Todavía no se marchitan del todo las flores amarillas en las ofrendas de muertos, pero nadie, hasta donde se sabe, le puso un altarcito siquiera a la difunta Ley Federal de Radio y Televisión. No al menos en lo relacionado con este finado artículo y algunos similares:
“Artículo 63.- Quedan prohibidas todas las transmisiones que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes procaces, frases y escenas de doble sentido, apología de la violencia o del crimen…”
Sin embargo, fieles a su costumbre de hablar sin consecuencias, los legisladores “Zoé Robledo (PRD) y la diputada Lía Limón (PVEM), le solicitaron a la Secretaría de Gobernación, así como el Instituto Federal de Telecomunicaciones, no ser «omisos» ante las estaciones de televisión comercial con programación relacionada con la exaltación del narcotráfico y sus estilos de vida.
“Afirmaron (BdN) que dichos programas violentan la norma vigente, y sobre todo, «promuevan la apología» de la violencia, además de hacer ver al narcotráfico y sus actividades como un modelo de vida aspiracional. Los legisladores destacaron que las últimas 36 horas se ha publicitado y/o iniciado por parte de las televisoras comerciales de cobertura nacional la transmisión de programas conocidos como “narcoseries”.
Obviamente Zoé Robledo y Lía Limón practican, con maestría singular, el viejo juego del Tío Lolo. En el caso de esta señora, de la Tía Lola. Hablar de los hechos como si no tuvieran una vigencia mayor a las 36 horas con las cuales fundamentan su preocupación, es exhibirse en el colmo de las omisiones.
Además saben de sobra lo infructuoso de sus pendencias, de sus aparentes querellas, pues nada han de lograr ni es creíble la seriedad de sus quejas.
El “Señor de los cielos” y la “Reina del sur” (con la mala mujer convertida en personaje de la vida real), así como los sapos y las tetas para entrar al paraíso y las señoras de acero y las tijeras de Rosario y todo cuanto se les ocurra a los imaginativos productores de un género tan grotesco y soez como la música grupera de narcocorridos y exaltaciones del delito y sus beneficios dorados, seguirán exhibiéndose y escuchándose siempre y cuando así les convenga a los concesionarios cuyo poder de comercializar telebasura –o “mugremúsica”–, es inconmensurable, ilimitado e intocable.
Siempre se van a escudar en el sacrosanto y mal comprendido derecho de la libertad de expresión con todo y su innecesaria coprolalia. La condena a la censura y todo ese catálogo de moralinas siempre estará a la mano para saltarse las trancas de cuanto a su interés convenga y defender lo indefendible.
A fin de cuentas los medios, en términos generales, gozan de la misma impunidad de otros poderes fácticos. La insistencia en la autorregulación, la supuesta vigencia o utilidad de los imaginarios códigos de ética y el recurso de siempre: eso le gusta al público, son valladares para cualquier intento de meterlos en alguna vereda.
Hace muchos años, durante el gobierno de Luis Echeverría se suprimieron series importadas de violencia menor, muy menor, si se la comparara con los actuales destazaderos de –por ejemplo.- el señor de los cielos, producida por los muy preocupados defensores de los derechos humanos, en otros campos de la vida nacional.
Ellos tiene derecho de exigirlo todo desde el ámbito de la militancia política, mientras emponzoñan las pantallas con las aventuras de Aurelio Casillas y sus potentes vínculos con el imaginario presidente de la República cuya bandera; banda y parajes de Los Pinos, ya no resultan tan imaginarios.
Pero de eso no se habla, eso es riesgoso. ¿Cómo quedar mal con esa empresa productora –entre otras–, vinculada con el gran capital?
VERACRUZ
En Veracruz protestan los encuerados de los “400 pueblos” y los alcaldes de 20 municipios.
Pero todo mundo se queja frente al más horrible escándalo de corrupción jamás visto en esas tierras donde, mire usted si han tenido experiencias abundantes en esta materia desde Manga de Clavo hasta los sainetes de Duarte. Toda una historia.
“Veinte alcaldes de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) cumplieron 48 horas atrincherados en Palacio de Gobierno, como medida de protesta porque el gobierno de Veracruz se ha retrasado en la entrega de tres mil 500 millones de pesos, recursos provenientes de la Federación para obras y acciones.
“El viernes pasado, alrededor de las 15:00 horas, llegó un contingente de 14 alcaldes a solicitar una audiencia con los secretarios de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín; de Gobierno, Genaro Mejía de la Merced, y el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado”.
Y como si fuera materia de un rescate, el gobierno provisional y el entrante, ya se llaman a damnificados y exigen al gobierno federal la solución del quebranto.
No será así ha dicho el secretario José Antonio Meade, de Hacienda.
“El dinero se les entregó en tiempo y forma”. Una cosa es Fobaproa y otra “Robaproa”.