Una simple mirada al documento, producido por el membrete electrónico, www.mexicodecide.com.mx:
“Entérate sobre la consulta nacional del nuevo aeropuerto
Entérate sobre la consulta nacional del nuevo aeropuerto.
En una democracia los ciudadanos participan de la creación de leyes y la construcción del presupuesto.
No puede haber gobierno democrático sin participación ciudadana”.
La web www.mexicodecide.com.mx, como apoyo para lograr a una decisión informada en el momento de expresar opinión en la consulta sobre el nuevo aeropuerto o la mezcla operativa de los viejos, deja en evidencia la burda manipulación y la parcialidad de la pretendida decisión.
Por una parte la abierta exhibición de paternidad del partido en el futuro gobierno, desde ahora detentador de las mayorías parlamentarias —y otras cosas más— en el nuevo país, haría innecesaria cualquier otra demostración.
Pero si alguna se requiera, está el asunto del financiamiento de las 500 y tantas mesas de consulta en otros tantos municipios, lo cual convierte a todo esta imaginario acto de participación general, en una inducción surgida desde el movimiento gobernante.
Tan indelicada ha sido la maniobra financiera de la consulta (con todo y su imaginario costo de un millón y medio de peso, lo cual no alcanza no para los alimentos de quienes estarán tres días o cuatro en el cuidado de las mesas), como para lograr un pleito entre los legisladores a quienes se va a exaccionar; unos en favor y otros en contra.
A final de cuentas, sin embargo, la disciplina del partido (una voz de ya sabes quién), fue suficiente para aplacarlos a todos y ponerlos con la hucha abierta, como lo narra la nota principal de Crónica de ayer.
“Tras la negativa pública de algunos legisladores de Morena para financiar la consulta sobre la viabilidad del aeropuerto en Texcoco, el vocero del próximo gobierno federal, Jesús Ramírez Cuevas acudió a la Cámara de diputados para explicar ese tema a la bancada que encabeza Mario Delgado, pero se encontró con que no hay consenso en la fracción para respaldar ese tema.
“Hay, digamos, opiniones diversas; pero hay una voluntad de algunos, de colaborar abiertamente a favor de financiar esta consulta”, admitió.
“No obstante, la mayoría de la bancada morenista si se comprometió —al menos así lo expresó— a promover la consulta en sus distritos, “de acuerdo con su criterio”.
“Ése es otro asunto, para la difusión de la consulta sí nos van a ayudar, y algunos a financiarla”, aseveró.
“Asimismo, en caso de que la consulta se incline por Texcoco, advirtió que esa obra tendrá que replantearse y se harán modificaciones al proyecto de la obra.
“Tienen que replantearse los costos, la obra, que sea con materiales mexicanos, porque se estaba pensado en materiales de importación y que también haya obra de mitigación en materia ambiental y social que no afecte los derechos de los demás”, agregó.
“El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado reconoció que hay una gran pluralidad al interior de la bancada, donde “se tiene de todo”, por lo cual hay “posiciones encontradas” sobre el tema de la consulta del aeropuerto.
“Pues es plural esto, hay a favor, en contra. A favor y en contra del tema del aeropuerto y eso es, digamos, el debate a favor o en contra, posiciones encontradas, es respecto de si continúa el aeropuerto de Texcoco o nos vamos a Santa Lucía.
La tendencia en la información es grosera y mal hecha. Por ejemplo, en el punto en el cual se analizan (documento ya citado) las opiniones vertidas en una u otra opción se dice, en favor de Texcoco, Juan Pablo Castañón del CCE.
Ni los, pilotos, ni los ingenieros, ni Mitre, ni los controladores aéreos, ni las cámaras de turismo, ni nadie; sólo el CCE.
Y en contra, los pueblos originarios e indígenas de San Salvador Atenco y de 17 municipios más, argumentando que la obra representa ecocidio, etnocidio, urbanicidio, despojos y destrucción del patrimonio territorial, cultural e histórico.
Por un lado los empresarios rapaces y etc, etc, y por el otro los buenos pueblos originarios cuya riqueza cultural es de sobra conocida.
En la página de apertura se dice: del 2014 a la fecha los costos proyectados del aeropuerto (de Texcoco) han ido en incremento, de acuerdo con los datos registrados. Luego viene una gráfica en cuyos cuadros se anota:
—2015; 169 mil millones de pesos. 2017; 186 mil millones de pesos. 2018; 285 mil millones de pesos.
Ni una sola palabra sobre el tipo de cambio los precios del dólar. Nada sobre la inflación, nada sobre los costos internacionales de algunos materiales. Se trata de ofrecer una imagen de despilfarro ya mala administración. Por eso en el siguiente párrafo se dice:
“Al igual que los costos, los tiempos proyectados para que el aeropuerto (Texcoco) comience a operar, han cambiado continuamente:
Las gráficas, en forma de flecha dicen: 2014-2020. Y 2018-2022; 2024.
El documento es amplio y está lleno de esas inducciones y esas intenciones.
Tuvo razón hace unas semanas el ingeniero Jiménez Espriú cuando dijo: ni los datos ni los dados estarán cargados. Es cierto.
Pero las cartas están marcadas y el futuro gobierno juega como un tahúr.