Como si su historia no existiera, Mauricio Toledo (PRD) se erige en inquisidor, juez, custodio de la moralidad universal y a gritos increpa a Rigoberto Salgado, el jefe delegacional (Morena) por todos sus pecados, desviaciones, complicidades y trapacerías en Tláhuac. Los asambleístas asienten. Pero nada más.
Como ser trata de un pleito de lavadero (PRD contra Morena, a tres caídas, sin límite de tiempo), las otras fracciones “parlamentarias” ahí representadas en esa pantomima de “Congreso capitalino”, nada más hacen acto de presencia, como Jorge Romero (PAN) quien asume el papel de su silenciosa petulancia y deja pasar los proyectiles por encima de su cabeza. El PAN, como siempre, juega a la conveniencia, al oportunismo.
Cuando más han divulgado un texto del cual este fragmento forma parte:
“…Sobre este tema, el GPPAN cuestionó: ¿Por qué no ha proporcionado la información necesaria para poder desvincular a estas personas honradas?, ¿su hermano Ricardo Salgado ha encubierto ésta información?, ¿desde cuándo usted tiene conocimiento de los famosos “halcones” y sabe usted que hay más 30 jóvenes desaparecidos?
Pero a la hora de la hora, nada.
Y de la fracción del PRI, coordinada por Israel Betanzos, poco hay para escribir: coordinar (como Blanca Nieves) a otros siete (enanos) no tiene ninguna importancia. Ni huelen ni hieden. Son intrascendentes.
Lo único importante fue el papel de golpeadores a sueldo de los diputados del PRD cuyo coordinador, Leonel Luna, envió al ring a Iván Texta, quien promueve, a sabiendas de su imposibilidad, un juicio de remoción. Eso no va a ocurrir.
Salgado, Morena, Andrés Manuel, Martí Batres, Sheimbaum, Monreal y quienes más usted quiera, lo van a impedir., Esa guerra civil no le conviene a nadie, menos al PRD (no aprenden de la resistencia al desafuero). La van a perder, porque como dijo Ricardo Monreal hace un par de días en la televisión, hagan lo que quieran; Morena va a ganar la ciudad de México en las próximas elecciones.
Y falta menos de un año.
Por lo demás el espectáculo circense, carpero y pueblerino de la comparecencia de Salgado en Donceles no podía haber sido más lamentable.
Si en el Congreso Federal estas presencias bajo presión casi nunca sirven para algo, en esta inútil asamblea (quizá para redactar malos reglamentos sirva, pero no como contrapeso del poder), son aún más inútiles.
Los diputados toman la palabra no para llegar a resultados justicieros sino para hacer méritos dentro de sus bancadas y partidos en pos de los anhelados ascensos en sus carreras políticas.
Y quienes acuden a sentarse en el banco de los acusados, lo hacen a sabiendas de lo efímero de la tortura, porque se podrán levantar de su asiento en el momento de su deseo, mientras los responsables de la mesa enjuiciadora se desgañitan y le dicen, ¡pérese, pérese!, no se vaya que todavía no hemos terminado, no nos deje a medias, no sea grosero, ¡oiga!, le estoy hablando…
Tres o cuatro horas y se acabó. Y cuando salgas gritas, es una celada, una emboscada, una trampa, una cacería un complot. ¿Entendiste?
Vámonos a la camioneta y de regreso a Tláhuac, a seguir viviendo de los negocios (con el obligatorio “moche” para el partido, a la manera de Delfina Gómez), y a revisar si no hay telarañas en la hermosa mansión de la media hectárea de tierra, en cuyos jardines retoza y se sube al columpio la honestidad valiente.
Simulación, complicidad parlamentaria en una asamblea tan inútil como su desplazada condición.
Cuando fue necesario hacer algo importante como, la Constitución de la ciudad de México, ni siquiera los tomaron en cuenta: llamaron (como hizo Maduro hace unos días) a sus amigos, los reunieron con quienes escogió un porcentaje de votantes tan menor como para no significar nada, y parieron un texto fundacional ahora impugnado en la Suprema Corte de Justicia.
Pero a estos menguados, nadie lo tomó en cuenta. Nadie y ellos fueron incapaces siquiera de protestar en serio. Legisladores sin legislatura. Ridículo.
LA JEFA
Hace unos días el querido Leopoldo Mendívil escribió en estas páginas (sobre Claudia Sheimbaum):
“…Ahora que si llega a primera jefa de gobierno capitalino, espero que le salga la casta de lo mejor de su alma mater y se rodee de los verdaderos mejores talentos para desarrollar la clase política, etc, etc…”
Pues si la señora Sheimbaum de Imaz es elegida por Andrés Manuel para contender por la jefatura de la CDMX y gana, no sería la primera jefa de gobierno, sería la segunda, pues el título feminista le corresponde a Rosario Robles a quien ungió el dedo divino de Cuauhtémoc Cárdenas cuan do todos estos estaban en el PRD.
Y fue jefa de gobierno.
Y por cierto, su hija trabaja en la pantomima esa de la asamblea y en al vacío absoluto del PRI en la Ciudad de México, lo más aproximado a la nada…
Pero Claudia, volviendo a la actual favorita, no debería esperar tanto, para sacar la casta del alma mater. Si alguna tuviera ya la podría haber puesto en práctica en Tlalpan de donde es jefa delegacional…