Quien crea terminada la cadena de las sucesivas rebeliones en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con el golpe de mano de los cinco magistrados adversos y adversarios del opulento magistrado presidente, José Luis Vargas, cuya imparcialidad es tan cuestionable como su opulencia, esta plenamente equivocado.
Este grave problema apenas empieza, mientras en los anaqueles de la institución se apilan más de mil expedientes de quejas del último proceso y se saturan las calificaciones pendientes, cuyo curso se ha visto interrumpido por estas convulsiones internas.
Ayer, como se sabe, cinco magistrados removiueron de lampresidencia a José Luis Vargas y nombraron en el cargo al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón.
“En su calidad de magistrada decana y presidenta del TEPJF por ministerio de ley (dijo “El economista”), Janine Otalora, convocó esta tarde a una sesión pública, luego de que José Luis Vargas Valdez había declarado un receso y se negó a retomar la misma”
Vargas se rehusó a regresar a la sesión porque los magistrados no tienen facultades para esta clase de convocatoria, ni mucho menos a votar entre ellos, repentinamente y sin atribuciones,la destitución del presidente del tribunal ni mucho menos a ventilar públicamente –como se pretendía hacerlo–, el desempeño del magistrado el desempeño de su responsabilidad.
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Y todo eso sin tomar en cuenta los expedientes judiciales abiertos y cerrados y la insistencia de la Unidd de Inteligencia Financiera, cuyo titular, Santiago Nieto –ese sin con atribuciones y sobrado interés–, le sigue los pasos y le pisa la sombra a “Don Billetes”.
En el aspecto político el Tribunal ha oscilado entre la indepeneencia y la conveniencia. Una de sus más recientes convulsiones ( si bien repetida me parece la palabra exacta), fue con motivo del retiro de las candidatiras de los morenistas Salgado y Morón a los gobiernos de Guerrero y Michoacán, lo cual provó la furia del presidente de la República y dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Pero en la crónica de las desaveniencias, esta ha sido quizá la más noitable, previa a esta destitucion. Los magistrados tiraron por un lado, y el presidente del tribunal se quiso congraciar con elm presidente, quizá para evitarse el enducerimiento de las investigaciones en su contra.
Así ocurrió en el pasado abril:
“En contra de la mayoría de los pronósticos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) canceló en definitiva las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, y avaló las reglas fijadas por el INE para evitar que la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados de alguna fuerza política rebase lo establecido por la Constitución…José Luis Vargas, el magistrado presidente, votó a favor de las candidaturas de Salgado y Morón…”
–¿Cuándo se comenzó a desmoronar este tribunal hoy en plena ruina institucional, sin rumbo cierto?
Quizá cuando en el año 2019 la magistrada Janine Otalora fue compelida a la renuncia:
“…Asumiendo mi responsabilidad de juez constitucional, en aras de facilitar la transición del Tribunal, he tomado la decisión personal, ética y política de presentar mi renuncia al cargo de Presidenta del Tribunal Electoral…”.
Ayer, frente a este desplante colectivo, el afectado convocó a una reunión privada hoy mismo –con los mismos de ayer–, para definir los verdaderos alcances de esta determinación de sus pares, quienes atropellaron –según él–, el orden reglamentario del tribunal, generaron una crisis constitucional y usurparon sus funciones.
Por la noche se produjo la última información de ayer:
“…Felipe de la Mata Pizaña pidió la remoción de Vargas como presidente del Tribunal, y el nombramiento de Reyes Rodríguez como presidente del TEPJF por un periodo de cuatro años, que correspondía al de Vargas. El acuerdo fue aprobado por los cinco integrantes del pleno”.
El sainete va para largo.