La medida ahora debe ser ratificada por el Senado, donde la mayoría oficialista se encuentra cerca de asegurar la aprobación definitiva

La Cámara de Diputados de México aprobó en lo general y en lo particular la reforma al Poder Judicial, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La medida, que busca modificar significativamente la estructura y el proceso de selección de los jueces en el país, ahora será revisada por la Cámara de Senadores.

La reforma, que recibió el respaldo de la mayoría calificada de los diputados de Morena y sus aliados, establece que todos los jueces federales, incluidos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), serán elegidos mediante voto popular. Este proceso de elección será supervisado por el Instituto Nacional Electoral (INE). Además, se reduce el número de ministros de la SCJN de 11 a 9 y se acorta su mandato de 15 a 12 años. La reforma también elimina las pensiones vitalicias para los ministros de la Corte y ajusta sus remuneraciones al tope máximo establecido para el presidente de México.

La sesión para aprobar la reforma se trasladó a un gimnasio de la Unidad Deportiva Magdalena Mixhuca debido a bloqueos y protestas por parte de trabajadores del Poder Judicial, que habían cerrado las entradas del recinto legislativo de San Lázaro. A pesar de las críticas sobre las condiciones de la sede alterna y la legalidad del proceso, la reforma fue aprobada con 359 votos a favor y 135 en contra, tras casi 18 horas de debate.

La propuesta presidencial recibió el apoyo de Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), mientras que la oposición, integrada principalmente por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC), la criticó severamente. Los opositores argumentaron que la reforma es una medida de venganza política y que podría poner en riesgo los avances logrados en materia de justicia.

Entre las modificaciones aprobadas, se incluye la sustitución del actual Consejo de la Judicatura Federal por dos nuevas instituciones, entre ellas un Tribunal de Disciplina Judicial. La reforma también contempla la eliminación de las dos salas de la Suprema Corte.

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha respaldado la reforma y la ha asumido como parte de su agenda. La medida deberá ser ratificada por el Senado, donde la mayoría oficialista se encuentra a un escaño de la mayoría necesaria para su aprobación definitiva.