Dos fenómenos simultáneos le dan a Felipe Calderón, presidente de México la calma y la fuerza suficientes para llegar a los últimos día de 2009 en condiciones respetables. Una, la muerte de Arturo Beltrán Leyva quien con mucho era el “capo” más notable después del “Chapo” Guzmán.
Si bien “El barbas” no llegó nunca a figurar en las listas de Forbes (como sí sucede con quien fuera su inductor) la fuerza destructiva de su cártel había ido peligrosamente en aumento en todo el país.
El otro hecho fue la “Reforma Política” enunciada de acuerdo con los nuevos usos y costumbres cuyos proyectos se enumeran, enlistas y codifican en tablas de la ley frente a las cuales Moisés viene siendo un aprendiz de escribano o un tlacuilo al pie del Sinaí.
Pero vayamos por partes para llegar lejos pues si esta columna tiene como puntos geográficos iniciales Cuernavaca (“Cuernabala”, ya le dicen) y la Ciudad de México, deberá guardar suficiente gasolina para llegar hasta la dorada colina del Vaticano donde sabiéndolo o sin su conocimiento, el Papa Benito XVI. No le digo Benedicto pues esa palabra es latina, y Benito es de nuestro idioma; como nunca le dije Johannes Paulus a Juan Pablo II ha entrado de lleno en la sucesión presidencial.
Pero salvada esa pequeña digresión idiomática, nos hallamos hoy con dos políticos cuyas respectivas estrellas brillan casi tanto como lo hará dentro de unos días el cometa sobre el pesebre, al menos en los nacimientos mexicanos, uno de los cuales (cuya réplica será exhibida en la Catedral de Toluca desde ya), ha ido a parar de manera temporal en la impresionante Sala Luigi Nervi –aneja a la Basílica de San Pedro–, donde el Papa desarrolla normalmente sus audiencias de los miércoles, al menos normalmente desde el reinado de Paulo VI pues fue él quien decidió construir el dicho, salón originalmente llamado Sala de Música y ahora conocido por el nombre de su arquitecto, creador entre otros edificios importantes del estadio Olímpico de Roma.
Pero no se trata aquí de hablar de construcción de edificios sino de rascacielos políticos. Edificios de 2010 o de 2012 pisos.
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Enrique Peña Nieto ha dado un golpazo de promoción y de imagen como pocos se han visto en la historia de México. La exposición mexiquense en el Vaticano, la interlocución con el secretario de Estado, Monseñor Tarsicio Bertone y la forma simple y precisa como introdujo sus asuntos personales en la bendición del Jefe del Estado Vaticano, sucesor de Pedro y jefe de la Iglesia Católica y sus 700 millones de fieles en el mundo, fue sencillamente espectacular.
Muchos censuran este episodio precisamente por eso, por su espectacularidad, pero en la política nada más cuentan los resultados y en la percepción popular o populachera Peña ha logado un avance muy significativo en su perfil de aceptación.
Jorge Sandoval (Sandokan); el más antiguo corresponsal mexicano en Roma –antecesor en esa plaza de Jorge Gutiérrez y Valentina Alazraky–, cuyas palabras reproduzco, nunca había visto algo así:
“Se podría decir que por la parte vaticana, comenzando por el mismo Benedicto XVI, se dedicó un trato muy particular y distinguido a la delegación del Estado de México. Y no sólo porque el Papa, tras bendecir el árbol de Navidad, el «nacimiento» y el «árbol de la Vida» de casi dos metros de altura, saludó en el palco del aula a cada uno de los miembros de la comitiva que acompaña a Peña Nieto, además de su familia.
“Poco antes había saludado uno a uno a los obispos del Estado de México que acompañaron la delegación mexiquense.
“El trato particular lo demuestra igualmente el hecho de que no es muy común que un gobernador sea recibido también por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone”.
Pero más allá de los tratos con la Curia Romana, Peña Nieto logró un avance muy interesante en la “siembra” de su marca en la sociedad mexicana. Especialmente en esa parte dominada por el sentimentalismo y la religión católica. Quizá se haya echado en el bolsillo a millones de mujeres (electoras potenciales).
La mezcla del Papa y la “Gaviota” no se devalúa de manera fácil. Así mientras el gobernador mexiquense hablaba con el Sumo Pontífice sobre la inminencia de su cambio de estado, a veinte mil kilómetros de ahí, el Presidente hablaba de cómo cambiar el Estado mexicano.
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Entrega Felipe Calderón diez iniciativas para cambiar las relaciones del poder en México. Lo hace en cumplimiento del decálogo anterior.
La cantidad de diputados; el número de senadores, la reelección inmediata de alcaldes, jefes delegacionales, la iniciativa preferente, la capacidad de la Corte para iniciar leyes; el aumento en, los mínimos para los registros de partidos, y en fin, una gran sacudida al árbol de la organización nacional.
El decálogo felipista omite muchas cosas pero sólo es válido analizar y juzgar las cosas por cuanto son y no por sus posibilidades. Veamos.
“1.- Dejar en libertad a las legislaturas locales y a la asamblea del Distrito Federal para poder establecer la elección consecutiva, hasta por un periodo de 12 años, de alcaldes y demás miembros de los ayuntamientos, así como de los jefes delegaciones (¿Se imagina usted a Clara Brugada durante doce años en Iztapalapa?).
“2.- Permitir la elección consecutiva de legisladores federales y locales en periodos que tengan un límite de hasta 12 años (Sin la reforma algunos llevan de cámara en cámara más de treinta años. No tiene sentido. La supuesta rendición de cuentas como premio para los legisladores cumplidos, es un camelo.)
“3.- Reducir el número de integrantes en el Congreso. Se propone del Senado eliminar los 32 escaños que son electos de una lista nacional, manteniendo 3 Senadores por Entidad Federativa, dando un total de 96. De la Cámara de Diputados se propone reducirla de 500 a 400 diputados (el problema no es la cantidad sino la representatividad. Los plurinominales deberían estar elegidos entre la sociedad civil o los candidatos independientes; no por los mismos partidos dueños de los uninominales.)
“4.- Se propone aumentar el número de votos para que un partido político conserve su registro, pasando del 2% al 4% con la finalidad de garantizar una mayor representación social de los Partidos Políticos (esta es posiblemente la mejor de las ideas de todo el decálogo).
“5.- Incorporar la figura de Iniciativa Ciudadana, ampliando las garantías políticas de los ciudadanos, teniendo estos la facultad de proponer iniciativas de Ley ante el Congreso de la Unión (el problema es a través de quién o cómo. ¿De las ONG´s?; saldríamos perdiendo y entregando el país a los financistas de estas organizaciones, casi siempre extranjeros).
“6.- Para ampliar los derechos de los ciudadanos, se propone incorporar la figura de las candidaturas independientes a nivel constitucional para todos los puestos de elección popular (¿Independientes o independientes de los partidos con registro? Eso no queda claro)
“7.- Adoptar un sistema de elección por mayoría absoluta con segunda vuelta electoral para la elección de Presidente de la República. Será electo Presidente el candidato que en la primera vuelta obtenga más de la mitad de los votos emitidos, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, los dos que hayan obtenido el mayor número de votos, pasarían a segunda vuelta (El comentario de esto lo brinda el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y lo reproduzco al fin de estos párrafos). Adicionalmente se propone que la segunda vuelta se lleve a cabo en la misma fecha que la elección legislativa.
“8.- Reconocer a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la atribución para presentar iniciativas de ley en el ámbito de su competencia, así, la SCJN tendría la capacidad para mejorar el funcionamiento del poder judicial y la posibilidad de incidir directamente en mejoras a la normatividad en materia de medios de control constitucional como el amparo, las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad (con esto y las investigaciones estilo Oaxaca, la Corte abarcará mucho y apretará poco).
“9.- Facultar al Poder Ejecutivo para que pueda presentar al inicio de cada primer período ordinario de sesiones, dos iniciativas preferentes que deberán dictaminarse y votarse por el Congreso antes de que concluya dicho período. En caso de que el Congreso no dictamine y vote en cualquier sentido sobre la iniciativa, esta se consideraría aprobada. Las iniciativas de reforma constitucional presentadas bajo este procedimiento serían sometidas en caso de no existir decisión por el Congreso, a un referéndum para que los ciudadanos decidan sobre su eventual aprobación.
“10.- Facultar al Ejecutivo Federal para presentar observaciones parciales o totales a los proyectos de ley aprobados por el Congreso y al Presupuesto de Egresos de la Federación” (esto se contrapone con el punto anterior. En el “quid pro quo” la aprobación de las iniciativas preferentes dependería de la renuncia al veto presidencial).
“El objetivo de las propuestas en esa materia que hoy presenta el Presidente –dice una adenda difundido por Los Pinos–, es dar más poder al ciudadano y fortalecer la democracia, que quien ejerza el poder se someta de manera más clara a la voluntad de la sociedad”.
Quizá valiera la pena hacer una distinción: mayor participación no es necesariamente mayor poder. Por otra parte la voluntad social no se satisface con el ilusorio mecanismo de la reelección, mucho menos en un sistema en el cual es posible hacer todos los trucos ya conocidos para pervertir el voto a base de licencias, suplentes, sustitutos; “Juanitos” y “Juanitas”. ¿Cuántos de estos “Juanes” y” “Juanas” llegarán al Congreso con el cómodo disfraz de la sociedad civil o la candidatura independiente?
Pero dije líneas arriba sobre la opinión de los especialistas en ciencia jurídica en torno de la segunda vuelta electoral cuya utilidad tiene relación directa con la conformación de gobiernos parlamentarios o semi-parlamentarios; no del presidencialismo al cual esta reforma no toca esencialmente.
En México la cantidad de votos de un presidente no incide directamente en una mayoría o una minoría en el Congreso. Ahí están los casos recientes para probarlo; Zedillo, Fox y Calderón quien ha pagado con el ninguneo su raquitismo electoral.
En los tiempos hegemónicos del PR obviamente el triunfo presidencial acarreaba el triunfo en el Congreso, tanto como para forzar al sistema a regalar posiciones en búsqueda de un incipiente equilibrio, primero con los diputados de partido y sucesivamente mediante diversas concesiones hasta perder el poder Ejecutivo cuando el sistema se mordió la cola.
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Y quien ahora se muerde la cola es el mundo industrializado. La actividad fabril y febril de los últimos cien años por lo menos le ha producido al mundo un deterioro en algunos casos irreversible.
Como si lo ignoraran los países de la tierra se juntan en Copenhague para hacernos creer en su consternada búsqueda de soluciones las cuales –aun en el caso de definirlas — nunca pondrán en práctica. No mientras la noción de progreso nos lleve a una carrera sin fin y sin destino.
En eso sentido, montados en la urgencia planetaria, todos hallan una salida. Todos saben algo más, todos proponen y todos dicen.
El cambio climático es una realidad que nos pega y nos destruye, por lo que se espera que en la Cumbre de Copenhague se alcancen de manera urgente los acuerdos que requiere el mundo para solucionar el problema, afirmó el Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, quien participó en la reunión organizada por la Organización de Naciones Unidas.
En entrevista, resaltó que la entidad ha sido afectada por el fenómeno, y reiteró el imperativo que en la lucha contra este problema hay que pasar de las palabras a las acciones por lo que llamó a emprender medidas, porque no nada más se debe quedar en los discursos. Se pronunció por entender que somos interdependientes y que lo que hagamos o dejemos de hacer nos afectará a todos de una u otra manera, y mencionó que no es exagerado afirmar que el mayor fracaso del mercado es la pobreza que padecen millones de seres humanos y, sobre todo, la degradación acelerado de nuestro único hábitat. Herrera Beltrán el programa que su gobierno estructuró para contribuir a la mitigación de los nocivos efectos del cambio climático, el cual ocasiona sequías, huracanes y otros fenómenos meteorológicos que han afecta a la entidad.
