Entre los poderes paralelos en la actividad electoral destacan las encuestadoras y casas de investigación social; demóscopos y algunos charlatanes de consigna y alquiler quienes de muchas formas distorsionan

El proceso cuya realización entera, de principio a fin, por ley mayor, debería corresponder únicamente al IFE.

Algunos observadores de la política hemos dicho en ocasiones anteriores acerca de la perturbación (interesada o accidental) derivada de la indiscriminada divulgación de resultados antes del dicho oficial.

Todos quieren adelantar los resultados pues eso los congracia con sus clientes y además le ayuda a los partidos a sembrar las semillas de futuros conflictos post electorales, de la misma manera como actuaron algunos con la divulgación masiva del debate.

La autoridad electoral cuenta con un mecanismo de información rápida y siempre debería ser después de éste cuando aparecieran los artífices de la anticipación cuya madrugada en los resultados les garantiza una automática elevación tarifaria.

Quienes anhelan (fuera del canon periodístico) ganar la noticia y ofrecer la primicia, con frecuencia generan errores cuyo desmentido resulta arduo y complicado para la autoridad electoral cuyos dolores de cabeza son bastantes, si se consideran nada más sus propias metidas de pezuña, como para agravar las cosas y enrarecer el ambiente con Anticipaciones pasmosas.

Por eso es importante la tesis del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación merced a cuyo juicio el IFE queda impedido de realizar conteos rápidos pues para ello tiene el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) quedan fuera de la práctica los levantamientos a la salida de las casillas.

El problema no es el IFE. El problema son las televisoras, las cadenas informativas; la mediocracia, autorizada (y desde ahora desautorizada) para sembrar la confusión.

“En la sentencia, elaborada por la ponencia del magistrado Constancio Carrasco Daza –dice el tribunal– , se concluyó que la autoridad administrativa electoral empleó razonamientos imprecisos al aprobar el acuerdo para la instrumentación de un conteo rápido el día de la jornada electoral federal.

“Además, se indicó que ya existe otro método establecido en la ley para proporcionar información preliminar sobre las tendencias del voto emitido por los electores en las urnas, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), por lo que la aplicación de un método como el conteo rápido podría generar confusión en el electorado. De esta manera se determinó revocar el acuerdo que le dio origen”.

Si esta decisión se mantiene habrá ganado el sentido común. Yb también habrían perdido los arúspices, Casandras y demás especialistas en tomarle el pulso a la realidad así sea con triquiñuelas y sesos interesados.

Como se sabe parte del acuerdo del IFE para autorizar esto ahora desautorizado, se basaba en lo siguiente:

“En todos los casos, la divulgación de encuestas de salida y conteos rápidos habrá de señalar clara y textualmente lo siguiente: “Los resultados oficiales de las elecciones federales son exclusivamente aquellos que dé a conocer el Instituto Federal Electoral y, en su caso, el Tribunal Electoral del Poder

Judicial de la Federación”.

Todo lo anterior no hace sino significar el carácter natural de la anticipación: sembrar una idea, así esa idea no tenga validez jurídica. Pero si aquello ya era conflictivo antes de las “redes sociales”, ahora cualquier persona con un teléfono en la mano podrá dispersar toda clase de rumores, falsas noticias, imaginarios resultados y cosa similares.

Si la elección termina con un ganador de ventaja suficiente quizá no sea tan perjudicial el zumbido de los chismosos, pero si ocurre lo mismo del año 2006, ya puede el redentor cogernos confesados (como dijo una célebre modelo de memorable escote).

Hasta ahora no se han producido las quejas masivas, pero van a venir.

¿Y sabe usted con cual argumento?

Pues sí, con el mismo de toda la vida cuando no se quiere vivir fuera del autogobierno: es un ataque a la libertad de expresión.

DEWEY

Uno jamás se cansará de mostrarles a algunos demóscopos y sus patrocinadores aquella famosa fotografía de Truman victorioso, mostrando la primera plana del «Chicago Daily Tribune: ”Dewey vence a Truman”.

Aparte de la mala lecha de los editores, subyace en el error la arrogancia de la anticipación: con base en los datos de Gallup imprimieron la primera plana horas antes de la elección .

Hoy el tribunal nos salva de eso.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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