Los consejeros Rita Bell López y Jorge Montaño consideraron que los comentarios (ataques) de López Obrador no pretendían denigrar a la legisladora por su condición de mujer sino únicamente criticar sus relaciones políticas; la consejera Claudia Zavala opina lo contrario

La esencia que caracterizaba al Instituto Nacional Electoral (INE) como garante de la democracia en México y que no permitía intromisión alguna del Gobierno Federal o de otra autoridad sobre sus decisiones para aplicar la ley, se ha perdido con el cambio de estafeta en la presidencia del órgano autónomo, donde es evidente el temor a las represalias por parte del huésped de Palacio Nacional que ha ordenado se acaten instrucciones como el frenar sanciones contra él por incurrir en faltas a la ley electoral, entre éstas, el incurrir en violencia política de género.

El episodio más reciente involucra a la Comisión de quejas y denuncias del INE, que negó a la senadora panista, Xóchitl Gálvez, la queja para que se ordenara al populista presidente Andrés Manuel López Obrador, que frene los ataques lanzados desde hace más de dos semanas contra la legisladora y que ella califica de violencia política de género.

El pasado 4 de julio en su “Talk show” matutino, López Obrador acusó que Xóchitl Gálvez “es la candidata de la mafia del poder; para ser más claros, es la candidata de Salinas, es la candidata de Fox, es la candidata de Claudio X. González y de otros traficantes de influencia, es la candidata de los que quieren regresar por sus fueros , porque quieren seguir saqueando al país”.

Esta imputación sin pruebas, más que solo palabras, llevaron a la panista a presentar una denuncia en la Unidad técnica de lo contencioso electoral del INE, donde pidió iniciar un procedimiento especial sancionador contra el mandatario y contra quien resulte responsable por «reproducir en redes sociales frases, manifestaciones y pronunciamientos que presuntamente constituyen violencia política de género”.

La comisión, que ha vacilado en tomar decisiones rigurosas como lo manda la ley electoral y amonestar al agresor, en este caso el mandatario, determinó que las referencias que ha hecho López Obrador contra Xóchitl Gálvez son como si fuera una broma inocente que no busca perjudicarla ni ofenderla, ya que la clasifica como crítica que es parte de la libertad de expresión de la que tiene derecho el populista presidente y por ser parte de un debate político.

La tibieza con la que se ha notado la actuación del “nuevo” INE ha desatado críticas por la falta de neutralidad y rigor para actuar en la toma de decisiones que se ha visto tendenciosa.

En el caso de las solicitud de medidas cautelares para frenar más ataques contra la senadora panista fue rechazada por mayoría de votos de los consejeros del INE, Rita Bell López y Jorge Montaño, quienes consideraron que los comentarios de López Obrador no pretendían denigrar a la legisladora por su condición de mujer (al criticar que vendía gelatinas y tamales en tono de burla y a la que acusa de ser parte de la mafia del poder), sino únicamente criticar sus relaciones políticas.

Como justificación para defender la postura del mandatario, la consejera Rita López dijo que el INE no puede determinar la existencia de violencia política de género, ya que ello corresponde al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Por su parte, la consejera Claudia Zavala, presidenta de la Comisión de quejas y denuncias, consideró que los señalamientos del mandatario hacia la senadora sí constituyen violencia política contra las mujeres porque fue explícito su comentario de subordinación frente a un grupo de hombres que supuestamente la han favorecido políticamente. “Hay violencia simbólica, estereotipos dirigidos a una mujer por ser mujer”, apuntó.