De un total de 170,324 elementos del Ejército, Guardia Nacional y Marina desplegados en el país, 94, 678 están destinados a seguridad pública y construcción de obras, el resto, para contener a migrantes, apoyo en desastres naturales, para vigilancia de instalaciones extranjeras, vigilancia del espacio aéreo, operativos contra el huachicol; asistencia en aduanas y erradicación de plantíos ilícitos

A pesar de que existe un mayor despliegue de las Fuerzas Armadas en todo el territorio nacional para labores de seguridad pública, en la actual administración del populista presidente Andrés Manuel López Obrador , lo que sí está claro es que su política La política de “Abrazos, no balazos” no sólo lleva el mensaje de no a la violencia, sino también el de la no intervención ni participación del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Marina en enfrentamientos contra grupos del crimen organizado, su labor es más pasiva que activa, lo que ha quedado en evidencia con el aumento en la cifra de personas desplazadas en el país, una mayor presencia de grupos criminales en más territorio nacional y con una mayor desconfianza en las autoridades encargadas de protección ciudadana. De un total de 170,324 elementos del Ejército, Guardia Nacional y Marina desplegados en el país, 94, 678 están destinados a seguridad pública y construcción de obras, el resto, para otras tareas.

De acuerdo con un estudio del Instituto estadounidense apartidista, Woodrow Wilson Center, con sede en Washington, D.C., y dedicado al análisis y la investigación de temas sobre la realidad internacional, la militarización que hay en territorio mexicano en la actual administración federal solo es por imagen, ya que a diferencia de los gobiernos de los expresidente Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, donde sí había mayor intervención del Ejército, y la Marina, en el gobierno de la 4T esa esencia de seguridad se ha perdido, dejando la carga de los enfrentamientos a los marinos, que son los que han intervenido en la mayoría de los casos en la captura de importantes capos de la droga.

El reporte que proporciona información hasta julio de 2022, destaca que a pesar de que en el actual gobierno populista hay un mayor despliegue de elementos del Ejército Mexicano, éstos tienen solo la encomienda de realizan tareas más pasivas, es decir, que estén involucrados lo menos posible en enfrentamientos con el crimen organizado, lo que deriva en una menor incautación de armas de fuego y drogas, por lo que sus labores están destinadas, según las órdenes dictadas desde Palacio Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a tareas de ayuda por desastres naturales, a construcción de obras del gobierno, patrullajes en las calles (donde si han resuelto sus diferencias con los ciudadanos comunes, pero no con criminales), en la entrega de fármacos, en el control de migrantes, en la construcción de obras del gobierno como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Interoceánico, entre otros, pero no en intervenciones armadas ni combates con sicarios.

DESPLIEGUE Y LABORES

De acuerdo con Woodrow Wilson Center, desde que López Obrador llegó a la presidencia la presencia militar en las calles se incrementó, aunque sus labores de seguridad solo sean como espectadores y no actores. El informe destaca que un total de 170,324 elementos del Ejército Mexicano, de la Guardia Nacional y de la Marina desplegados en el país, al menos 94, 678 están destinados exclusivamente para seguridad pública (y para construcción de obras), el resto, para cumplir 7 tareas ajenas a esta labor como son: 28,807 para labores de inmigración; 26,749 en apoyo por desastres naturales; 10,249 para custodia y vigilancia de instalaciones extranjeras; 4,299 para apoyar en labores de vigilancia del espacio aéreo nacional; 2,306 de apoyo para operativos contra el huachicol; 894 para tareas en aduanas y 809 para apoyo en la erradicación de plantíos ilícitos.

En comparativo que realizó este instituto de investigación, refiere que durante la administración del expresidente Felipe Calderón en el combate a grupos del crimen organizado se registraron al menos un enfrentamiento por día de las Fuerzas Armadas contra estos grupos, lo que arrojó que en el sexenio hubo al menos 2,805 enfrentamientos; en el gobierno de Enrique Peña Nieto la lucha contra los cárteles de la droga reportaron 1, 688 enfrentamientos en seis años, es decir, un enfrentamiento cada 30 horas, mientras que en la administración de López Obrador hasta julio de 2022 había un registro 778 enfrentamientos, es decir, un choque contra la delincuencia organizada cada 36 horas y van a la baja.

Estos combates contra grupos criminales también han arrojado cifras en cuanto a armamento asegurado, siendo el sexenio de Felipe Calderón el que arrojó más frutos, con 123,009 armas de diferentes calibres aseguradas al crimen organizado; en la administración de Peña Nieto los decomisos permitieron decomisar 35,948 armas, mientras que hasta el año 2021 con López Obrador el decomiso de armas a criminales era de 20, 701 armas.

DESPLAZADOS

La ineficaz presencia de las Fuerzas Armadas contra los grupos criminales en la actual administración populista de la 4T también ha provocado un mayor desplazamiento de mexicanos que se han visto obligados a dejar sus hogares ante la nula seguridad que proporcionan los distintos cuerpos de seguridad.

En 2018 al término de la administración de Peña Nieto había un total de 338,000 desplazados en el país, pero ya con López Obrador en su primer año efectivo como mandatario en 2019 la cifra aumentó a más de 345,000, es decir, hubo un aumento de más de 7 mil desplazados en el primer año de AMLO.

Para 2020 ya con una mayor presencia de grupos del crimen organizado en varios estados del país y con una incapacidad notable de las Fuerzas Armadas para actuar, el número de desplazados superó los 357,000, es decir, 12 ,000  personas más que abandonaron sus hogares. Para 2021 la cifra de desplazados aumento a 379,000, de acuerdo con las cifras, hasta ese año había un registro de más de 34,000 desplazados, sin contar aún las cifras del 2022 y lo que va del 2023.

PERCEPCIÓN DE SEGURIDAD.

En lo que respecta a la percepción ciudadana sobre la seguridad en sus comunidades con la presencia de los distintos grupos de las Fuerzas Armadas, hay mayor confianza en los elementos de la Marina que sobre el Ejército, Guardia Nacional e incluso de las Fiscalía General de la República.

Un estudio ciudadano subraya que hay una mejor percepción de seguridad con la presencia de la Marina, con el 90,2 por ciento, seguido por el Ejército con 87,8 por ciento, en tercer lugar figura la Guardia Nacional con 82,7 por ciento y rezagada en cuarta posición con el 67,8 por ciento aparece la Fiscalía General de la República (FGR), mientras que en quinto lugar los jueces con 60 por ciento y detrás la Policía Estatal con 58,6 por ciento.