El órgano autónomo, que se había caracterizado por ser un garante implacable en la defensa de los derechos ciudadanos, desde la llegada de Guadalupe Taddei como Consejera Presidenta ha perdido autoridad y ha pasado a convertirse en un observador más que parece estar esperado indicaciones desde Palacio Nacional

Las amonestaciones y llamadas de atención a los partidos políticos, a sus precandidatos e incluso las recomendaciones que se acentuaron en más de un ocasión contra el populista presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador para que se respetaran las leyes electorales que rigen en el seno del Instituto Nacional Electoral (INE) se han suavizado, y este órgano autónomo que se había caracterizado por ser un garante implacable de la democracia en México ha perdido su esencia de hacer valer su autoridad y ha pasado a convertirse, desde la llegada de Guadalupe Taddei Zavala como consejera presidenta, en un observador más que parece estar esperado indicaciones desde Palacio Nacional.

Desde el pasado 11 de abril, cuando el INE cambió de estafeta con la salida de Lorenzo Córdova como presidente Consejero del INE y entró al relevo Guadalupe Taddei, el órgano autónomo dio un giro de 360 grados, ya que no sólo se han permitido acciones violatorias a las leyes electorales, sino también los consejeros del Instituto Electoral se dieron en lujo de compartir el pan y la sal con el populista mandatario en Palacio Nacional, un hecho que con el anterior INE ni en sueños se pensó que esto hubiera ocurrido ni por equivocación.

Desde que Guadalupe Taddei tomó las riendas del INE llamó a la estructura del órgano electoral a estar siempre atenta y con la mente abierta ante los nuevos proyectos, a buscar la forma de hacer más eficientes los procesos sin perder la certeza y avanzar en una institución que diera mejores servicios en los derechos de la ciudadanía.

Sin embargo, tal y como ocurre con la retórica del populista mandatario, las palabras de la presidenta del INE quedó también en el discurso, ya que en los hechos no se ha respetado la ley electoral y por el contrario, se han permitido violaciones sin que hasta el momento exista alguna sanción ejemplar.

PRECAMPAÑAS

El pasado 19 de junio los aspirantes de Morena que buscan la candidatura para la presidencia arrancaron sus precampañas electorales, adelantándose a los tiempos y disfrazando sus mítines con una farsa de asambleas informativas, con militantes del partido acarreados, donde han incurrido en violaciones a la ley electoral y a la propia Constitución con sus actos proselitistas donde han presentado propuestas de gobierno, como lo hizo Marcelo Ebrard con su Plan de seguridad ANGEL; donde han ensalzado logros del gobierno, como lo han hecho Claudia Sheinbaum con la reducción de la inseguridad en la CDMX, al enaltecer la disminución de la pobreza del gobierno de AMLO, y sus promesas de que con ella no habrá más violencia contra las mujeres.

En el mismo tenor ha actuado Adán Augusto López, quien cada que tiene oportunidad aplaude los logros del gobierno, también ha destacado la reducción de los pobres en el país y ha salido en defensa de los polémicos libros de texto de la 4T, éstas son acciones violatorias de la ley electoral y el INE ha mostrado indiferencia, lo que lo pone como un ente sin ojos ni oídos ante las quejas ciudadanas y de la oposición.

SALIDA FÁCIL

En una salida fácil, para equilibrar las cosas y para que los opositores no presentaran inconformidades, el INE ha dado licencia también actos anticipados de campaña a los aspirantes del Frente Amplio por México, con recorridos por varios estados del país, como han hecho los guindas, solo que a los aspirantes de la 4T se les ha permitido tener anuncios espectaculares, bardas con publicidad y acarreo con entrega de despensas al estilo del viejo PRI.

De acuerdo con la legislación electoral, las sanciones por incurrir en actos adelantados de campaña van desde la amonestación pública, y multas hasta la pérdida del derecho a ser registrado, la cancelación del registro, o la negativa para registrar al precandidato electo en el proceso interno partidista, factores que hasta ahora se han presentado en el seno de las precampañas morenistas pero el INE se ha hecho de la vista gorda.

El populista presidente no se ha quedado fuera de esta contienda proselitista, donde alega censura cuando él siendo opositor había pedido que el Jefe del Ejecutivo fuera sancionado por el INE y el Tribunal Electoral por interferir en el proceso, pero ahora que él está del otro lado de la barrera ya le duelen sus propias recomendaciones.

VIOLENCIA DE GÉNERO

Incluso tras haber tomado como blanco de sus ataques a la senadora panista Xóchitl Gálvez, fue sancionado con medidas cautelares por violencia política de género, pero esta amonestación salió inicialmente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), más no del INE, por lo que ante esta situación no le quedó de otra que seguirle los pasos.

El Instituto Nacional Electoral se podría decir que ha perdido el rumbo de lo que son sus reales funciones, ya que ha dejado de actuar como ente regulador que se debe hacer respetar por los partidos políticos, sus cúpulas y sus militantes, pero recientemente al parecer ha tratado de cambiar de giro al intentar entrar en una polémica discusión vía redes sociales entre la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández y el empresario Ricardo Salinas Pliego.

La militante del partido guinda pidió a la Comisión de Quejas y Denuncias del INE tomar cartas en el asunto y amonestar, sancionar o lo que se pudiera hacer para que el ciudadano Salinas Pliego retirará sus mensajes en redes sociales donde hace alusión a ella.

Como si fuera un defensor del pueblo, o mejor dicho abogado de la militante morenista, el INE ordenó al ciudadano bajar sus mensajes de las redes sociales, lo que de inmediato recibió como respuesta un rotundo ¡no! Ya que el INE tiene otra tarea, una que ha dejado de cumplir desde abril pasado y ahora quiere asumir el papel de abogado de la desvalida militancia de la 4T.