Alito denuncia presiones del gobierno y de Morena, y asegura que su partido se mantendrá firme en su oposición a la reforma judicial propuesta, priorizando el interés del país sobre su liderazgo

La Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) decidió rechazar por mayoría los cambios recientes a los estatutos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que permitían la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas por un periodo extendido de hasta ocho años. Esta decisión ha generado una fuerte reacción por parte del dirigente del PRI, quien ha calificado la medida de presión política.

El INE argumentó que las modificaciones a los estatutos del PRI se realizaron durante un periodo electoral, lo cual contraviene la Ley General de Partidos Políticos. Según el artículo 34 de dicha ley, los partidos no pueden realizar cambios en sus documentos básicos durante el año electoral. La consejera Dania Ravel explicó que el precedente de 2020, que el PRI citó para justificar los cambios, no es aplicable en este caso, ya que la reforma se llevó a cabo mientras estaba vigente la prohibición legal.

Alejandro Moreno Cárdenas, quien había sido reelegido como dirigente del PRI bajo las nuevas disposiciones, respondió con firmeza a la invalidación del INE. Desde el Senado, Moreno denunció que la resolución del INE forma parte de un esquema de presiones para que su grupo parlamentario vote a favor de la reforma judicial propuesta por el oficialismo. Moreno sostuvo que las amenazas e intimidaciones provenientes del gobierno y de Morena están diseñadas para debilitar la oposición.

En una conferencia de prensa, Moreno reiteró su postura de resistencia. Aseguró que el PRI se mantendrá firme en contra de la reforma judicial, declarando que “es más importante México que la presidencia del PRI.” Aunque prometió presentar audios que demostrarían las presiones recibidas, no mostró ninguna prueba durante su intervención, explicando que los audios aún están en proceso de preparación.

La invalidación de la reforma a los estatutos del PRI y la enérgica respuesta de Alejandro Moreno han intensificado la tensión política, destacando un conflicto creciente entre el PRI y las autoridades electorales, así como la oposición del partido a las reformas judiciales propuestas por el oficialismo.