Cuando ya doña Fase II se había instalado cómodamente en su poltrona mexicana, los científicos del gobierno  se percataron de su presencia y la invitaron a pasar: 

–Venga usted, siéntese  por favor, la mesa está servida; no le digo de la cama, porque de camas, ¿sabe? andamos fallones, por eso no habíamos querido aceptar públicamente su visita, pero ahora, aquí podrá usted estar a gusto.

“Ya hemos retirado todos los ‘detente’. Nadie la molestará”.

Escuchado lo anterior doña Fase Dos se asomó por la ventana en busca de Susana Distancia. Como no la encontró, sencillamente comenzó a dispersar sus virus por todo México. Quien la viera recordaría aquella ilustración en los viejos libros de Larousse, la editorial de los pequeños diccionarios. 

Los jóvenes no disfrutaron esa alegoría del saber. Una dama de perfil clásico, sopla y deshace un  Diente de León cuyas semillas se dispersan.

 “Siembro a todos los vientos”; era el lema de aquellos lingüistas empedernidos, cuyo empeño era seguir el camino más sencillo hacia los sueños enciclopédicos de Diderot.

Pero bueno, así se esparcen ahora  los virus invisibles y hoy ya no los tenemos de importación. A partir de ayer, aunque ya lo eran,  son posibilidades locales de contagio.  Nos contagiamos entre nosotros y nos espera la fase aguda de la epidemia. Ni modo, mi fuerza moral. 

Pasaremos los caminos de Italia, China, España, Francia, Alemania y Estados Unidos. De los chinos, mejor ni hablamos. Ellos ya van de salida, si bien no se sabe a dónde van a salir, porque ya comenzaron los rebrotes. La diferencia entre nosotros y aquellos países es el grado de desarrollo y el caso no les sirvió para nada y se les comenzaron a morir los enfermos porque sus sistemas de salud no fueron suficientes. Los nuestros, menos.

Pero este asunto de las crisis importadas o autogeneradas, me lleva a plantear un símil con la economía: 

Si bien hace algunos años resentimos el coletazo de la crisis financiera mundial  siempre hubo la explicación exculpatoria de un fenómeno del cual éramos inocentes. El contagio nos venía de afuera. No así el H1N1 (fiebre porcina), cuyo origen fue mexicano. 

Pero volvamos a la economía.

Cuando la 4-T llegó al poder, descubrió un país en ruinas. 

Todo estaba mal. 

–“Un cochinero, nos dejaron un cochinero”, era el clamor.

 Así la crisis, la eterna crisis mexicana, no venía de fuera, venía del pasado. El pasado es el tiempo extranjero.

Pero ahora la economía ya cayó en fase dos: los problemas se los causa el gobierno a sí mismo por su terquedad, su desconocimiento petrolero, sus caprichos, su populismo. 

Al menos eso dicen quienes han visto en la cancelación del proyecto cervecero de Mexicali; disfrazado, para más burla, de consulta popular,  un golpe a la confianza y por consecuencia a la inversión  cuando más se necesita. 

Como la dama del soplo en los diccionarios viejos, el gobierno dispersa las oportunidades y nos recuerda aquella frase de George Bernard Shaw dirigida al inútil Archibald Philip Primrose, fugaz primer ministro de la GB:

“Nunca pierde la oportunidad de perder una oportunidad”.

Y con caprichos como el aeropuerto, la cervecera, el metro bus de La Laguna y tantos más de distintos tamaños e importancia, resulta para dar grima. 

Y de la grima a la lágrima, unas cuántas letras nada más.  

OAXACA

Durante la reciente visita presidencial a Oaxaca, posiblemente la 

última de esas características tumultuarias, el gobernador Alejandro Murat expresó por qué en Oaxaca una carretera de cien kilómetros es un fruto anhelado.

“…Oaxaca se constituye en ocho regiones. Para ir de una región a otra tardamos por lo menos entre cinco a seis horas. 

“Esta autopista de 104 kilómetros y la que pudimos supervisar con usted ayer, la Mitla-Tehuantepec de alrededor de 186 kilómetros permitirán supervisar ese gran obstáculo de la conectividad y permitirle a Oaxaca de una vez por todas cambiar de fondo y poder ofrecer el entorno propicio para que haya el desarrollo de la grandeza que tiene Oaxaca…”

Y el Señor Presidente prometió:

“…Me da mucho gusto estar aquí en este punto de esta súper carretera que se está construyendo para comunicar a Oaxaca con Puerto Escondido, con la costa del Pacífico.

“Es, como aquí se ha dicho, una obra muy importante. Nos ha dado también una buena noticia el ingeniero Cedric Escalante, de que vamos a terminar esta obra en dos años, que la vamos a inaugurar el 21 de marzo del 2022…”

¿Me canso ganso?

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Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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