La inflación en México alcanza su mayor nivel en 14 meses, impactando fuertemente la canasta básica y afectando de manera desproporcionada a los hogares con menores ingresos

En un escenario económico cada vez más desafiante, la inflación en México continúa su ascenso, alcanzando en julio de 2024 el nivel más alto de los últimos 14 meses. Según el reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se incrementó un 1,05% en comparación con junio, elevando la tasa anual a un 5,57%. Este repunte inflacionario, el mayor desde mayo de 2023, ha puesto de manifiesto las dificultades persistentes en el control de precios, afectando especialmente a los productos de la canasta básica.

Entre los alimentos que han registrado un alza más significativa se encuentran el jitomate, la cebolla y la naranja, cuyos precios han aumentado un 33,34%, 25,08% y 18,57%, respectivamente. Estas subidas han sido impulsadas en parte por factores externos como las condiciones climáticas adversas, que han afectado la producción en regiones clave del país, exacerbando la presión sobre los precios.

La inflación subyacente, que excluye productos de alta volatilidad para ofrecer una visión más estable de la economía, también ha mostrado un aumento del 0,32% mensual, situándose en un 4,05% anual. Dentro de este grupo, los servicios, incluyendo los relacionados con la educación y la vivienda, han visto incrementos notables del 0,55% y 0,36%, respectivamente. Este fenómeno resulta preocupante, especialmente ante el inicio del ciclo escolar, que podría representar un desafío adicional para las familias mexicanas.

El impacto de la inflación se siente con especial fuerza en la canasta de consumo mínimo, compuesta por 176 productos y servicios esenciales. Esta canasta experimentó un incremento del 1,22% en julio, situando la inflación anual en un 5,60%. Este encarecimiento afecta desproporcionadamente a los hogares con menores ingresos, quienes destinan una mayor parte de su presupuesto a la alimentación. En contraste, los hogares con mayores ingresos enfrentan una menor proporción de su presupuesto dedicada a estos bienes, lo que subraya la desigualdad en el impacto de la inflación.

Además de los alimentos, otros sectores también han registrado aumentos preocupantes. La inflación no subyacente, que incluye productos y servicios sensibles a factores externos, ha alcanzado un 10,36% anual, con frutas y verduras registrando un alza acumulada del 23,55% en lo que va del año. La energía, un componente crucial para la economía, ha subido un 7,31%.

Este contexto inflacionario, que ha superado las previsiones de diversas instituciones financieras, plantea un reto significativo para el Banco de México (Banxico). Aunque se esperaba un recorte en la tasa de interés, el repunte de los precios ha complicado esta decisión. La Junta de Gobierno de Banxico se reunirá para discutir la política monetaria y ajustar sus proyecciones de inflación, que aún se mantienen lejos del objetivo del 3% para finales de 2025.