Hasta ahora nadie sabe bien a bien por qué los invasores de predios, casas o edificios públicos le llaman “Okupa” (con “K”) a su fórmula para el despojo vil. 

La palabra proviene de España donde con motivo de la inmensa crisis inmobiliaria de hace algunos años, los sin techo, sin casa, desposeídos o simples vivales del arribismo y la corrección política de todos los derechos para todos, comenzaron con un grafito en forma de rayo flechado en medio de un círculo, y se dispusieron a ocupar viviendas, edificios o predios para su beneficio, protegidos por la demagogia del mérito de no tener, en una sociedad donde los demás tienen de más.

Total, un camelo, muy a la manera de la ilegal Asamblea de Barrios promovida por el Partido de la Revolución Democrática, cuyos genes le fueron transmitidos a Morena y a muchas de estas organizaciones como las actuales cuyo ilegal aposento en la calle Cuba, tiene contra la pared a la inexperta señora Rosario Piedra quien –como en otras muchas cosas–, no sabe cómo reaccionar.

Pero no esta sola: en la Subsecretaría de Derechos Humanos, tampoco nadie sabe cómo reaccionar ante esta amarga sopa de sus propio chocolate.

Sea como sea esta es la más severa circunstancia contra la CNDH (física y políticamente) en los treinta años de esta institución cuyos tropiezos recientes la han llevado a esta paradójica circunstancia: nacida para defender a las victimas ahora ella es una víctima de la sacralización de causas inatacables, las cuales se pretende justifica por los pecados e la carne: un refrigerador con varios kilos de pescado y unos cuántos cortes de “rib eye”, son suficientes para probar la validez moral del despojo. 

Ya ponerle carmín  a Don Francisco I. Madero, como si fuera un De la Torre cualquiera–, lo iguala –involuntariamente, quizá–, con el Zapata en ecuestres cueros de Bellas Artes, cuyos picudos tacones tanto ofendieron a los herederos del Ejército Libertador del Sur.  

La CNDH está en un problema serio. Su edificio de Cuba, no tiene para cuando volver a su estado anterior, y hasta el Señor Presidente ha externado su molestia por el ultraje a Madero y la actitud violenta de las “ocupantas” ( el femenino de elefante, es elefanta. Así, un varón es  ocupante, y una señora es “ocupanta”, vámonos entendiendo, colectivos y colectivas). 

“Entiendo –ha dicho el SP–,que hay mucho dolor y que las víctimas de la violencia tienen derecho a manifestarse, pero no creo que esa sea la mejor forma de hacerlo, no creo que eso sea lo más adecuado, o sea , la violencia no es el camino, no se puede enfrentar la violencia con la violencia, y ojalá se proteste de otra forma, con la no violencia. Grandes luchadores sociales no han utilizado la violencia, ni Gandhi, ni Mandela,  ni Luther King usaron la violencia…”

Pues sí, pero con todo respeto, estas señoras no son “Gandha”, ni Mándela, ni Luthera Queen. 

Además, no se crea si le dicen, la CNDH no ha hecho nada. 

Sí, sí ha hecho: divulgó este comunicado: 

“…El pasado miércoles 2 de septiembre fueron ocupadas las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la calle de Cuba 60. El desarrollo de este suceso ha tenido como uno de los resultados no deseados, la falta de seguimiento a la atención de casos de víctimas de distintas violaciones de Derechos Humanos, de las cuales sus expedientes se encuentran en dichas instalaciones. 

“…Es por ello que hacemos un llamado respetuoso a las mujeres de los colectivos que se encuentran dentro de las instalaciones para acordar en breve una mesa de trabajo y establecer el protocolo de resguardo de los mismos, ya que son expedientes que contienen información sensible y base para las investigaciones por presuntas violaciones a derechos humanos, que es el mandato de esta institución, acompañando los procesos de las víctimas, la reparación del daño y en la incidencia de medidas de no repetición”. 

Mientras tanto la señora Yesenia Zamudio, madre de una joven víctima de feminicidio en enero de 2016, subrayó que “se trata de una toma definitiva, no lo vamos a entregar, es un okupa para las víctimas. Aquí van a vivir madres de víctimas que tienen niños huérfanos (de padre) y que no tienen dónde vivir, esta será su casa. No lo vamos a entregar, no hay negociación, y que le hagan como quieran”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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