Es el modus operandi de la MP Ortiz Trujillo, quien teniendo cuatro meses para localizar a la testigo clave (una médico que actuó al amparo de la propia fiscalía capitalina) y presentarla en juicio oral, lo intenta tres horas antes del juicio y finalmente pierde el caso. Sigue representando a muchas otras víctimas

Es el caso de Amy, amenazada de muerte luego de sufrir el asesinato de su esposo… y también violada según consta en dos peritajes médicos, pero que no pudo encontrar justicia ya que, a pesar de señalar con claridad a su suegro como autor, el acusado fue liberado debido a que la Fiscalía capitalina “perdió” a la médico legista que realizó la primera auscultación a la víctima en las instalaciones de la propia Fiscalía.

La agente del MP y fiscal del caso Elizabeth Ortiz Trujillo, fue incapaz de presentar a la médico Laura Cristina Badillo Galván y se justificó diciendo que esta doctora no se quiso presentar, que se le escondía y que ya no trabajaba para la institución (algo que no la deslinda de su responsabilidad de declarar en un juicio). En una justificación más digna de una adolescente, la fiscal le dijo a la jueza del caso que la testigo la tenía bloqueada en el whatsapp. Teniendo cuatro meses para realizar la búsqueda de esta testigo, Ortiz Trujillo trató de localizarla con ayuda policial apenas 3 horas antes del juicio oral realizado el 1 de febrero pasado, según consta en las declaraciones de los policías que efectuaron las pesquisas.

Para completar el cuadro, ese 1 de febrero se admitió el testimonio de un policía que investigó el caso en forma exprés, pues habiéndose comisionado la localización y presentación de la perito, refirió haber sido enviado a la dirección que le proporcionaron el mismo día.

“Soy el Policía Segundo Ángel Granados , a las 8 de la mañana asistimos al domicilio de la persona a localizar y allí nos indicaron que no habita allí”, informó como testigo.

–¿En qué fecha se realizó esto?–, preguntó la fiscal Ortiz Trujillo, quien teóricamente debía conducir esas pesquisas y contar con la información que estaba requiriéndole al policía delante de la jueza.

–El día de hoy, a las 8 de la mañana…

“Yo ya había girado varios citatorios”, se justificó la fiscal, “la dirección me la dio recursos humanos, sí habita en ese lugar, incluso me proporcionaron un número telefónico y me tiene bloqueada”.

La juez Mónica del Valle Olivares y la defensa del acusado remarcaron a la fiscal Ortiz Trujillo que tuvo cuatro meses para actuar y sencillamente no lo hizo. Esto fue clave para liberar al acusado aún cuando médicamente estaba probada la violación.

Fue la defensa del acusado la primera en clavar los dientes en la evidente incompetencia de la fiscal: “señora jueza, la fiscalía trata de justificarse en lo dicho por el policía cuando es evidente que esa persona ya no vive allí, que hay indicios de que no vive allí desde hace tres meses y además el MP tuvo desde noviembre para hacer su trabajo y no lo ha hecho. Hace citaciones al mismo domicilio. La fiscalía se comprometió a presentar a la perito…”

La juez señaló que en efecto se llevaban seis audiencias y cuatro meses sin que la fiscalía presentara a la testigo como era su obligación. La prueba, la revisión médica, junto con la perito quedaron desechadas.

Un perito adicional, privado, que también certificó la violación, sí se presentó a declarar, pero su testimonio era para reforzar el peritaje oficial… así que también quedó inutilizado.

La fiscal Ortiz Trujillo perdió el caso en una forma que dejó en la indefensión a una víctima de violación sin que ello le acarreara sanciones. Perdió testigos, eludió su responsabilidad por cuatro meses de conducir a la policía de investigación para que localizaran a la perito, limitándose a verificar que no eran respondidos sus mensajes de whatsapp.

Amy fue amenazada por su familia política y por quienes asesinaron a su esposo. La fiscalía perdió un caso más y, bajo su lógica, no pasa nada. La fiscal Ortiz sigue representando a muchas víctimas, incluyendo casos de violación, con la cachucha de la Fiscalía capitalina.