Mario Delgado se sumó al reclamo y le aclaró al excanciller que “aquí no hay corrientes internas, sino un solo partido y no hay privilegios para nadie”
Todo apuntaba a que la decisión de Marcelo Ebrard de quedarse en Morena sería como un día de fiesta, con abrazos y vítores para el hijo pródigo por parte de la cúpula del partido guinda y de la militancia, luego de que en su mensaje pidió respeto para él y su equipo y se les reconozca como la segunda fuerza dentro de la 4T, pero este martes se encontró con una cruda realidad, con un reclamo con etiqueta de maltrato o regaño, tanto de la virtual abanderada presidencial morenista, Claudia Sheinbaum, como del dirigente nacional del partido, Mario Delgado, quienes le aterrizaron en una cruda realidad: “Aquí no hay corrientes internas, sino un solo partido y no hay privilegios para nadie”.
El fuego amigo contra Ebrard sigue presente y todo apunta a que no le perdonaran el berrinche que hizo y que podría haber provocado una fractura dentro de Morena y aliados, por lo que sus recientes dichos fueron descalificados por Claudia, quien de manera simbólica tiene el bastón de mando de la 4T y dejó claro que no aceptará imposiciones o que se les condiciones.
Durante un encuentro virtual con simpatizantes, Claudia aprovechó para dejar en claro que después del populista presidente Andrés Manuel López Obrador ella es quien manda y decide qué se hace y que no.
REGAÑO
Sheinbaum no desaprovechó para subrayar que por estatutos en Morena no se permiten corrientes internas y tampoco hay eso de fuerzas dentro del partido, ya que pueden dañar los objetivos del movimiento: “Somos un sólo movimiento, un sólo partido, que además representamos el anhelo del pueblo de México y esto no se nos debe de olvidar”, señaló.
Las declaraciones de Marcelo Ebrard no cayeron nada bien a los altos mandos de Morena, que calificaron de soberbia la declaración del excanciller, quien dijo que no se va de Morena, pero que luchará para que a él y a su grupo de simpatizantes se les reconozca como una fuerza que tiene como peso específico el 27 por ciento de todas las candidaturas del partido.
La molestia entre los morenistas contra Ebrard podría no sanar en el corto plazo, pues no se les olvida que el excanciller acusó a la dirigencia nacional de Morena por prestarse a encubrir irregularidades que permitieron ganar en las encuestas a Sheinbaum y de pasó le dio su raspón al propio mandatario López Obrador.
Aunque celebró la permanencia de Marcelo Ebrard en el movimiento para abonar a la unidad interna, recordó que lo que busca es que no pase lo mismo que en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que con el surgimiento de varias tribus internas terminó por debilitarse.
MARIO DELGADO
En la misma línea y sin soltar el tono de maltrato hacia el excanciller, que se queda como el niño regañado, el dirigente nacional de los guindas, Mario Delgado resaltó que en Morena no existen ni corrientes ni privilegios para nadie. “Todos tiene la garantía que pueden seguir participando. Hay que recordar lo que decía nuestro presidente: que Morena no le pertenece a nadie, Morena no tiene dueño, Morena le pertenece al pueblo de México (…) En Morena están prohibidas las corrientes y las cuotas. Si entramos en un esquema de cuotas y cuates, sería la destrucción de nuestro movimiento”, dijo.