A través de una nota publicada en el DOF con fecha 3 de noviembre, la Coordinación Nacional de Protección Civil dice que Acapulco y Coyuca de Benítez sí podrán acceder al fondo por daños por desastres naturales
Con acciones improvisadas y con cambios a placer según la conveniencia e interés, la tragedia provocada por el huracán Otis no fue la excepción en las decisiones del gobierno del populista Andrés Manuel López Obrador, quien un día después de haber declarado como zona de desastre a 47 municipios de Guerrero, ahora publica una nota aclaratoria a través de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) en la que subraya que son solo dos municipios los que están en esa categoría: Acapulco y Coyuca de Benítez.
La corrección fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 3 de noviembre en donde aclara que los únicos municipios contemplados para acceder al mecanismo que facilita recursos federales para enfrentar la devastación provocada por el huracán Otis son Acapulco y Coyuca de Benítez, con lo que los otros 45 municipios quedan fuera de este fondo (económicos y programas sociales) para atender daños por fenómenos naturales.
“Se declara como zona de desastre por la ocurrencia de lluvia severa y vientos fuertes el día 24 de octubre de 2023, e inundación pluvial el 25 de octubre de 2023, para los municipios de Acapulco de Juárez y Coyuca de Benítez del estado de Guerrero”, señala la nota aclaratoria publicada en el DOF y de la que gobierno de la 4T no ha hecho mención para que esto pase inadvertido.
La decisión tomada desde Palacio Nacional y ordenada a Protección Civil se registra pese a que además de Acapulco y Coyuca de Benítez municipios como Chilpancingo de los Bravos, General Heliodoro Castillo, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Petatlán, Tecpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez y Xaltianguis, entre otros, también presentan afectaciones graves y a donde hasta ahora ninguna autoridad se ha parado para constatar los daños causados por el ciclón.
De acuerdo con habitantes de estos municipios que han quedado marginados para recibir apoyos por desastres naturales, muchas viviendas y negocios ya no existen, toda vez que fueron arrasados por los vientos de más de 260 kilómetros por hora con los que impactó el huracán.