La inconformidad ha encendido las alarmas ante la nula transparencia que la consulta ha arrojado en consultas aplicadas en varios estados para elegir candidatos, donde además de acusaciones de fraude y corrupción se han registrado renuncias
A cinco meses para que Morena destape a quien será la “Corcholata” afortunada que contenderá en junio de 2024 por la Presidencia de la República, la desconfianza entre los militantes y representantes del partido guinda en los 32 estados del país va en aumento, ya que existen dudas en la elección del presidenciable morenista a través de la encuesta como método, a pesar de que este proceso rige en los estatutos del partido. La inconformidad de la militancia ha encendido las alarmas ante la nula transparencia que la consulta ha arrojado en sus resultados, lo que ha quedado en evidencia en consultas aplicadas en varios estados para elegir candidatos, donde además de acusaciones de fraude y corrupción por estas amañadas, también se han registrado renuncias al Movimiento de Regeneración Nacional por la falta de pruebas que revoquen las citadas acusaciones.
Reclamos de la militancia contra la dirigencia nacional que encabezan Mario Delgado y Citlalli Hernández por las supuestas encuestas “patito” que de manera interna realiza el partido a través de la Comisión Nacional de Encuestas, acaparan los reflectores cuando se acerca octubre, mes que la cúpula guinda eligió para destapar a su presidenciable del 2024, y es que acusan que después de cada consulta no se presenta evidencia física de los paquetes de votaciones que sustenten con validez democrática y transparente que es legal la designación del candidato ganador.
Dos de las cuatro Corcholatas morenistas, el canciller Marcelo Ebrard y el senador Ricardo Monreal han expresado dudas sobre la encuesta interna, aunque el secretario de Exteriores acepta que sea este el método para designar al presidenciable, pero sugiere que sea una sola pregunta a la militancia y que además de la encuesta del partido, también participen empresas encuestadoras de prestigio para dar mayor validez al proceso y se cotejen entre los morenistas los resultados de éstas, ya que de acuerdo con los estatutos de Morena, el resultado “de sus sondeos, análisis y dictámenes tendrá un carácter inapelable”.
Quien se expresó en contra de que sea una encuesta interna la que valide la designación de la Corcholata para el 2024 fue el senador Ricardo Monreal, quien advirtió que si la encuesta es la que lleva a cabo el partido no participará, con lo que dejó entrever que no solo existen dudas sobre la veracidad y transparencia, sino que puso sobre la mesa las inconformidades mostradas por militantes guindas que se vieron con encuestas calificadas de ser una “farsa”, al hacer participar a la militancia en dichas consultas cuando de antemano ya se tiene por designado quien será el candidato.
ANTECEDENTE.
Una de las que denunció la farsa de estas encuestas fue la diputada federal Claudia Yáñez Centeno, quien en diciembre de 2020 acusó que “la consulta la hicieron sólo para darle visos de democrática pero resultó ser una farsa”, destacó en una carta en la que también anunció su renuncia al partido y donde subrayó que hay “intereses oscuros y acuerdos cupulares” en el proceso interno del partido para elegir a sus candidatos para la elección de 2021 cuando se renovaron algunas gubernaturas. En esa consulta Índira Vizcaíno, exdelegada del Gobierno Federal en la entidad y diputada con licencia, fue designada candidata el 21 de diciembre de ese año.
Otra denuncia más contra las consultas “patito” la presentó el senador Cruz Pérez Cuéllar, quien se registró para contender por la candidatura a la gubernatura de Chihuahua, pero impugnó ante el Tribunal Electoral del Estado de Chihuahua el resultado, ya que a pesar de llevar las preferencias se designó el 20 de diciembre de 2020 candidato a Juan Carlos Loera.
En la misma línea de inconformidad se expresó la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, quien contendía para ser la abanderada del partido por la gubernatura de Tlaxcala, pero el 14 de diciembre de 2020, la dirigencia nacional de Morena anuncia a Lorena Cuéllar Cisneros como la designada, cuando las preferencias del partido no la consideraban. “No sabemos qué metodología se aplicó, ni qué municipios se sondearon, mucho menos su resultado, por esa razón demandamos que se reponga el procedimiento, estamos aún a tiempo, y de no hacerlo es que recurrieron al ‘dedazo’” que mancha el proceso, denunció la legisladora, quien fue ignorada en su reclamo.
Quien también acusó la “farsa” de estas encuestas fue la senadora Susana Harp Iturribaría, quien competía por ser la abanderada de Morena para la gubernatura de Oaxaca junto a Salomón Jara, quien al final fue el elegido, pero su designación desató inconformidad por el método que se aplicó y al no quedar claras las cifras ni los municipios donde se llevó a cabo la consulta.
En el caso del candidato para Durango, también la designación provocó molestia del senador José Ramón Enríquez, quien buscaba la candidatura y quien arremetió contra el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, al que acusó de ser el orquestador de la simulación en las encuestas “patito” dentro del partido.
José Ramón Enríquez era el mejor posicionado en los sondeos que realizó el partido, sin embargo, su postulación fue desechada al argumentar la dirigencia nacional que se aplicaba el criterio de paridad de género, por lo que fue designada la diputada Marina Vitela Rodríguez, elección que la militancia calificó de “dedazo” y la encuesta de “farsa”.
RECLAMOS
En Quintana Roo, la aspirante Marybel Villegas Canché reprobó el proceso fraudulento que avaló Mario Delgado para la elección de la candidatura para la gubernatura, y lo calificó de descarada imposición al ser designada como la mejor posicionada Mara Lezama Espinosa, quien no contaba con el apoyo suficiente pero fue la elegida. Marybel Villegas aseguró que esta designación sólo significa la continuidad del mal gobierno y el fraude que se aplica con estas encuestas.
En la designación del candidato de Morena en Zacatecas, los aspirantes José Narro Céspedes y David Monreal compitieron por esa distinción. El primero que no fue favorecido con la consulta y acusó de manipulación la consulta al partido de haber usado el padrón de la Secretaría de Bienestar y de que la delegación que se encargó del proceso estuvo en manos de parientes de Monreal, lo que a todas luces apunta a que se trató de una consulta fraudulenta.
Uno de los escándalos más sonados que arrojaron estas polémicas encuestas de Morena la protagonizó el exsubsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, quien dejó el partido por ser víctima de una encuesta amañada.
MEJIA BERDEJA
Mejía Berdeja se inconformó por los resultados de la encuesta en la que él tenía la preferencia de la militancia, pero al final y sin presentarse pruebas que validaran la consulta, el dirigente nacional de los guindas, Mario Delgado, anunció como el candidato del partido para la gubernatura a Armando Guadiana. El exsubsecretario de Seguridad Pública aseguró que seguiría en su cargo, pero un par de días después de ser marginado por Morena, el Partido del Trabajo (PT) lo anunció como su candidato a la gubernatura, lo que le cayó como balde de agua helada al populista presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con este antecedente con tintes antidemocráticos y sin transparencia, el senador Ricardo Monreal puso en duda la objetividad del proceso interno con las encuestas como método, y cuestionó los excesos y “cargadas” rumbo al 2024, por lo que advirtió que la encuesta que ha insistido el presidente López Obrador para definir al abanderado presidencial si la realiza el partido no participará, pues no se prestará a una manipulación, por lo que alertó que si se desbordan las pasiones para designar al presidenciable de Morena y las inconformidades se desbordan se pone en riesgo el triunfo en los comicios del próximo año.