Enfrentarán los cargos de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa

Un juez de control ordenó este lunes prisión preventiva oficiosa para cuatro militares involucrados en la ejecución de cinco jóvenes el pasado 26 de febrero en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

En la audiencia de este lunes , la Fiscalía General de la república (FGR) imputó a los cuatros elementos del Ejército Mexicano identificados como Agustín «N», Juan Carlos «N», Bernardo «N» y Jorge Nicolás «N», por los delitos de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa, dentro de la causa penal 46/2023.

De acuerdo con las investigaciones del caso y el testimonio de un sobreviviente, el pasado 26 de febrero los militares accionaron sus armas de fuego en contra de una camioneta donde se encontraban los jóvenes asesinados, además de otro herido y uno más ileso.

Los cuatro militares que se encuentran recluidos en la prisión del Campo Militar número 1, en la Ciudad de México, se enfrentan a los cargos de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa. Debido a los cargos que enfrentan, la defensa solicitó la duplicidad del término constitucional por lo que será este miércoles 12 de abril cuando se resuelva si son vinculados a proceso.

El caso ha dado un giro de 360 grados, ya que mientras el pasado el 28 de febrero el Ministerio de Defensa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), comunicaba que los elementos del Ejército Mexicano que accionaron sus armas respondieron tras una persecución y al escuchar «un estruendo», por lo que abrió carpetas de investigación por autoridades de justicia civiles y militares.

Sin embargo, a mediados de marzo pasado, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, desmintió la versión de la Sedena y aseguró que los cinco jóvenes abatidos no estaban armados y no se enfrentaron a los militares, por lo que afirmó que estos jóvenes fueron ejecutados.

La declaración de Encinas fue sustentada por uno de los jóvenes sobrevivientes de ese ataque, quien aseguró que los militares tenían el objetivo de ejecutarlos, ya que ninguno de los otros jóvenes iba armado e incluso a él le dispararon cobardemente por la espalda.