En medio de una jornada donde llovieron las denuncias de fraude y manipulación de casillas, el CNE, controlado por el régimen represor, dio como ganador de los controversiales comicios al dictador Nicolás Maduro

Al quedar en evidencia que no hubo transparencia en las recientes elecciones presidenciales de Venezuela, con denuncias de manipulación y amaño en las casillas, con persecución a opositores y ciudadanos que no votarán por la dictadura, la Organización de Estados Americanos (OEA) comunicó que “en las circunstancias actuales, no pueden reconocerse los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), entre que trabaja al servicio del gobierno represor y que proclamó ganador al dictador Nicolás Maduro en la elección del pasado 28 de julio, sin que haya existido la transparencia exigida por la comunidad internacional”.

“Seis horas después del cierre de la votación, el CNE se apresuró a dar un único anuncio en conferencia de prensa, en el que aseguró que había procesado el 80% de las mesas de votación y declarando ganador al candidato oficialista y actual dictador, sin dar el más mínimo informe sobre el conteo de votos de las mesas procesadas, sin publicar las actas y brindando únicamente los porcentajes agregados de la votación, lo que a todas luces es un fraude, un ato carente de toda legalidad que cumplió la orden del dictador de amañar una elección que no puede ser reconocida pues no existe un proceso de escrutinio legal ni transparente.

El CNE falsamente calificó estos datos como ‘irreversibles’ y las cifras publicadas en el canal oficial revelaron, además, errores aritméticos”.

La OEA advierte que no se pueden considerar válidos estos comicios ya que “la suma de diversos elementos imposibilita otorgarle reconocimiento democrático a las cifras oficiales: la opacidad del CNE y su resistencia a la observación nacional e internacional, la extrema inequidad en la contienda, la intimidación y la persecución política, la supresión de candidaturas, los ataques a la prensa y al derecho a la información, la demora en la apertura de centros de votación y en la divulgación de los resultados, la renuencia a permitir el ingreso de testigos de las fuerzas de la oposición a las mesas y centros de votación o entregarles la copia del acta de escrutinio, la suspensión en la transmisión de resultados desde distintos centros de votación, la interrupción del servicio de la página del CNE desde la noche del domingo, el anuncio de un supuesto hackeo al sistema de transmisión sin aportar prueba alguna y, sobre todo, la contradicción entre los porcentajes anunciados y los ejercicios de verificación ciudadana que se hicieron públicos al concluir el escrutinio, que además coincidían con los muestreos y encuestas de boca de urna que aplicaron metodologías técnicas”.

Además, la OEA asegura que la irregularidades comenzaron desde entes de la jornada electoral.

“Desde antes de la jornada, la elección presidencial se había caracterizado por una sucesión de obstrucciones arbitrarias al ejercicio del sufragio activo y pasivo, en la forma de artilugios ilegales, intimidación, violencia, detenciones, expulsiones, inhabilitaciones, trabas burocráticas, uso electoral del aparato estatal y otro arsenal de obstáculos a la manifestación libre de la voluntad popular”, declara OEA. 

Asimismo, la Organización también recordó que solamente 70,000 venezolanos votaron desde el extranjero de los casi 5 millones que podrían emitido el sufragio.

En tanto, la Secretaría General de la OEA reprobó y condenó la persecución política de líderes opositores y en particular la inhabilitación de la candidatura de María Corina Machado, ganadora de las primarias de la principal alianza opositora y candidata puntera en las encuestas.