Cíclicamente,  en cada sexenio, vemos un espectáculo de estos, en el cual se muestran los poderes yo diría casi taumatúrgicos  de la Cámara de Diputados, porque durante mucho tiempo estuvimos cercanos al espectáculo mágico de la desaparición de poderes. Ahora lo ves, ahora no lo ves.

Era como David Copperfield, quien desaparecía la Muralla China.

Mediante una serie de maniobras, ensalmos y discursos, el Poder Legislativo podía en un estado desaparecer los poderes y hacer a un lado a un gobernador incómodo.

También dentro del procedimiento normal de la actividad parlamentaria existe ese llamado juicio de procedencia, el cual no es otra cosa sino decir si procede o no tratar a un diputado como si fuera un mortal, uno más de los muchos mortales de  este planeta.

Y ahora le toca la oportunidad a esta señora diputada Lucero Sánchez López.

¿Quién ha pagado hasta el día de hoy los platos partidos contra el suelo, al parecer por ella y sus protectores?

–Los ha pagado el Partido Acción Nacional, el cual reaccionó muy tarde y le ocurrió como  a algunas personas en el mundo: de pronto le dicen, usted es el papá de este niño, y no se ponen a hacer exámenes de paternidad, para ver si de veras él es el genitor. Se lo cree y entonces se le arma un lío en la vida.

Así le pasó al PAN, les dijeron, ustedes habían aceptado a esa mujer en sus filas, por tanto son los promotores reales de su presencia en el juego político sinaloense y estos se la tragaron, se la tragaron.

Ricardo Anaya se tomó completa toda la sopita podrida.

Destituyeron a su Comité Ejecutivo estatal, se rasgaron las vestiduras, dijeron, eso no puede ser, mientras estamos  en plena discusión del Sistema Nacional Anticorrupción y pusieron el remedio interno sin darse cuenta de quien es el  verdadero artífice de la presencia política de esta señora. Y  no es un panista, sino un hombre aliado con ellos, en su momento, desde una cosa rara llamada el Partido de Acción Sinaloense, al cual ahora solamente se conoce como PAS el cual ya no quiere eso de Acción porque les recuerda al otro, y ahora nada más es el Partido Sinaloense: Melesio Cuén.

Este señor era priista, fue alcalde en Culiacán y después se fue del PRI, y como le pasa a toda la gente de conversión,  se dedicó a combatir su antigua casa.

Creó su partido y desde ahí impulsó a esta joven Lucero Sánchez López. Pero él venía de la vida universitaria, él había sido el «manda más», dicen, es (palabra de mi disgusto), el cacique de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Es una institución educativa lejana al recuerdo de  “Los Enfermos”  de antes, aquel movimiento tan violento de décadas pasadas,  del cual ya ni siquiera tiene caso hablar ahora, pero ahora, dicen, hay algunos peores, porque esta muchacha (“Dipuchapa”) es de Cosalá, un lugar muy bonito cerca allá de la sierra, y en Cosalá la Universidad Autónoma de Sinaloa tiene un centro recreativo y cultural.

Y en ese centro recreativo cultural ¿qué ocurrió?, una cosa digna de Hollywood: ahí se encontraron Kate del Castillo, Sean Penn y ¿quién creen?

–El amigo al cual la diputada fue a visitar a la cárcel, pero como no quería ser identificada falsificó unas credenciales, y eso la tiene ahorita con un pie en el desafuero.

Esto es una cosa chiquita, porque ella es una diputada chiquita, pero quienes la promovieron no son tan pequeños porque Melesio Cuén, quien es (insisto palabra fea) “cacique” de la Universidad Autónoma de Sinaloa, está aliado con el partido Ciudadano (el del padrón perdido) y está disputando el Gobierno del estado de Sinaloa en este proceso electoral.

Entonces ¿qué va a pasar?, pues va a pasar lo necesario, a la señora ya no la salva nadie.

Le van a hacer lo procedente, la van a sacar de la protección del Poder Legislativo y a la señora la va a prender la Procuraduría.

¿Y que le van a hacer?, nada a fin de cuentas porque le van a fincar delitos menores como falsificación, cosa menor y la van a sacar bajo fianza, tal y cual, pero ya queda el antecedente de un desafuero en estos tiempos los cuales podríamos llamar los tiempos del mal humor y el PAN “pagaplatos”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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