La desastrosa campaña en contra del Instituto Nacional Electoral, emprendida a partir una clarinada desde el Palacio Nacional desde el principio del gobierno y cobijada por la falacia de la “austeridad republicana”, cuyos daños ya superan los excesos de los dispendios neoliberales, ha tenido en estos días una voz sensata.
Y por sensata, nadie en Morena la quiso escuchar.
Fue la palabra de Ricardo Monreal, el presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado, quien aportó con sencillez algo absolutamente lógico: si el problema para hacer la consulta de revocación (confirmación, consagración, canonización, etc), del mandato es la falta de dinero en el INE (meollo de la controversia constitucional); pues denle el dinero para hacerla.
Obviamente nadie entre los suyos (si aún lo consideran parte de la Santa Madre Iglesia Andresiana), le va a hacer caso.
Con perdón de esta expresión en la cual se menciona el mefítico olor de las excrecencias de la mofeta, Don Ricardo Monreal está “meado de zorrillo”.
En el Palacio Nacional se le han cerrado puertas y ventanas, cosa aprovechada por sus adversarios para lanzarle todo tipo de proyectiles: saetas, lanzas, flechas, piedras, misiles, torpedos, trompetillas y hasta mentadas de madre como mis castos oídos escucharan hace poco en un restaurante, a la mitad de una indiscreta gritería de morenos, morenas y morenitos. Ya ve cómo se llevan todas estas finísimas personas.
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Pero si las palabras de Monreal no tuvieron eco, ni mucho menos atención y posiblemente sí reprobación desde el altar mayor, la orden ha sido usar la artillería mayor y el cañonero favorito, Mario Delgado, apremia a 18 gobernadores morenos y similares; advenedizos y conexos y sus parlamentarios, para promover “fast track” el juicio político de los consejeros del INE.
No de todos al principio, sino nada más de los insumisos al capricho presidencial. Les cortan las alas y luego les exigen vuelo celestial y piruetas en el aire.
La verdadera intención fue expresada por el presidente de Morena en Villahermosa (dónde si no), desde marzo de este año cuando se bamboleaba la candidatura a Félix Salgado Macedonio y un atajo leguleyo y huizachero, hicieron gobernadora a su hija Evelyn.
“…El presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Mario Delgado, aseguró que hay que ir pensando seriamente en renovar o exterminar al Instituto Nacional Electoral (INE) porque se quedó «atorado en el pasado».
“Tras insistir en que se combatirán las decisiones del organismo mediante los tribunales, dijo que este sigue aplicando las viejas prácticas del ‘PRIAN’. Incluso, agregó, algunos de sus consejeros provienen de cuotas e impuestos por cuates del PRI, PAN y PRD.
«¿La solución sería el cambio de consejeros o la exterminación del instituto…?
«Yo creo que son las dos cosas, hay que pensar seriamente no solo en el tema de las personas, sino en la institución que garantice una auténtica democracia» respondió (El financiero)”.
Pero mientras se extermina al Instituto, se debe empujar a sus consejeros al abismo. Y eso están haciendo sin darse cuenta de algo muy grave: el embrollo actual es tan complejo como para crear un polígono vicioso: la Corte, los gobiernos estatales, Morena, la Presidencia, el propio INE, Hacienda, la Cámara de Diputados y el Senado, más lo superviniente esta semana.
Todo eso con grave riesgo de desequilibrios institucionales en medio de vioaciones a la ley por la promoción descarada en favor de la recolección de firmas para la consulta.
–¿Y todo este desmadre para qué?
Para nada, absolutamente para nada.
Una revocación no solicitada y un capricho cumplido para mayor gloria de quien no se satisface con la ya lograda. Más y más, parece ser la canción del insaciable apetito del poder.
–¿Será la consecuencia natural de los años de espera y las frustraciones acumuladas en el camino y hasta ahora no digeridas?
Averígüelo Vargas. O Freud.