En poco más de 29 meses de su administración, la gobernadora ha demostrado que lo suyo no es guiar los destinos de millones de guerrerenses, ha demostrado incapacidad para resolver problemas y permitió que el crimen organizado sea quien reamente manda en el estado
Dos años y cinco meses en el cargo como gobernadora de Guerrero han sido suficientes para demostrar que a la hija del senador Félix Salgado Macedonio, el cargo de Ejecutivo del estado le quedó como talla extra-grande, ya que no cubre el perfil ni ha demostrado tener la capacidad para sacar adelante al noble pueblo guerrerense que confió en ella y que los ha decepcionado y abandonado en los momentos de crisis como la inseguridad, donde quien realmente gobierna es el crimen organizado, mientras que hay un total vacío de autoridad en el gobierno estatal. Los más recientes sucesos con la muerte de un normalista a manos de un policía estatal, llevaron a la gobernadora a cesar a la fiscal, al secretario de gobierno y al titular de seguridad pública, como una medida desesperada al tener ya el agua hasta el cuello con tantos problemas sin resolver.
La gobernadora, quien no ha mostrado tener las agallas ni la capacidad para plantear esquemas de ayuda a los guerrerenses en los momentos de mayor dolor, como tras el impacto del huracán Otis y con los innumerables casos de extorsión, amenazas, secuestros y asesinatos perpetrados por grupos del crimen organizado que tienen bajo su control a Guerrero, se salió por la fácil, buscó culpables en lo que ocurre en la entidad para salvar su cabeza y tratar de frenar las críticas que ha recibido por la pésima administración del estado.
La solución más fácil y que vio como alternativa para frenar los reclamos ciudadanos fue la destitución de la fiscal General del estado, Sandra Luz Gómez Valdovinos, quien desde que asumió el cargo pensó que su tarea era solo estar detrás de un escritorio y ya;, también solicitó la renuncia del secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, quien al igual que la propia gobernadora no tenía idea de lo que era su función en el gabinete estatal; y el cese del titular de Seguridad Pública, Rolando Solano Rivera, quien no solicitó apoyo federal para poder enfrentar al narco que se ha apoderado de Guerrero, y lo que le puso la soga al cuello fue el reciente asesinato del estudiante de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez Peralta, a manos de la Policía Estatal, a quien alguna autoridad ayudó a escapar.
Con sus tradicionales discursos con lkos que tratan de darle atole con el dedo a la ciudadanía, prometiendo lo que no van a cumplir y lo que son incapaces de resolver, Evelyn Salgado lanzó su discurso al estilo 4T, donde súper asegura que se trabaja para llevar la tranquilidad a los guerrerense, algo que en la realidad no se ve por dónde pueda empezar esa garantía de tranqulidad.
El discurso ensayado por la gobernadora refiere que “en Guerrero hay un gobierno y una gobernadora que se mantienen firmes. Estamos trabajando en todo momento en estrecha coordinación con el Gobierno de México”, señaló Evelyn Salgado, quien ya no dijo más pues no encontró verdad en sus palabras en un mensaje que difundió en sus redes sociales, pues no se atreve a estar frente a los guerrerenses que están decepcionados de su gobierno, al que ha llevado a una década de retroceso en todos los rubros.
El secretario de Seguridad Pública, Rolando Solano Rivera, que no tenía idea de lo que debería hacer en Guerrero
La gobernadora dijo que “en un ejercicio de calidad moral” recibió y aceptó las renuncias del secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, y el de Seguridad Pública, Rolando Solano Rivera, y agregó que en el transcurso del día daría a conocer quienes tomarán el relevo.
La renuncia de los funcionarios y la fiscal era una exigencia hecha por la madre del estudiante y sus compañeros normalistas, tras los señalamientos iniciales de las autoridades que apuntaban que el joven asesinado habría disparado un arma y estaba drogado, lo cual posteriormente se demostró que era falso.