carstens

En memoria de Eloy Aguilar.

En el catálogo interminable de la ociosidad humana se debe inscribir de manera especial y en sitio preferente, el comportamiento actual del gobierno mexicano y su inútil manía de polemizar en el vacío; también la confusión (¿confesión?) entre el poder y el infierno y la discusión sobre si se puede servir el diesel con el dedo como sucedáneo del atole.

También podemos inscribir en este concurso del absurdo la costumbre de confundir los asuntos de la tierra con las cosas del cielo; la nebulosa sobre quien piloteaba el avión caído en las un inmediaciones del Campo Marte con los tristes resultados de todos conocidos; la convocatoria para construir un arco conmemorativo del Bicentenario de la Independencia y los Cien Años de la Revolución en un sitio donde apenas cabe una rueda de la fortuna y el nunca terminado análisis sobre lo inaceptable del crónico desempeño a la baja de la selección nacional de futbol.

Desde la aparición del catarrito Carstensiano (me agripo, luego existo) hasta el diagnóstico de la neumonía expresado por el presidente Felipe Calderón en los helados parajes alpinos donde Thomas Mann ubicó “La montaña mágica” (en lenguaje literario se podría decir, la economía no tiene pulmonía; está tuberculosa en el mismo sanatorio de Hans Castorp), no hemos hecho otra cosa en este país sino bordar en el vacío, arar en el mar; escribir en el hielo y construir el muro de las ilusiones con ladrillos de humo.

Tiempo para perderlo, no para edificar.

Discusiones eternas en torno cosas sobre las cuales la realidad ya dictó su veredicto. Necesitamos un aeropuerto pero no podemos construirlo; entonces le hacemos un pegote al inútil puerto aéreo cuya sustitución la lógica demanda. Requerimos un sistema de refinerías para aprovechar el agotado petróleo aún disponible y dejar de importar combustibles caros y no podemos siquiera decidir dónde vamos a construir una. No importa si viene a ser la primera o la única.

Y así se va la vida. Nada crece, excepto la población y los enanos en el circo de cada día; los problemas y la violencia. Pero hasta de ella nos ufanamos, si se deben creer las palabras presidenciales en Suiza: les estamos dando patadas y patadas bien dadas a los delincuentes mientras el polvo de la limpieza sale por los ventanales de la casa.

–¿Y ellos dan claveles o pozole?

El Foro de Davos es esencialmente un acto social aun cuando Klaus Schwab lo haya disfrazado de anfibio entre el mundo académico y los negocios. Los ejecutivos jugaban a la “ciencia” económica o con ella, como se quiera ver.

Algo similar al Club de Roma o el Grupo Huatusco (si podemos guardar las proporciones sin ofender a Javier Beristáin) con un poco de futurología y un tanto de remordimiento bajo la premisa de reunirse anualmente para analizar cómo se puede mejorar el futuro del mundo. La red nos dice de algunos miembros importantes de este foro, además de algunos comunicadores mexicanos en bancarrota, de cuyo nombre más vale ahora no acordarse.

Gordon Brown, Bill Gates, la Reina Rania Al Abdullah, James Dimon, KV Kamath, Henry Kissinger, Indra K. Nooyi, David J. O’Reilly, Wang Jianzhou, Hamid Karzai, Bono (Jim Morrison no alcanzó a inscribirse; galopaba en la tormenta); Ban Ki-Moon, Condoleezza Rice, Tony Blair (miembro del Consejo de la Fundación del Foro Económico Mundial), Barham Salih, Umaru Musa Yar’Adua y John Chambers.

La enciclopedia nos recuerda: en la reunión anual del 2008, Bill Gates propuso un “capitalismo creativo que utilice las fuerzas del mercado para hacer frente a las necesidades de los países pobres”, lo cual como ahora comprobamos no deja de ser un lugar común digno de la oratoria de campaña de cualquier candidato a diputado por Amecameca.

Pero los ricos consideraron durante muchos (erróneamente) años la infinita potencia del capitalismo acumulativo y expansivo y un día la liga se les reventó. Son estas infecundas reuniones tan absurdas como las asambleas de astrónomos incapaces de predecir el eclipse; los vulcanólogos en plena erupción o los policías a quienes les roban la patrulla. Años y años y nunca vieron venir el problema o lo vieron y compraron para ellos sus cápsulas de salvación, sus “mandarinas” en el maremoto.

Y en ese movimiento incontrolado, la economía mexicana se fue de bruces a la recesión tantas veces considerada imposible en los ensalmos de la disciplina fiscal, el monto de las reservas, el fácil control de la deuda externa y todas esas variables aun firmes pero insuficientes para garantizar la vida cotidiana bajó condiciones de orden y desarrollo.

Este país no crece de manera suficiente hace más de un cuarto de siglo y ante eso nadie hace nada. Hoy la gran polémica nacional, al menos entre el presidente cuya voz clama prudencia y balance entre el optimismo imposible y el pesimismo razonable y el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, no es cómo hacemos para salir de la barranca donde estamos atorados como bueyes sino cuan hondo nos vamos a hundir.

Si nos quedaremos en el cero “carstensiano”; o sea el derrumbe, o caemos a una sima mayor tal ha predicho el señor Ortiz quien de crisis sabe un rato largo pues a sus luces se debió el tratamiento del Fobaproa, esa enorme sangría de cuyo monto ahora se ufana el ex presidente Ernesto Zedillo quien como pez en el agua nada por los riachuelos de Davos.

–Nos tiramos el 21 por ciento del Productor Interno Bruto, a ver si aprenden gringos muertos de hambre. Ese es rescate, no pedazos, les dice a los “bushianos” y “obamistas” empeñados ahora en sacar de los agujeros negros al sistema bancario americano con todo y sus ridículas calificadoras incapaces de calificarse a sí mismas en el fondo de la desventura.

Pero eso si tenemos uno de los mejores equipos económicos del mundo. ¿De veras? ¿De veritas? Pero decíamos, nadie hace nada por el crecimiento.

Bueno, el Senado, por impulso de Manlio Fabio Beltrones, hace un foro en busca de una respuesta a la única pregunta posible: ¿Qué hacer para crecer?

Y alguien diría con razón, dejar de hablar y ponerse a actuar. ¿Dónde? En todos los campos económicos, con estímulos fiscales (no con rebajas en el los aumentos, sino en los precios); con exenciones para quien en verdad produzca, no nada más invierta en busca de quiebras oportunas de cuyo rescate el gobierno se hará cargo, echando atrás los convenios internacionales lesivos para el país (TLC, por ejemplo); estimulando el mercado interno, soltando el dinero a tiempo, moviendo la economía y sobre todo, tomando decisiones sin temor al error, la mayor falla es la parálisis, el susto, el agarrotamiento, la indecisión, la duda, el miedo a ejercer el poder.

“La economía mexicana está en recesión. En 2009 el producto interno bruto (PIB) decrecerá entre 0.8 y 1.8 por ciento y hasta 340 mil personas que hoy tienen un empleo formal se irán a la calle. “Esto corresponde a cualquier definición de recesión”, declaró Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México” Y alguien debe hacer algo y pronto.

“De hecho (agrega un informe del Banco de México), prácticamente toda la gama de indicadores mostró un debilitamiento: demandas interna y externa, producción de los distintos sectores y los indicadores del mercado laboral. Además, se acentuó el deterioro de los indicadores de confianza y de clima de negocios”.

Por eso desde el liviano aire de las montañas suizas suena raro este optimismo:

“Yo creo que tan malo es generar expectativas sobradas o infundadas, infundadamente optimistas, como también generar expectativas cada vez más negativas y deterioradas que también pueden carecer de fundamentos sólidos.

“En la medida en que se generan expectativas negativas, también se inhibe la decisión de los agentes económicos; las decisiones de inversión se posponen, las decisiones de consumo se posponen… La clave es ver qué podemos hacer para revertir esta situación, atemperar sus efectos y maximizar las posibilidades de crecimiento y protección del empleo y el ingreso de los mexicanos…”

Pero junto a panorama negro, vemos cómo se tira en México el dinero a la basura, al menos al tacho electoral, pues como dijo Thomas Carlyle, la democracia es el caos provisto de urnas.

Se habla de lo antieconómico de subsidiar el consumo popular, de cómo se quieren gravar hasta los frijoles y las aspirinas, pero nadie censura el subsidio a los partidos políticos cuya operación le ha costado a la Nación, 36 mil 500 millones de pesos en la última década.

Este año gozarán de fondos por 3 mil 600 millones de pesos. ¿Tiene objeto todo este dineral? Sí, mantener entretenida y aceitada a la “clase política”.

“…un hombre que fue acusado de inculto (de seguro sin motivo) se comportó como el más entusiasta lector de Maquiavelo (¿?): llegó a la presidencia arrojando al PRI de ella (¿Cuándo escribió don Nicolás el manual para echar al PRI?) y luego impidió que la oposición llegara a su vez a la silla presidencial, conservándola para su partido. En suma, un éxito.”

Lo anterior de parte de un historiador nombrado por el gobierno panista (obvio) para organizar los festejos del Bicentenario y el Centenario, resulta notable: el resultado electoral no se debió a la voluntad popular expresada a través del voto, sino al maquiavelismo intuitivo y rupestre de Vicente Fox quien “impidió que la oposición llegara a la silla presidencial…”

–¿Quién analiza con tanta ligereza nuestra vida reciente? Pues José Manuel Villalpando, actual director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, en su libro (firmado con Alejandro Rosas) “Historia de México a través de sus gobernantes”.

Y este otro “guayabazo” francamente de lagoteo:

“…A casi dos siglos de que Morelos redactara los Sentimientos de la Nación, Felipe Calderón simplemente propone que se cumplan y hagan efectivos los sueños de Morelos (¡órale don Chema! Nomás eso estaba usted esperando hace 200 años)…”

Con razón no ha caído JMV en la triste condición del desempleo.

Plantea Enrique Peña Nieto la necesidad de actualizar y hacer eficiente el federalismo para lograr equidad y eficacia en la distribución de los fondos nacionales.

Pone como ejemplos la reforma hacendaria del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y la regularización de adeudos para el pago del agua en bloque. Esto y algunas cosas más fueron expuestos en la inauguración de la XII Reunión Plenaria del Grupo Parlamentario del PRI en el Edomex.

Por cierto, hoy se efectúa en Querétaro la plenaria de los senadores del tricolor. Como se quiera ver la maquinaria del PRI ya se puso en movimiento, eso explica la cantidad de golpes en la prensa de origen foráneo y también interno contra quienes (con razón o sin ella, con temor o sin él) consideran seguros contendientes por la candidatura del 2012.

Cuando alguien emprendía un proyecto descabellado en la prensa mexicana, Eloy Aguilar le repetía una frase de su invención: “te iba a salir más barato un cáncer en el estómago”.

Descanse en paz.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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