hable mañana” y le cuelgan. 



Es un hombre desconocido en las estructuras territoriales del partido, es un hombre de la estructura política de este Gobierno de quien hace tres años nadie sabía nada. NI quien era ni quien es.

Y Manlio Fabio Beltrones es un hombre que ya ha pasado por todo, que no han podido tumbarlo ni las leyendas negras, ni las mentiras, ni los reportajes del The New York Times, todo ha quedado debidamente aclarado, y su capacidad de operación pues ahí la estamos viendo de la manera como sacaron en la Cámara de Diputados las reformas de Peña, en una mancuerna legislativa con el Senado donde está Emilio Gamboa. 



Sin esos dos hombres el Pacto por México no hubiera tenido operatividad legislativa y Enrique Peña no tendría hoy nada, absolutamente nada en relación con sus reformas, con el pacto, con la forma nueva de hacer política desde el inicio de su Gobierno. 



Candidato de unidad, quizá, si. Candidato de necesidad, también.

Candidato de unidad como no lo tiene el PRD, para seguir con el agosto de los partidos.

Acabamos de saber la inmolación del señor Navarrete, «pongo a consideración de la Asamblea mi cargo y el de todos los demás pero tenemos que refundar este asunto».

¿Podrá haber una refundación disciplinada y ordenada en el un partido como el PRD cuyos indisciplina y desorden son los distintivos?

Yo creo que no, creo que Navarrete está en peligro y creo que el PRI con Beltrones se aleja del peligro.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

2 thoughts on “La única decisión posible”

  1. Análisis quirúrgico Sr, CARDONA, BELTRONES es una imposición de la necesidad, como diría Daniel Cosio Villegas, quien refiriéndose a la candidatura presidencial sostuvo «la teoría del péndulo¨»: derecha, centro, izquierda y viceversa; y para escenarios extraordinariamente complicados «la teoría de la necesidad», ejemplo el caso de Adolfo López Mateos que de la Sria del Trabajo llegó a la presidencia, no es el caso ya se, ya se, ne se pongan nerviosos, pero aplica.

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