Carteles quieren controlar centros de venta escolar, amagan a sacerdotes que son blanco para pruebas de nuevos capos; colectivos de buscadores piden al narco entrar a su “territorio” para rastrear restos de parientes desaparecidos
Desde el 1 de octubre de 2022 cuando asumió la gubernatura de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya prometió tener control y seguridad en zonas consideradas focos rojos en la entidad y que son feudos del crimen organizado. No se ha cumplido un año de la actual administración estatal y hasta la fecha y no sólo ha incumplido su promesa, al contrario, cárteles de la droga han extendido su territorio, al grado que cooperativas escolares que están bajo resguardo de padres de familia son objetivo de extorsiones; y que decir de las Iglesias, donde el cobro de piso es delito cotidiano.
La presencia del crimen organizado en Tamaulipas no es nueva, ya que durante la administración del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca no había día en el que no se hablara de narco-bloqueos, enfrentamientos entre grupos del crimen organizado a cualquier hora en la entidad, así como extorsiones a empresas para no afectar sus instalaciones o secuestrar a sus empleados en autobuses llenos de personal, pero en la corta administración del actual mandatario estatal, Américo Villarreal la situación ha tomado niveles de alarma, donde carteles de la droga como el Cártel del Golfo, Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa ya se pasean por municipios de la entidad cometiendo delitos sin que las autoridades intervengan o soliciten ayuda de la Federación.
COLEGIOS
Denuncias de organizaciones de padres de familia en municipios como Reynosa, Ciudad Madero y Matamoros denuncian que han solicitado ayuda de las autoridades para que haya una mayor presencia de las Fuerzas Armadas, Ejército, Marina y Guardia Nacional, ante las extorsiones de que han sido blanco las familias que tienen a su cargo las cooperativas escolares.
Sin saber cómo o quién filtra la información a los grupos criminales, los padres de familia acusan que desde que comenzó el ciclo escolar comenzaron a llegar amenazas contra los padres de familia y maestros de distintas escuelas, para entregar lo de las ventas diarias en las cooperativas escolares o habrá represalias contra maestros y encargado de estos centros de venta escolar.
En el caso particular del municipio de Reynosa, en un mes aproximadamente se ha detectado la presencia de hombres armados que llegan en camionetas y otros en motocicletas en 30 escuelas de primaria y secundaria donde entregan un papel con una amenaza o uno de los capos se dirige a los encargados de la cooperativa a quienes les indican que a partir de ese momento ellos toman el control del centro de venta escolar.
Un elemento de la Policía Ministerial del estado y que pidió el anonimato, señaló que en lo varios operativos tan solo en Reynosa fueron detenidas algunas personas allegadas a grupos criminales que fueron enviadas para tomar el control de las cooperativas, por lo que ya se investiga en que otros municipios de Tamaulipas se ha extendido este delito.
En el municipio de San Fernando la presencia de grupos del crimen organizado que se disputan la plaza han ocasionado que padres de familia hayan dejado de enviar a sus hijos a la escuela o las propias autoridades educativas han optado por suspender las clases como medida de seguridad para alumnos y docentes.
El pasado 1 de mayo, un enfrentamiento entre hombres armados en Matamoros obligó a autoridades educativas a enviar mensajes por llamadas telefónicas, mensajes de WhatsApp o por las redes sociales a padres de familia y alumnos desde nivel primaria, secundaria y bachillerato, para que no acudieran a clases hasta nuevo aviso, debido a enfrentamientos armados.
Uno de estos mensajes de alerta derivó luego de que por este enfrentamiento, un autobús escolar fue tomado con todo y niños para ser usado para bloquear una vialidad en el municipio. Los menores fueron bajados del autobús junto con el chofer y dejados a su suerte en medio de fuego cruzado entre grupos criminales.
LA PRUEBA DE NUEVOS NARCOS
Además de las escuelas los templos religiosos se han convertido también en parte de la “caja chica” del crimen organizado, lo que a pesar de los llamados de auxilio a los gobiernos Federal estatal y municipal no hay respuestas y el acoso y extorsione a este sector de la sociedad sigue en aumento.
La Arquidiócesis en Tamaulipas ha denunciado que ya no sólo es el cobro de piso del que son blanco los religiosos en la entidad, sino que ahora secuestran a sacerdotes para que los narcos que entran a los distintos grupos criminales mutilen a religioso e incluso llegan a asesinarlos para demostrar que merecen estar con estos criminales.
Comunidades religiosas refieren que a los religiosos que se han negado a pagar las extorsiones los golpean, los desnudan y torturan.
De acuerdo con la Arquidiócesis Primada de México, además de Tamaulipas, los estados de Nuevo León , Guerrero y Oaxacase han convertido en la “tierra caliente” de los sacerdotes, quienes son hostigados, amenazados, violentados y hasta levantados por grupos armados, por su activismo con las familias a las que instan a denunciar los delitos de grupos criminales.
PERMISO AL CÁRTEL
Otras de las acciones que pone en evidencia que la autoridad del gobernador Américo Villarreal no existe en Tamaulipas es el control que tienen grupos del crimen organizado, al grado de que por autorización de ellos es que se permiten acciones de promoción o búsqueda de colectivos de activistas en la entidad.
En agosto del 2022 colectivos de buscadores de personas desaparecidas pidieron permiso al crimen organizado para entrar a su “territorio” y buscar en el llamado campo de exterminio “La Bartolina”, en Matamoros, los restos de sus familiares desaparecidos desde hace años. Las familias buscadoras agradecieron al cártel que controla la zona se les haya permitido el ingreso y las búsquedas y que hayan sido respetadas sus vidas.
Mientras este tipo de situaciones acontecen cada día en Tamaulipas, el gobernador Villarreal Anaya simula desde su escritorio que trabaja por los tamaulipecos, cuando la realidad es que hay un gobierno fallido y sin control.