Nadie recuerda con precisión cuándo comenzó la eterna noche de Guatemala, pero hace algunos años, cuando la justicia le echó la mano a Efraín Ríos Montt, por algunos momentos brilló un sol de esperanza en la tierra de Miguel Ángel Asturias. 

Sin embargo hay males crónicos y por consecuencia incurables. Recordemos este texto de 2013 y tratemos de hallar en él los poderes de la imputabilidad y el abandono de la impunidad. A veces no sirven del todo. La mata, sigue dando:

“El juez guatemalteco de delitos de Mayor Riesgo, Miguel Ángel Gálvez ordenó, el pasado 29 de enero, enjuiciar al general golpista José Efraín Ríos Montt y a su antiguo colaborador, el general también retirado José Mauricio Rodríguez que se desempeñó como jefe de inteligencia durante esa dictadura, por delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad. 

“En concreto se los acusa de conocer y tolerar la matanza de 1771 personas de origen maya Ixil, en el departamento norteño del Quiché, entre 1982 y 1983. Esos son los casos documentados, que en su mayoría corresponde a mujeres y niños. Se lo considera uno de los hechos más cruentos de las casi cuatro décadas de represión que sufrió el pueblo guatemalteco, que dejó como saldo más de 200 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos.

“El juez Gálvez otorgó valor probatorio a los 84 testimonios, 61 peritajes y 126 documentos que la fiscalía presentó como pruebas de cargo de la supuesta responsabilidad de ambos militares en la represión a la etnia Ixil. El Informe de Esclarecimiento Histórico de Naciones Unidas logró establecer que 448 aldeas fueron, literalmente, borradas del mapa, en el contexto de lucha contra “el comunismo” y con la práctica de una política de tierra arrasada”.

Hoy Guatemala es de nuevo escenario de abusos de poder. En el caso presente, sin la gravedad de un genocidio, la sociedad se enfrenta a un apabullante y generalizado ambiente de corrupción política, raíz y semilla al mismo tiempo, de todos los demás daños por descubrir en los años actuales y le exige al presidente renuncia y devolución del botín., No conseguirán ni lo uno ni lo otro, es obvio.

“(EP) Por quinto sábado consecutivo, más de 60.000 personas se reunieron en la Plaza Mayor de la capital guatemalteca para exigir la renuncia del presidente, Otto Pérez Molina. Este gesto del mandatario se haría necesario en la medida en que la legislación no contempla mecanismos revocatorios para su mandato, que vence el 14 de enero de 2016.

“La renuencia de Pérez a abandonar el cargo es cada día más difícil de comprender, en la medida en que la figura que proyecta es la de un político sin ninguna capacidad de maniobra y casi sin apoyos ni asideros políticos. Al clamor popular por que se marche se han sumado, en los últimos días, instituciones como el Colegio de Abogados y el Centro para la Defensa de la Constitución (Cedecon, integrado por constitucionalistas independientes).

“Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, comenta que esta renuncia es indispensable para que la depuración del Estado pueda hacerse, en la medida en que Pérez Molina es responsable directo de los mayores actos de corrupción que se han destapado. “Su permanencia en el cargo impediría una investigación independiente”, dijo Menchú”.

GAMBOA

Ante las voces de cancelación o anulación electoral insiste Emilio Gamboa, líder de los senadores priistas, las elecciones son el principio de todo sistema democrático y el domingo entrante os ciudadanos acudirán a las urnas en cantidad suficiente.

La democracia comienza con el voto.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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