En contra de cuanto muchos dicen, México es un país sencillo de comprender. Es la patria de los mitos.
Todo se convierte en ícono, todo se vuelve conseja, tradición urbana, leyenda asimilada y aceptada universalmente.
Palabras sin sentido cuyo sentido se logra por la repetición incesante de las cosas. País de arraigos mitológicos, de imaginerías, de verbalizaciones huecas; máscaras al fin, simulaciones.
Así canonizamos a los herejes y maldecimos a los santos, según venga el viento de la conveniencia.
Así se cae el sistema y se practica el “fraude patriótico”; así se hace la leyenda de un luchador social devenido en candidato triunfador despojado de la victoria; así se insertan en la agenda nacional las cuotas de género, los “derechos sociales”; las libertades ciudadanas, los paseos ciclistas o la recuperación de los espacios públicos. Frases, frases.
Primero la frase, después su contenido.
Por eso nos repugnan (o le repugnan a los políticamente correctos) las palabras directas, las definiciones exactas, la voz cuyo tono llama pan al pan y vino al vino. Pero a veces es refrescante la claridad. Y este es un ejemplo.
Hace unos días en MVS, el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se refirió en una amplia entrevista con Alejandro Cacho a la desaforada propaganda personal de Andrés López (ex PRI; ex PRD) y dijo algunas cosas dignas de análisis. Por ejemplo, si este hombre (cuya propia historia parece serle desconocida) tuvo además de problemas cardíacos, principios de Alzheimer. No recuerda ni sus acciones. Estas son algunas de las ideas de esa entrevista. No hay desperdicio:
“…En el 2006, este señor, el dueño de este partido político, el dueño de Morena, se quejaba de que no había sido equitativa la contienda de 2006 y que por eso le había ganado Felipe Calderón.
“En el momento en el que él hace un plantón en Reforma –nada más hay que regresar la memoria– que genera una crisis en esta ciudad, –que le gana una gran animadversión, pero parece que puede llegar a afectar la gobernabilidad desde el principio– como ellos querían, como PRD y ahora Morena, que se generara esa crisis constitucional para que Felipe Calderón no pudiera protestar como Presidente de la República en el Congreso y a partir de eso, el quiebre con todas las instituciones, fue que se llevó a cabo esta ley para buscar que las próximas contiendas fueran más equitativas.
“Ese es el espíritu de la ley, y hoy él viene a pervertir el espíritu de la ley, con sus mentiras y sus farsas diciendo que lo queremos borrar del panorama.
“El señor lleva más de 400 o 500 mil spots en donde ha estado, ¿pues quién lo quisiera borrar de los 400 o 500 mil spots? No dice que es su partido político, lo utiliza para su persona y otra vez vuelve inequitativa la contienda. Solamente que recupere un poco la memoria.
“Yo sé que ya tuvo un problema en el corazón, pero yo no sabía que tenía Alzheimer, y no recordaba que lo equitativo de la contienda o inequitativo de la contienda que él denunció en el 2006, fue lo que propició esta ley para darle tiempo a los partidos políticos en condiciones de equidad, para evitar una nueva crisis como la que él estaba haciendo en el 2006.
–Entonces, ¿estamos ante un problema sin remedio?
–No. Si te refieres a él, yo creo que sí, no tiene remedio. Pero el país y las leyes sí tienen remedio, para eso están los ajustes de carácter legal.
–¿Ustedes van a considerar esto como actos anticipados de campaña?
–Podríamos hacerlo, pero en la ley queda un hueco –por eso se le llama una trampa a la ley– cuando se tiene que interpretar, como lo dice la Constitución, que esos tiempos que se les dan a los partidos políticos son para que difundan sus programas, sus idearios, sus proyectos; no para que difundan –así lo dice la Constitución– a las personalidades o las personas, o quieran hacerlas conocidas.
“Ahí hay un fraude a la ley, ese es el punto por el cual nosotros decimos que debemos de perfeccionarla y estamos invitando a los demás partidos políticos a que lo acepten.
De lo contrario, tendríamos un 2018 con una contienda inequitativa en donde alguien habrá llegado por tres años de haber utilizado esa ley para promover su figura, frente a los candidatos de los partidos políticos que respetaron esa legislación y presentan a su candidato formal.
“Eso lo hace inequitativo, tramposo, y él lo sabe, pero no lo quiere aceptar, ¿por qué? Porque es un hombre que tiene un síndrome de la negación”.
–¿Yo?; no cómo creen.