Dice la sabiduría de los ignorantes, de quienes viven de frases (no ideas) cuya profundidad cabe en un tarjeta de visita o un mensaje de tuiteo o de teléfono inteligente: si quieres saber cuánto necesitas algo, prescinde de ello. Y te va a pasar como con el agua, la salud o una persona, no podrás vivir sin ella.

También dicen: la felicidad, el amor, el dinero no se pueden esconder. la pobreza tampoco. Mucho menos la falta de agua. La seca es tan evidente como la inundación.

Con el agua en las ciudades contemporáneas sucede algo similar en muchas partes del mundo, excepto en aquellos centros urbanos desarrollados cerca de lagos o abundantes ríos. Nunca habrá escasez de agua (quizá haya complejidades en la distribución) en Chicago o Michigan, por ejemplo. Están junto a lagos enormes.

Esta ciudad era una laguna gigantesca con varios cuerpos de agua inter conectados (Chalco, Zumpango, Texcoco) y logramos en el tiempo la “hazaña” de secarlos. La leyenda jocosa dice, en busca del tesoro de Moctezuma. La realidad es otra: para avanzar con una urbanización primitiva en el principio y salvaje en nuestros días.

Hoy la ciudad se aprovisiona de agua por dos vías principales: la extracción y el traslado. Del subsuelo agotado, resecado, flojo e inestable se chupa lo posible con una grande consecuencia: el hundimiento paulatino e irreversible de las zonas bajas de la Cuenca. La deforestación de la serranía, el abuso del suelo urbanizado, la erosión y las construcción es en zonas altas por encima de la cota autorizada ( mil doscientos metros) impide la recarga de los acuíferos y el círculo vicioso se hace más amplio y peligroso.

Se recurre entonces al aprovisionamiento externo en perjuicio de los consumidores de estados vecinos. Solamente una prodigiosa operación política ha impedido conflictos violentos aun cuan do hay muchos registros de manifestaciones de habitantes del estado de México en protesta por las tomas de agua hacia la CDMX.

Por ejemplo (cito a Perló Cohen, M. y A. E. González Reynoso (2005), ¿Guerra por el agua en el valle de México? Estudio sobre las relaciones hidráulicas entre el Distrito Federal y el Estado de México) :

“…En los años setenta, las primeras protestas organizadas de los campesinos en la región de Ixtlahuaca, en plena construcción de la segunda etapa (del sistema Cutzamala), fueron enfrentadas mediante negociación directamente por Hank González, entonces gobernador del Estado. Su carisma aseguró el acuerdo: el Departamento del Distrito Federal (DDF) —del cual después sería jefe—,  se comprometió a pagar el usufructo del agua al gobierno del Estado de México, quien a su vez se encargaría de realizar las obras necesarias en beneficio de las comunidades afectadas.

“Además, el DDF «aceptó» que las comunidades que resultasen afectadas en compensación, se abastecieran ¡de su propia agua! directamente de las tomas, sin ningún costo para ellos.

“Esto «resolvió» el problema temporalmente, pero agudizó las contradicciones en su operación: una administración designada por el poder federal afectaba los recursos naturales e intervenía en la prestación de un servicio público en localidades de otro estado soberano.

“Que posteriormente los acuerdos no fueran cumplidos y los documentos se hicieran «perdedizos», apenas disimula el hecho de que la negociación en sí fuera harto asimétrica –gobierno federal con el apoyo de una burocracia estatal sumisa vs varios municipios pobres–, pero dibuja bien el terreno sobre el que se desarrollarían las movilizaciones posteriores, cuando el gobierno, federal, estatal o municipal, ha pretendido cobrar a las comunidades por el «servicio» de haberlos despojarlos de su recurso.

“A diferencia de esa primera negociación, se respondió con la fuerza publica a la protesta de fines de los noventa, que impidió, hasta ahora, la construcción de una batería de bombas similar en el Río Temascaltepec. La práctica de responder primero con la fuerza pública, levantando actas a los «líderes» y encarcelándolos, para después negociar su «liberación» se siguió, ya bajo el gobierno foxista, ante el movimiento que se presentó en el nodo estratégico de Berros.

“Este lugar es estratégico porque ahí se unen para su potabilización las redes de la presa Villa Victoria, la que viene de Tuxpan en Michoacán y la de Valle Bravo, antes de enviarla «en bloque», eufemismo utilizado para decir que se hace sin ninguna medición del volumen enviado, a la Ciudad de México, a los municipios conurbados y una parte a la ciudad de Toluca…)

Hoy el acueducto es la raíz del problema.

Para evitar estos cortes frecuentes, uno de los mayores el actual, se ha construido una especie de enorme “Y” para derivar el agua por un ramal mientras se repara o se mantiene en operación el segundo en tanto la ciudad se satisface, en parte, mediante el reparto en pipas rigurosamente vigiladas por la fuerza pública en previsión de un motín por agua.

Pero eso, a la larga, sólo representa un paliativo: el asunto real es la falta de agua en el Distrito Federal, la inconveniencia de seguir perforando pozos y el desequilibrio ecológico irremediable en el cual vive (en un sentido hidráulico fatal) la capital de la República junto con toda la conturbación de más de 40 municipios del estado de México, Hidalgo, Morelos y pronto Puebla.

El sediento monstruo amenaza con devorarnos… o expulsarnos después de ponernos a pelear.

OAXACA

A fin de cuentas y mediante una operación política cuidadosa y tersa, Alejandro Murat (reunido en varias ocasiones con los demás aspirantes) fue escogido con el voto de calidad de Enrique Peña Nieto como gran elector para contender por el PRI en la recuperación del estado de Oaxaca hoy en las ineptas manos de Gabino Cué Monteagudo.

Complejo y espinoso, con sonidos de música o machete, Oaxaca es un  estado naturalmente conflictivo. Viejo aquel chiste según el cual se hacen nudos de quedo, pueden enredar cualquier otra cosa.

Pero a pesar de las contradicciones entre el atavismo no asimilado y el modernismo no logrado, Oaxaca representa un reto para quien ha hecho de la modernidad una bandera. ¿Podrá únicamente por el empuje de su juventud lograr algo más allá este joven Alejandro Murat? Nadie lo sabe todavía.

MADRID

La aprehensión fugaz de Humberto Moreira en España no es la única noticia perturbadora sobre los mexicanos en Iberia.

La actitud de la embajadora mexicana, Roberta  Lajous, causa en algunos círculos madrileños alzamiento de cejas y una cierta extrañeza. Me escribe un  amigo y me ofrece estas reflexiones:

“La embajadora Roberta Lajous dedica muy poco tiempo a su trabajo. Ninguna tarde de la semana se le ve en la Embajada. Sus prioridades, en horas de oficina, son el gimnasio, la ópera, el salón de belleza, el teatro y los festivales de cine, como el de Huelva, esta semana, en el que –por supuesto- está presente.

“Viaja por toda España, invitada por empresarios. Suele llevar como pareja a su íntima amiga, Luisa Treviño, ex funcionaria de la embajada, a quien presenta en reuniones oficiales como asesora y quien le resuelve todos los temas de la relación bilateral , que ella ignora.

“Un ejemplo reciente de la frivolidad de Lajous fue su viaje a las Islas Baleares, donde empresarios hoteleros pagaron todos los gastos de Lajous y de su marido, con el pretexto de promover el turismo español hacia México, turismo que, desde que Lajous es embajadora, ha caído en picada…

“…se ha convertido en la embajadora más impopular de todo el cuerpo diplomático acreditado en Madrid. A pesar de ser priísta, su deslealtad hacia el presidente y hacia la Canciller afloran  cada momento.

“En una reunión con académicos del prestigiado Instituto Ortega y Gasset, criticó a Peña Nieto por permitir -según ella- que Elba Esther Gordillo dirija el SNTE desde la cárcel y se atienda de sus enfermedades en hospitales de lujo, fuera de prisión”.

“También ha hecho duras críticas, en círculos de poder españoles, a la Reforma Energética… y a  Claudia Ruiz Massieu, a quien le critica su sobrepeso y la tacha de bipolar: “primero me llama, muy cariñosa, al día siguiente de tomar posesión como Canciller, y luego me ignora”, ha dicho la embajadora a sus cercanos”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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