Migrar —para los humanos—, es moverse impulsado por los extraños vaivenes de la marea social. Migran hasta las aves en busca de calor. Nadan las ballenas y van del Polo a California a aparearse o a parir o a salvarse de los arponazos en los refugios cercanos a la Laguna Ojo de Liebre.
Los hombres se mueven casi siempre por hambre, como los mexicanos en ruta perpetua a Estados Unidos, como los hondureños y los salvadoreños y los haitianos hacia el norte feroz; turcos en Alemania, marroquíes en España, congoleños en Bélgica; chinos en cualquier parte; coreanos en Tepito, cubanas en el Bar-Bar o en Quintana Roo, lo mismo da.
Por necesidad o por razones mágicas o mitológicas. Migraban y peregrinaban las tribus de cuya caminata infinita reprodujo el mundo mexica, cuyos avances no lograron sacarlos del neolítico. Caminaron toda la historia los judíos. De aquí para allá, de pogromo en expulsión; de persecución en fuga hasta llegar al Holocausto. Errantes por la tierra. Y sin embargo…
La migración es el signo de estos tiempos. Junto con el cambio climático (así sea auxiliado por sus altas dosis de abundancia publicitaria) es el fenómeno social cuya existencia demuestra cómo la globalización es inhumana. Es comercial, tecnológica, financiera, pero no social.
Y cada país crea un sistema migratorio cuya verdadera naturaleza es un sistema defensivo. El migrante es una especie de enemigo al cual, sin embargo se puede aprovechar y explotar. Se le exprime como un limón recién cortado y luego se le tira al basurero de un calabozo o se le deporta en condiciones de ganado, cuando ya le ha dejado ganancias a los reguladores de la movilidad humana.
El migrante es el más desprotegido de los individuos. Expulsado de su patria llega a la zona donde se convierte en mercancía de “polleros”, explotadores y tratantes, casi siempre coludidos con la autoridad nacional del país a donde llega.
Las pateras en el Mediterráneo; las llantas en el Suchiate o las caminatas junto a la cascabel en Arizona. Lo mismo da. El fugitivo deja dinero; se le puede vejar, violar; corromper pues no ha de hallar a nadie con quien quejarse, pues lo persiguen por todas partes. Su vida es un tiro al blanco y él es el blanco.
He escrito de esto en repetidas ocasiones y lo hice recientemente con motivo de la detención de 20 agentes del Instituto Nacional de Migración a quienes se halló culpables de complicidad e inmoralidades de todo tipo. Con ese motivo, el INM me envío un prontuario de las acciones emprendidas por esa institución en los últimos meses.
Es un catálogo de acciones, algunas administrativas, otras meramente burocráticas con detalles como estos: “se efectuaron cambios en materia de visas, las cuales ahora se expiden de manera electrónica y se autorizan en un máximo de 48 horas…
“Mediante este sistema cuatro mil 142 rusos la obtuvieron… durante el periodo de enero a diciembre de 2009 fueron atendidas 72 peticiones de autoridades ministeriales y administrativas, de las cuales se derivaron (sic) la procedencia o no de querellas y denuncias… en esta administración más de 280 funcionarios del INM han sido amonestados, inhabilitados, sancionados y algunos de ellos puestos a disposición del Ministerio Público por incumplir la responsabilidad inicial primaria que es el servicio público…”.
Dice también el documento enviado por la oficina de Comunicación Social del INM a la consideración de este redactor:
“En octubre del 2009 se publicó(sic) en el Diario Oficial de la Federación, las nuevas normas para el funcionamiento de las estaciones migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM), que contiene una serie de disposiciones tendientes a garantizar el pleno respeto a los derechos humanos de los migrantes que se encuentren alojados en las Estaciones Migratorias, así como permitir el acceso al personal consular, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y a las Asociaciones Religiosas”.
Informa además:
“Durante el año pasado se identificaron a 72 posibles víctimas de trata. En los casos se dio vista al Ministerio Público y se realizó el procedimiento de atención y asistencia que abarca desde el regularización de su estancia, la canalización para la atención médica, así como la repatriación a su lugar de origen”.
HOLOCAUSTO
En la conmemoración anteayer del Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial, el “ombudsman” nacional, doctor Raúl Plascencia afirmó:
“… no debemos olvidar también que existen aún personas que experimentan la xenofobia y la intolerancia ante otros; de quienes no pueden convivir con la identidad de los demás. Y la tarea de hacer frente a estos otros, que no son más que nosotros; de luchar por el mejor presente y futuro, por la mayor protección y promoción de los derechos humanos, es de todos”.
INEVITABLE
Ya brotan los chistes en torno del caso Bar-Bar.
—¿Por qué La Chiva habló del J.J.?
—Porque a ella también se “la tiró” en el baño…