Terminan hoy las campañas electorales en una muy buena parte del país. Pronto conviviremos con la veda y le daremos gracias a Dios. Por fin una pausa entre la escandalera insoportable de los millones de “spots”; tan estúpidos unos como los otros. ¿Quién ganaría en ese concurso de memeces?

Nadie, todos perderían, especialmente los inermes e indiferentes ciudadanos cuyos oídos ya no registran las banalidades de la propaganda por radio y televisión, una más de las herencias de la decadente “democratización” del IFE, antes de verlo cómo se hundía en la pifia atroz del actual Instituto Nacional Electoral. Una olla podrida, la presida quien la presida.

Mientras,  esperamos serenos las dimensiones de la tempestad.

En la jornada del 5 de junio de 2016, se decidirán mil 365 cargos de representación popular, gobiernos estatales y alcaldías.

En los trece estados con  comicios este año (Colima repitió proceso; sería el 14º), en total se van a elegir 239 Diputados de Mayoría Relativa, 149 Diputados de Representación Proporcional y 965 Ayuntamientos o alcaldías de los dos mil 445 municipios del País y 12 gobiernos estatales.

La novedad electoral son los 60 Diputados a  la Asamblea Constituyente cuyo trabajo (sumado al de 40 designados) será la Constitución de la Ciudad de México, la cual desde ahora promete ser el batidillo más grande de nuestra historia legislativa. Un adefesio impresentable a fin de cuentas. Será cuando mucho el menú para una  cena de negros. Y no salgan ahora con aquello del lenguaje discriminatorio.

Cien diputados constituyentes, de los cuales, 60 van a ser electos entre notables capitalinos (dicen) y 40 serán designados. De estos, 28 provendrán de las Cámaras de Senadores y Diputados (14 y 14); el Presidente nombrará a seis y lo mismo hará el jefe de Gobierno de la CDMX. También habrá diputados “independientes” lo cual es para ponerse a pensar si son lo mismo la diversidad o la ensalada.

El 30 por ciento de los electores del país están convocados al sufragio. Nadie apuesta por la participación abundante, más bien se asoma el eterno porcentaje de abstención o anulación. Cuando mucho votará, en promedio, la tercera parte de los empadronados.

Han tenido estas campañas mucho de repugnancia y obscenidad. Las campañas sucias ensucian la política, dijo alguien. Otro, con más tino dijo, las campañas sucias lo son tanto como la política. La política sucia hace campañas sucias, con hombres y mujeres sucios. Las partes son iguales al todo. Todo apesta, todo es mugre. No hay mujer honesta, no hay hermosa corbata. ¿Es un espejo o una definición?

Para muchos estas elecciones son un ensayo, un round de sombra para la anticipación de los comicios federales del 18.

Algunos lo ven como el laboratorio; otros como un reflejo no definitivo; algunos como el resultado de un plebiscito no declarado así sobre la calidad del gobierno de Enrique Peña. Hay quienes creen en la oportunidad para reacomodar las fuerzas, sobre todo de la izquierda. El PRD en el fondo de su historia. Morena en la alborada de su ascenso firme donde la única hermandad es con el pueblo. Lindo.

Piensan algunos desde el gobierno en la obligación histórica de conservarlo y aumentarlo. Y eso sólo si el PRI gana. Recuperar estados perdidos o de perdida mantener aquellos en su poder. Lo podrán hacer en Sinaloa y en Hidalgo. Conservarán Chihuahua y verán cómo la elección de Veracruz se decide en los tribunales.

Los morbosos esperan el derrumbe del PRI como prueba de su juicio adverso al Presidente Enrique Peña. Pero hay quienes le dan peso local sólo a lo local. En ese caso el PRI perderá Tamaulipas y difícilmente llegará a la meta de los 9 laureles ofrecida por Manlio Fabio Beltrones quien se bate como gladiador solitario en una arena donde dada vez hay más leones y menos espadas. Los demás poderes también votan. Los fácticos y los ocultos.

Carlos Lozano, quien hizo un  buen  gobierno en Aguascalientes, se desentendió del proceso y quizá, con todo y sus ex mandatarios en la cárcel, como Reynoso Femat, el PAN vuelva a pintarse de azul.

Veracruz es obviamente la pieza mayor en todo este juego. Héctor Yunes, llega con una mejor posición en las encuestas y en Oaxaca las aguas se calman para darle paso al buque de Alejandro Murat.

Este proceso necesita una doble observación: sabremos si los electores saben elegir o nos probarán de nuevo la enorme capacidad de la democracia (aquí y en todas partes) para elegir sin pensar o pensando de manera equivocada.

A fin de cuentas como dijo Charles Bukovsky, (el gran pornógrafo autor de “La máquina de coger”),  “la democracia es el único sistema en el que votas para  decidir lo que ya sabía quien de todos modos te va a joder”.

Quizá el voto más sincero sea el día sin urna. Por eso el gran asunto será ver cuántos no vamos a ir a votar. No votar es darle elocuente voz a la “mayoría silenciosa”.

Y ausente, por eso es mayoría.

MAÑANERO

–¿Se acaba “El mañanero”, me preguntan.

–Sí, les contesto, de lunes a viernes se acaba antes del “Matutino Express”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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