El grito de “playball” del público comenzó a las 16:02 horas de la Ciudad de México. Luego de que un partido de béisbol (Padres de San Diego vs Cardenales de San Luis) en la capital mexicana se suspendiera por causa de la pandemia en el año de 2020, por fin la espera terminó y la Ciudad de México recibió el primer partido de temporada regular de dos equipos profesionales de la Major League Baseball (MLB) el 29 de abril de 2023.


El estadio Harp Helú, casa de los Diablos Rojos del México, recibió a los equipos Padres de San Diego vs Giants de San Francisco. La gran actuación de la selección mexicana en el pasado mes de marzo, aunado a la expectativa de vivir un partido de grandes ligas hizo posible que el estadio Harp Helú albergara a cerca de veinte mil aficionados.
Las puertas se abrieron a la una de la tarde, la línea 9 del Sistema Colectivo Metro llevaba a una gran cantidad de aficionados emocionados de ir a un partido profesional de baseball. En el trayecto del metro al estadio se pudieron ver franelas y gorras de equipos como Águilas de Veracruz, Olmecas de Tabasco, Diablos Rojos del México, Venados de Mazatlán, Sultanes de Monterrey, Marineros de Seattle, Dodgers de Los Ángeles, Bravos de Atlanta; y por supuesto, de los equipos que se enfrentarían este día. Desde dos estaciones (Velódromo y Ciudad Deportiva) antes de llegar a la estación Puebla, ya podían verse en todos sus anuncios al interior, los dos partidos de la MLB Worl Tour Mexico City Series.
Desde los primeros minutos en que abrió el estadio, gente de todas las edades, abarrotó la tienda de productos oficiales, los stands de entretenimiento al público: foto del recuerdo, adivina al jugador, lanzamientos, bateo virtual; así como largas filas para consumir las bebidas, principalmente cerveza y la comida: tacos de cochinita, al pastor, bisteck, cecina, chorizo, quesadillas gigantes, hamburguesas, hot dogs, etc.
Casi tres horas después de que el estadio permitiera el acceso, por fin anunciaron la alineación del equipo que administrativamente fungiría de local: Padres de San Diego, se entonaron los himnos nacionales de los Estados Unidos de América y de los Estados Unidos Mexicanos.
El estadio parecía ser la casa de los Padres de San Diego, ya que la gran mayoría de los presentes los apoyó y los vitoreó; además de que una gran cantidad de gente aficionada a ese equipo viajó desde los Estados Unidos únicamente para estar presente en éste y en el partido del día siguiente.
No hubo que esperar mucho para ver los primeros puntos en la pizarra: un batazo de Nelson Cruz que fue a impactarse a la pierna del pitcher Sean Manaea y eso fue aprovechado por Fernando Tatís Jr. Y Manny Machado para anotar las primeras dos carreas del partido.
Debido a la altura de la Ciudad de México, los expertos presagiaban varios home runs y así fue: el primer home run de un partido de grandes ligas en la Ciudad de México fue realizado por Brandon Crawford, sin embargo, se revisó tecnológicamente y quedó como un batazo de foul, no obstante, inmediatamente de esa decisión, Brandon Crawford volvió a volar la bola del terreno de juego por el jardín izquierdo y así quedó registrado ese primer home run. De esta manera comenzó una fiesta de carreras de principio a fin. Se anotaron 27 carreras (San Diego 16 – San Francisco 11), once home runs y 30 hits.
Una vez finalizado el partido, hubo fuegos artificiales y unos minutos después, la gente en su camino a los baños, a la salida o a degustar otra bebida, cantó el cielito lindo, gritó México, México y otros más let’s go Padres, let’s go Padres.
En fin, todo un éxito, todo fue fiesta, diversión y gran entusiasmo en el primer partido de béisbol de muchos que seguramente se vivirán a partir de hoy en la Ciudad de México.