Con cierta frecuencia se ha hablado en esta columna de la victoria (al menos aparente) del comunismo entre los analistas mexicanos, ya sean académicos o peor aun, seguidores de los profesores y estudiantes metidos a analistas, llamados también “comentócratas”, lo cual viene a fortalecer la tesis del triunfo comunista.

Los comunistas, vale decirlo de una vez, no son quienes desean ver los bienes de producción y sus beneficios en manos de la comunidad, sino quienes idean, patentan y comercializan lugares comunes. Los grandes centros educativos de “comunistas” mexicanos son el CIDE, el ITAM, la Ibero y en alguna época, El Colegio de México.

El campo de experimentación de sus tesis ha sido muy amplio en los últimos años. Ellos fueron los impulsores del juego democrático contemporáneo (hasta lograr instituciones donde cobrar gordo) y durante mucho tiempo dijeron, en distintos tonos y cada uno de acuerdo con sus patrocinadores, sobre lo imposible de lograr una reforma a las telecomunicaciones por el peso de las empresas dominantes.

La verdad ellos crearon, con sus lugares comunes, fantasmas de tiempo completo. Por años las páginas editoriales de los diarios, han sido atestadas casonas llenas de fantasmas.

Por ejemplo, como muchos se habían acercado a las arcas del sindicato de maestros, inflaban la leyenda de una dirigente invencible y tan poderosa como nadie se imaginaba. Nunca tantos jugaron el papel del espejo encantado como ellos. Fueron durante mucho tiempo vendedores de abalorios.

Con esas armas de utilería amenazaban y con esos argumentos “mosqueaban” cualquier reforma educativa sin sus “think tank” de alto costo. Cuando las cosas ocurrieron como sucedió, patinaron sobre el jabonoso suelo de sus compromisos y se asustaron al perder el ingreso derivado de su fantasmón favorito.

Por eso ahora algunos de sus argumentos causan risa. A veces pena ajena. Por ejemplo este párrafo de una promotora de las causas ciudadanas:

“…La oposición contra la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones hasta ahora no ha alcanzado para frenar los cambios que garantizarán mayor competitividad y convergencia en el régimen de la radio, la televisión y las comunicaciones. En general, fue posible sacudirse la presión de los poderes fácticos a pesar de tener su propia bancada en la Cámara de Diputados y de la enorme cantidad de reservas que habían planteado”.

¿De veras son tan poderosos los “poderes fácticos” de cuya barricada los “intelectuales” aspiran a formar parte? La opinión publicada (no la opinión pública, como dice otro lugar común) siempre aspira a la influencia, la presencia y si es posible un contratito por el amor de Dios.

Otro fruto del “comunismo” es la probidad de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, cuya naturaleza intervencionista debería preocupar más el Estado mexicano. A fin de cuentas la OEA es un apéndice del gobierno de los Estados Unidos y como decía Don Rafael de la Colina, se meten en nuestras cosas y pagan la renta de un patio lleno de papagayos.

Este organismo, como todos los internacionales, sobrevive de las donaciones de los países miembros quienes pagan a veces mucho dinero para tener un coro de regañones por encima de su soberanía, pues el Derecho Internacional (subvencionado de pe a pa) se basa en golpear y cobrar por ello. A México le cuesta 300 mil dólares al año sostener a quienes lo reprenden por esto y por aquello y por darle espacio de notoriedad a los resentidos locales en un foro internacional.

Pero el “fantasma comunista” es la importancia supranacional del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Y sucede como con las adicciones, una vez caído en sus redes, es imposible salirse.

Otro lugar común es la pureza de las luchas sociales. Una falacia vil. Como lo hemos visto, en algunos casos de las policías comunitarias o la eterna campaña del magisterio en Guerrero o Oaxaca para sobrevivir extorsionando a los gobiernos a cuyos candidatos ayudaron a llegar para tenerlos dominados y siempre dispuestos a darles dinero, plazas inútiles y más dinero.

Hoy lo vemos en esos estados donde el asunto es grave.

En Chilpancingo cierran la carretera y no hay poder humano capaz de evitarlo. Cuando se disolvió uno de esos bloqueos, el coro de los quejosos con el aria del gobierno represor, se escuchó hasta el cielo. Hoy el “gobernador” (pura pacotilla el “angelito”), les debe pedir permiso para abrir el camino de los asustados turistas a quienes Acapulco (si algo queda del sucio puerto) espera como el náufrago la tabla.

Y para quitarse le van a cobrar derecho de piso. Y lo va a pagar como pagó lo de Ayotzinapa. Con dinero y más dinero, al fin y al cabo ya hasta el comunismo redentor les regaló una “ley de víctimas” a modo de los “cobrones”; es decir, quienes van a cobrar en nombre de los muertos, los desaparecidos y todo lo demás. Y cuando les paguen van a pedir más. Es el triunfo de la extorsión legal.

VIGENCIA

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

“Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso”.

Todavía es cierto, aun está vigente.

FRASE FELIZ

Se le debe atribuir a Javier Corral en el diagnóstico de su agónico partido: “…La política interna se ha convertido en un juego de tahúres y no en un esfuerzo ciudadano para establecer una patria ordenada y generosa”.

Lo de ordenada fue un chiste malo durante sus doce años en Los Pinos. Lo de generosa, ¡Ah! Cómo se auto premiaron los ladrones azules. No se midieron los cacos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

1 thought on “La casa de los fantasmas”

  1. a propositode la muerte de colosio tenia yo 1 año de edad, y el pri 50 años de gobernar . si a mis 21 dijera como politico ese discurso en la plaza publica 70 años y 3 meses dps del dinosaurio despierto, cuando menos los antidiluvianos de la pradera ni la cola moveriañ a mi paso.

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