Mucho se ha hablado de ella en días recientes.

Lo mismo en el desenlace fallido de la Corte en el pleito “Letras Libres-La Jornada” o en el desplegado de la Presidencia de la República para anunciar la acción judicial contra los promotores de una rocambolesca denuncia contra Felipe Calderón en La Haya. La calumnia ha sido personaje central de nuestros días.

Tanto como para lavarla, limpiarla, despojarlas de su viaje condición delictuosa y mandarla envuelta para regalo del Senado de la República a la sociedad mexicana. Como se sabe este cuerpo legislativo, con 81 votos derogó los artículos 1 y 31 de Ley sobre Delitos de Imprenta, con lo cual convirtió un pecado en un pecadillo.

El argumento fue muy a modo para los profesionales de la información (entre los cuales estamos los periodistas) pues de acuerdo con los legisladores las leyes en materia de calumnias e injurias en vez de proteger el honor de alguien, son herramientas de persecución con las cuales se acalla el derecho de la libre expresión y la más libre divulgación de las noticias.

“El ejercicio del derecho de libertad de pensamiento y de expresión no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás”, dice la minuta.

Eso resulta altamente conveniente para los periodistas-condotieros.

–¿Y estos quiénes son?

Pues muchos cuya labor consiste en golpear por encargo, en divulgar grabaciones misteriosas tanto en su origen como en su oportunidad (son casi siempre hijas del espionaje ilegal) y viven de disfrazar sus filtraciones con el pomposo género de “periodismo de investigación”.

¿Quiénes? Aquellos con talla para el saco.

Lo interesante en este caso es la adopción de criterios “transnacionales” en materia de información. El Senado quiso “armonizar” nuestra legislatura al contenido de los convenios internacionales suscritos por México, especialmente la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión generada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Así pues ahora todo queda en un asunto administrativo. A partir de estas innovaciones, ya presentes en el Código Penal, cada quien puede decir cuanto en gana le venga sin riesgo ninguno; golpear, inventar, inducir, sugerir, maldecir y nada habrá de ocurrirle. Y podrá atribuir sus calumnias a “fuentes” reales o imaginarias pues no habrá poder humano capaz de persuadirlo –mucho menos de obligarlo– de revelar el origen de sus textos.

La prensa da en este sentido un paso más hacia la peligrosa impunidad.

TABASCO

Donde se gesta un problema de dimensiones más o menos considerables es en Tabasco. El gobernador Andrés Granier Melo no ceja en su empeño de ungir sucesor a Humberto Mayans Canabal quien ya se había salido del PRI y de acuerdo con documentos públicos no ha sido dado de baja en el Partido de la Revolución Democrática.

En esas condiciones la candidatura de Mayans podría dejar atrás la “bigamia” política y ser hija de la “poligamia partidaria”; pues sería postulado por el PRI, el Verde y el Panal. Y si al menos en lo formal pertenece todavía al PRD, pues entonces veríamos un caso de un gobernador “plurinominal” pues aparece en las nóminas de todos.

Como dijeron Carlos V y Francisco Liguori, “en mis nóminas no se pone el sol”.

Por lo pronto y tan requerido de apoyos como está, el presidente del PRI, Humberto Moreira les dice sí a todos los gobernadores, sea cual sea su petición para las cámaras o los gobiernos de los estados. Ya la semana anterior se reunió con Granier.

Pero mañana hay reunión del Consejo Político y muchas cosas podrían cambiar en el PRI, entre ellas el presidente. Ya se corren las apuestas.

EL MIRADOR

Quizá el Hotel El Mirador de Acapulco, haya sido en su momento el lugar más hermoso del mundo. Su bar “La Perla” y la vista del mar rugiente debajo de la vista irrepetible, hacía de este lugar un sitio alucinante.

Los clavadistas al filo de la roca pelada en el vuelo de treinta metros contra la espuma balada por los reflejos del sol, fueron atracción internacional durante muchos años.

Se iban adiestrando en su vuelo peligroso de generación en generación y hoy, como casi todo lo bueno de México se agota. La empresa cierra el lugar, quizá por incosteable. Ya se cerró el frontón, la Plaza de Caletilla es un remedio grotesco; se olvidaron los viejos bares del centro; Armando Sotres, víctima de la mafia local, se fue a morir a Viena y Teddy toca el violín en el más allá.

Y el gobierno se alza de hombros como ha venido haciendo con todo desde hace muchos años.

No lo quieren entender: la muerte de Acapulco no es solo el cierre de un centro turístico: resulta un triunfo de la violencia y la ineptitud y una entrega forzosa de los jóvenes del puerto a las filas de la delincuencia organizada.

Es la otra “Quebrada”; la quebrada de madre.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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