A partir de estos días nos resignaremos a la idea del mundo de las ocurrencias, así aquellas anulen a las otras. Ya se lo dijo con extrema claridad Octavio Paz a Carlos Monsiváis. Una cosa es generar pensamientos y otra ser ocurrente.

Los registros de los candidatos han sido oportunidad para “puntadas” de todo tipo. Desde llegar al Instituto Federal Electoral en puntual motocicleta hasta ofrecer un examen antidoping no solicitado por nadie (¿Mota? Nomás en el apellido, joven) pero suficiente para adelantar un paso en el páramo de las intrascendencias.

Se le ocurre a un candidato de mala memoria citar de manera equivocada y grosera a Gonzalo N. Santos, como si su ejemplo valiera algo en los tiempos de la nueva democracia y el Partido Revolucionario Institucional fulmina las aspiraciones de Paco Moreno a quien la cercanía con Enrique Peña no le vale de nada, al contrario le ocasiona el veto para al Senado y cuanto después viniera pues no es este el momento para hornear bollos en los cuales se puedan sugerir siquiera pizcas de salada misoginia.

No desea Josefina ni un ápice más a sus declaradas imperfecciones de “Chava Ibero” y modosa como es ella se monta de ladito, en las ancas del caballo de hierro con ambas rodillas juntas, y se dedican sus organizadores a propalar la mentirijilla del espontáneo ciudadano cuya previsora conducta para ir a comer quecas a Tres Marías lo haría viajar con doble casco previendo de seguro la solicitud de aventón de cualquier candidato o candidata a la Presidencia, pues ni la premura justificaría circular en abierta violación al reglamento como le hicieron ver en circunstancia similar hace algunas semanas a Manlio Fabio Beltrones. ¡Líbrenos el señor!

Dicen las crónicas:

“Con un vestido blanco y zapatos de tacón, la panista subió como pudo a la moto del patrullero Oscar Jiménez Espejel, miembro de un cuerpo de escoltas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal que trabaja en coordinación con el Estado Mayor Presidencial para servir de avanzada en los traslados de la candidata.

La solución planteaba un problema para su equipo: que Vázquez Mota llegara al IFE en una moto del GDF y sin casco, además de recorrer cerca de 10 kilómetros sin escolta.

Cuando ella ya se había arrancado, el capitán del Estado Mayor encargado de su seguridad paró a un motociclista que iba pasando y le pidió aventón; alcanzó a Vázquez Mota pasando el entronque de Insurgentes. La candidata bajó de la motopatrulla y subió con el espontáneo, que por suerte traía dos cascos.

A las 12:10, la panista entró al estacionamiento del IFE montada en la motocicleta de Aarón Fuentes, quien dijo que iba de paseo a Cuernavaca y decidió ayudar cuando vio la angustia del equipo”.

Note usted la perspicacia del “comequecas”, “vio la angustia del equipo”. ¿Y el EMP está pintado?

Pero las ocurrencias son el único refugio de quienes se ven impedidos por el lapso de las inter campañas para intentar hacerse de un poco de atención por parte de los electores quienes dicho sea de paso ya están un poco hasta la coronilla de todo esto.

No sabe este abrumado redactor a quien se debería dirigir para hacerle ver cómo las campañas, la mayor o la menor, simplemente no le interesan mucho a los ciudadanos especialmente si se las disfrazan con anuncios espectaculares o en luchar de los candidatos hablan los coordinadores.

Hoy como nunca estamos viendo el juego de los espejos. Si un candidato dice una cosa los de enfrente responden de inmediato. Todo se les va en cuartos de guerra y reparación de daños o control de conflictos.

Se les mira azorados cuando no azogados. Desde los errores de Guadalajara los priístas le soplan a la leche pues se quemaron con el jocoque y no se diga la cautela innovadora de los panistas quienes buscan y buscan conejos en el fondo de la chistera.

-¿Y se presentamos una prueba de polígrafo para demostrar una limpieza absoluta
–Bueno, pero también una declaración de haberes, una exhibición del patrimonio personal y aun familiar

–No, pérate, eso para más delante.

Ocurrencias, puntadas, frases para la posteridad, cerebros agotados en la tormenta de las ideas. Eso también es la política. Hacer creer, engañar, tirarse clavados en el área como ha dicho el técnico Ambriz. El futbol también es engaño, como la política, el supremo arte de engañar a los demás y lograr de ellos el voto penitencial por cuya emisión ya tendrán seis años de arrepentimiento.

VIUDEZ

En algún momento Andrés Manuel y Enrique conocieron la viudez. Josefina,
solo en la obra con cuya divina petición inició su exhibición pública, Hazme viuda.

CORTE

Me escribe un acucioso lector. Esto dice:

“Con respecto a su columna de hoy, recuerdo una anécdota de mi tío, Mariano Azuela Rivera (hijo del novelista y padre de Mariano Azuela Güitrón), cuando fue ministro de la Corte.

“Ocurre que había un elevador muy pequeño, utilizado solamente por los ministros, pintado totalmente de negro y muy lento.

“Don Mariano decía que dicho elevador era como una metáfora de la propia institución: «lento, oscuro y de muy poca capacidad“. Un saludo. Óscar González Azuela”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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