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Fin de semana con Rafael Cardona

En términos históricos el anuncio de la semana –quizá no la noticia, pues estas se basan en hechos; no en acasos–, fue la frustración del magnicidio contra Felipe Calderón.

En el ya dicho anuncio hubo un notable viraje. Por la mañana era una certeza y por la noche, cuando a él se refirió el propio presidente, era una sospecha, una posibilidad, una versión de necesaria indagación para conocer no solo su profundidad sino también su veracidad. Todo esto permite, sin incurrir necesariamente por ese solo ejercicio de la duda en actitudes subversivas o hipercríticas, lucubrar en torno de la naturaleza del aviso.

Nos advierten o nos persuaden. Se trata de mostrar sensatamente la grave dimensión de la potencial agresividad de los delincuentes mayores o simplemente se quiere sacar al Presidente del desastroso escenario del “shock” económico tan dramáticamente descrito por Agustín Carstens. Hasta ahora no es posible probar, pero si es posible dudar.

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Cuando el Departamento de Estado de los Estados Unidos “abrió una colección de documentos previamente clasificados” fue posible conocer nuevos datos en torno del papel de la Agencia Central de Inteligencia en el golpe de estado en Guatemala contra el Presidente Jacobo Arbenz en 1954.

Arbenz, entre otras cosas graves, había chocado contra la poderosa United Fruit Company cuyo dominio en Guatemala en los años previos había sido preeminente. La situación indujo a la administración Eisenhower a considerar un peligroso viraje de Guatemala hacia la influencia del comunismo. En esos años de la Guerra Fría los comunistas eran vistos con el mismo recelo con el cual hoy se mira a los “terroristas”. La peor acusación era ser izquierdista delirante. Cada tiempo tiene su enemigo.

El golpe militar en favor de Carlos Castillo Armas, desembocó en una situación de confrontación civil y represión cuyo saldo fue de cientos de miles de guatemaltecos muertos a lo largo de tres décadas, por lo menos, sin poder asegurar aun hoy su terminación.

En los días posteriores al golpe la CIA instruyó al gobierno a crear noticias para distraer la atención del público agobiado por la “manu militari”. No se tenían, vale decirlo, los recursos tecnológicos de hoy. No había (menos en Guatemala) muchas televisiones y faltaba medio siglo para la Internet, las señales por cable o por satélite.

Un memorandum del 30 de enero ponía ejemplos para la conveniente fabricación de noticias: “si es posible provoquen grandes historias de interés humano (en inglés los trabajos de los reporteros se llaman “stories”); platillos voladores, nacimientos de séxtuples en lugares apartados…

Todo lo anterior, si alguien quiere consultarlo, esta en el New York Times del 6 de julio del año 2003 en un amplio reportaje firmado por Stephen Kinzer y al cual llegué por sugerencia de un atento lector de esta columna.

Todo este asunto de la fabricación de noticias para ocultar otros asuntos de interés inconvenientes para el gobierno es algo conocido de sobra por los mexicanos. Cuando Ramón Muñoz desde Los Pinos se tiró la puntada de inventar náufragos saludables con nueve meses a la deriva en un cayuco, la inteligencia nacional fue puesta a prueba: nadie se creyó semejante camelo a pesar de los esfuerzos en sentido contrario desarrollados por la televisión para favorecer un estilo de pensamiento positivo y teísta gracias al cual ninguna adversidad es mayor al empeño humano por superarse a sí mismo.

Típico de la Sahagún y su marido. .

Por eso fue tan llamativa la respuesta ofrecida por el presidente Felipe Calderón al periodista Joaquín López Dóriga en la entrevista difundida por el “Canal de las Estrellas” al finalizar la Cumbre de Norteamérica.

Después del deslavado papel nacional en ese triángulo tan disparejo, la Secretaria de Seguridad Pública dio a conocer la captura de un sicario (“asesino asalariado”, según la Real Academia Española de la Lengua) cuya encomienda era planear (y quizá ejecutar) un atentado contra el Presidente Felipe Calderón.

Como hayan sido las cosas, por primera vez desde una dependencia del gobierno se dada a conocer oficialmente la existencia de un complot de tal naturaleza. Preguntar era una obligación profesional.

–… Es que las amenazas le han llegado a usted. Hoy nos enteramos; hay una información de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, que detuvieron a un sujeto que iba sobre usted. ¿Cómo maneja usted esto?

— Bueno –respondió Felipe Calderón–, la verdad es que no sería ni la primera ni la última vez que se habla de una amenaza o de un intento de atentado contra mí. Y la verdad es que yo no lo veo como un sentimiento o como un símbolo de fortaleza, sino como un síntoma de debilidad, precisamente. ¿Por qué razón?

“Porque saben que les estamos afectando severamente su estructura criminal, porque saben que estamos debilitando su capacidad de acción, porque saben que estamos diezmando ese control asfixiante que tenían sobre muchas sociedades del país, y todavía nos faltan muchas; pero si no les afectara la acción del Gobierno, no se tomarían la molestia de andar buscando cómo me quitan a mí del camino.

“Y si lo que… mira, más que… HABRÍA QUE VER QUÉ TAN CIERTO, O QUÉ TAN PROFUNDO SON ESOS PLANES. Pero, en realidad lo que buscan es intimidar, es que uno le saque, que se haga para atrás, que se eche para atrás, y aquí ni nos intimidan ni nos vamos a echar para atrás…”

En este sentido la información de la SSP se vino por los suelos. Si el presidente de la República, en una entrevista originalmente destinada a clarificar el papel de México en una cumbre internacional, lleva como elemento adicional una noticia soltada con platillos y tambores ese mismo día por la mañana muy temprano y no goza siquiera de la credibilidad total del aludido, algo suena fuera de diapasón.

–¿Quién debería en esas circunstancias elucidar la interrogante presidencial?

Cuando dice: HABRÍA QUE VER QUÉ TAN CIERTO… otro cualquiera podría decir: habría que ver qué tan falso…

Más adelante el presidente prosiguió su respuesta dando por hecho el motivo de unas amenazas de cuya certeza no se tenía (al menos a la hora de la entrevista) confirmación ninguna:

–“¿Por qué razón (se debe proseguir la lucha sin tregua ni cuartel ni posibilidad de diálogo o pacto alguno)?

“Porque yo me he puesto un objetivo que es contribuir como Presidente de la República en lo que a mí me corresponde en mi sexenio a dejar un México seguro, a contribuir a que en el futuro las nuevas generaciones de mexicanos que vienen, los niños, puedan salir a la calle a jugar, a estudiar, que los muchachos puedan a ir a trabajar sin problemas, que la gente pueda dedicarse a labores productivas, sin estar temiendo a qué hora los están extorsionando, sin que las madres de familia tengan miedo de que a sus niños en la primaria, o en la secundaria, les están empujando la marihuana, o la cocaína ahí mismo… ”

Pero las cosas cambian. Los boletines desaparecen del portal oficial y no se vuelve a escuchar ni media palabra del licenciado Ramón Eduardo Pequeño García, jefe de la III Sección de la Policía Federal, quien esto le dijo a José Cárdenas en la radio cuando le preguntó sobre el atentado en vías de preparación:

— Mire, bueno como ya se especificó en el boletín que se leyó hoy por la mañana, es una labor de inteligencia que tiene más de un año, ahí en la cual se pretendió en un primer momento ubicarlo, después conocer su “modus operandi” y tres, esperar el mejor momento o el momento más propicio para poder proceder a su aseguramiento.

–¿La Policía Federal sabía desde hace un año que se estaba planeando un atentado contra la vida del Presidente?

— Ahí señor, tenemos una serie de blancos a los que se les da seguimiento permanente, “Dimas” era uno de ellos, a partir de que es una gente que tenía un crecimiento importante al interior de la organización y bueno posteriormente fueron saliendo ahí algunas cosas que daban o señalaban parte de esta información y bueno pues se le puso más atención entonces al tema.

–¿Cómo se entera la autoridad que planeaba un atentado contra el Presidente Calderón?

— Mire, ahí si que es información de inteligencia, nosotros nada más procedimos a darle seguimiento al señor y bueno, ahora con su detención y su primera declaración es lo que él señala, que ahí él lo señaló en entrevista que se tuvo previa”.

Sin embargo un día después en una barda del periódico “El Debate” de Culiacán, y en un ventanal de “El sol de Sinaloa”, aparecieron sendas cartulinas amenazantes superiores en agresividad a los dichos del “Dimas”.

«Sr. Presidente si creiste (sic) que capturando a El Dimas salvaste tu pellejo, te equibocas (sic). Tengo mas celulas (sic) trabajando en el mismo proyecto. Tu vida es el precio por la captura de mi hijo», dice el primer mensaje.

“En el segundo—informa El Noroeste”–, colocado en la pared de El Debate de Culiacán y reportado a las 6:40 horas de ayer, también sin remitente, se lee:

«Sr. Presidente, una pregunta? si tardaste un año para dar con “El Dimas” calculas que te alcanse (sic) la vida para dar con toda mi gente. Cuidate (sic) porque ya tenemos la consigna y prometemos al pueblo será cumplida».

Frente a la declarada convicción presidencial de entereza frente a las amenazas y a su manifiesta actitud de proseguir con el cumplimento de sus obligaciones sin arredrarse ni cejar, la imagen del Presidente nos remite inmediatamente a parte de la propaganda preelectoral promovida por empresarios afines al PAN quienes insertaban en los diarios pequeños avisos donde estimulaba la valentía del ejecutivo: “siga valiente. Señor Presidente”.

Pero esa imagen no es únicamente de los mexicanos hacia su jefe de Estado. La comparten otros mandatarios del mundo. Lo ha hecho Barack Obama y más recientemente el presidente de Colombia, Álvaro Uribe con quien guarda muchas afinidades ideológicas y políticas.

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La liberación de algunos de los presos por el asesinato colectivo en Acteal, Chiapas, ha dejado en claro muchas cosas, entre ellas la podredumbre de las instituciones nacionales de procuración de justicia.

Independientemente de las quejas de los agraviados por una liberación cuyo desenlace consideran simplemente una patraña para dejar sueltos a los criminales verdaderos, vale la pena leer este punto de un pronunciamiento divulgado por la sociedad civil de Las Abejas en la víspera de la excarcelación de los indígenas cuyo futuro en libertad es peor de cuando estaban en reclusión.

“A pesar de todo, nosotros los miembros de la Sociedad Civil las Abejas manifestamos que no vamos a arriar nuestra bandera de Paz y de Justicia. Vamos a seguir luchando de manera no-violenta. Pero no tenemos ninguna confianza en el gobierno. Nuestra confianza está puesta en la solidaridad de la sociedad civil, en la sangre de nuestros mártires que nos da fuerzas para no abandonar la lucha y en nuestro Dios que no es sordo al clamor de los pobres y de los oprimidos.

“Por la Mesa Directiva: Sebastián Pérez Vázquez, Presidente; Pedro Jiménez Arias, Vicepresidente; Francisco Gómez Pérez, Tesorero y Francisco Pérez Gómez, Subtesorero”.

Este asunto de la fabricación de pruebas nos lleva necesariamente a una reflexión.

El primer cargo público en un gabinete presidencial desempeñado por un panista; fue el de Antonio Lozano Gracia, quien le fue impuesto a Ernesto Zedillo en la Procuraduría General de la República como parte de los arreglos previos a la entrega del poder.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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