La diputada Patricia Armendáriz, acostumbrada a la buena vida y los lujos que no comulgan con la austeridad de la 4T, busca ser la abandera de la 4T, aunque sus escándalos hablen más que su inadvertidos logros; el Director del IMSS, Zoé Robledo, descendiente de políticos, se perfila como una de las cartas fuertes; el maestro en derecho y recién nombrado presidente de la Jucopo, Eduardo Ramírez, va por la revancha y espera que ahora sí lo apoyen la militancia y cúpula del partido guinda

Aún no comienzan los tiempos electorales rumbo al 2024 y en las filas de Morena tres potenciales candidatos a la gubernatura de Chiapas ya levantaron la mano; advierten que cuando se anuncie la convocatoria renunciarán a sus cargos para organizar sus precampañas. Los personajes en esta contienda interna del partido guinda van desde la diputada empresaria y clasista, Patricia Armendáriz Guerra, quien además de ser una militante “chapulin”, antepone sus lujos y buena vida antes que comulgar con las políticas de austeridad; otro aspirante es el politólogo Zoé Robledo Aburto, actual Director del IMSS, con raíces perredistas pero quien se ha ganado la confianza del máximo líder de Morena; y finalmente, el abogado, maestro en Derecho y recién nombrado presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado (Jucopo), Eduardo Ramírez Aguilar, quien va por la revancha y ahora sí confía en ser candidato al gobierno chiapaneco.

Aunque desde Palacio Nacional ya les dieron el banderazo de salida para las precampañas aunque incurran en violaciones a la Ley Electoral, estos tres aspirantes a la gubernatura chiapaneca, prefieren esperar para no ser opacados por el peregrinar de las seis “corcholatas” de la 4T que ya iniciaron la búsqueda del apoyo de la militancia para la candidatura presidencial.

PATRICIA ARMENDÁRIZ

«¿De dónde sacan que en la 4T tenemos que vivir a tortilla y frijoles?», con estas palabras la diputada empresaria de Morena mandó un mensaje a la militancia guinda y a los ciudadanos que cada día escuchan al populista mandatario Andrés Manuel López Obrador aplicar la austeridad para darle a los más pobres, algo que esta legisladora no está dispuesta a aplicar, pues su vida de lujos y comodidad están antes que comulgar con los ideales amlistas.

Con origen priista, Patricia Armendáriz fue asistente de Pedro Aspe cuando éste fue Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Durante esa etapa la actual diputada morenista estuvo en la vicepresidencia de la Comisión Nacional Bancaria y de la Valores (CNBV), y se le señala y recuerda por estar entre los responsables de la crisis económica que vivió el país en 1994.

Después de varios años como funcionaria pública con el PRI, Patricia Armendáriz volteó en busca de un mejor postor y en 2009 renunció al priismo para enfundarse la camiseta albiazul de Acción Nacional, que la postula para una diputación federal. Acostumbrada a buscar nuevos horizontes que la coloquen en los reflectores, la empresaria, que no ha sufrido las carencias que enfrentan ciudadanos de las comunidades más pobres del país, le volteó bandera al panismo y como “chapulín” brincó a Morena, que la postuló en 2021 a una diputación federal.

La legisladora ha demostrado que no comulga con los ideales de la 4T y defiende sus propios ideales, la de los lujos y la buena vida, y para llevar la fiesta en paz con la dirigencia del partido guinda y con el propio López Obrador, ha defendido acciones que con evidencias sobre la mesa ella rechaza y exige más pruebas de las que tiene frente a sus ojos.

Defiende lo indefendible y cuando desde la 4T llaman a apoyar las políticas de austeridad franciscana, ella hace oídos sordos para seguir con su vida de primer mundo, como es el usar zapatos de 50 mil pesos, además de que para quedar bien con el huésped de Palacio Nacional, ella ha salido en defensa del clasismo de José Ramón, el hijo mayor del mandatario, a quien se le ha criticado por la vida lujosa que lleva en Texas, Estados Unidos, lo que es contrario a la austeridad que pregona su padre, quien tampoco la aplica.

La legisladora, como si el hijo del presidente fuera pariente suyo saltó para defenderlo y en una de sus declaraciones en redes sociales publicó: «¿de dónde sacan que en la 4T tenemos que vivir a tortilla y frijoles?», ya que para la legisladora no existe la pobreza.

Esta defensa del vástago del mandatario por parte de Patricia Armendáriz le han valido calificativos de “lambiscona y barbera”, en sus intentos por quedar bien con el presidente.

Otra de las críticas contra la legisladora fue cuando en noviembre del 2021 dijo que el presidente debería ser acreedor al Premio Nobel de la Paz, declaración que desató burlas contra ella por este nuevo intento de querer ser una de las favoritas del mandatario.

La diputada empresaria y fundadora de Financiera Sustentable ha quedado en la mira como uno de los personajes más polémicos de la 4T por defender casos de los que todo apunta ella desconoce, como el desacreditado las denuncias de miles de familias que desde que inició la administración amlista han padecido el desabasto de medicamentos e incluso como evidencia de esta cruda realidad, muchos menores con cáncer han perdido la vida por no tener sus fármacos. «No me dieron ni una sola evidencia» (del desabasto de medicamentos), señaló al hacer a un lado los decesos de estos pequeños y de otras personas que se han visto graves en su salud al no contar con los medicamentos prometidos y que siguen sin llegar.

Patricia Armendáriz es más conocida por sus escándalos que por acciones de las que no hay pruebas que hablen bien de su trabajo. Uno de estos escándalos fue motivo de titulares y difusión en redes sociales el pasado 21 de abril, cuando se filtraron audios en los que se le escucha gritonear y reclamar a indígenas de una comunidad lacandona.

“Sígale creyendo que va a seguir mamando al Gobierno. No les van a dar nada. O me presentan programas de desarrollo para ustedes, o se van a ir a la chingada, se los quiero dejar claro, y ya no quiero saber nada. La próxima reunión o me traen propuestas para su comunidad o no cuenten conmigo, ni vengan, por favor”. Es la tercera reunión que tengo con ustedes, ‘que no, que yo quiero mi propio hotel’, sigan con sus pendejadas. Escudo Jaguar está enfrente de ustedes, me está pidiendo restaurantes, hotel y lanchas como comunidad. Yo no puedo atender a cada familia”, gritó la morenista quien trató de justificar su reprobable comportamiento.

Otro escándalo de la clasista mayor de Morena se registró el 25 de febrero de 2022, cuando en tribuna en San Lázaro reconoció que ella participó en actos de corrupción al recibir “moches” cuando fue funcionaria en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. “El pago en efectivo, mis comisiones eran en efectivo, llenaba yo mis cajones y los mandaba yo a Suiza”, señaló como si se tratara de un chisme de vecindad.

Tras estas declaraciones quiso ocultar su participación en esos delitos, pero ya estaba la mancha sobre su currículum y esto quedará para la historia.

La legisladora empresaria ya se apuntó como aspirante a la candidatura del partido guinda, pero sus escándalos y posición clasista hablan más que sus acciones en pro de la ciudadanía chiapaneca, a la que juró defender y ayudar cuando asumió como diputada federal y nos evidencias que hablen de lo que ha hecho por los ciudadanos.

ZOÉ ROBLEDO

Descendiente de políticos que han contribuido con el crecimiento del estado, el aún titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo es oriundo de Tuxtla Gutiérrez, es hijo de Eduardo Robledo Rincón, exsenador del PRI, exgobernador de Chiapas y exembajador de México en Argentina. Su tío-abuelo Édgar Robledo fue también diputado federal y senador.

Zoé siempre ha estado interesado en la política, inclinado hacia los partidos de izquierda y cercano a las actividades de gobierno, lo que lo llevó a estudiar Ciencia Política en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), ser Maestro en Derecho por la UNAM y estudios de crecimiento económico de la Universidad de Harvard.

A sus 44 años ha logrados colocarse en puestos importantes desde sus inicios como militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 2009, para en el 2010 ser diputado local y del 2012 al 2018 senador de la República. Sin embargo, en 2017 renunció al Sol Azteca para unirse a Morena, y ya con la playera de los guindas en 2019 gana una curul como diputado federal.

López Obrador tras asumir la presidencia en 2018 y realizar algunos cambios en su gabinete convoca a Zoé y lo nombra subsecretario de la Secretaría de Gobernación (Segob), en ese momento con Olga Sánchez Cordero al mando, por lo que pide licencia en San Lázaro.

Su transparente trayectoria lo llevan a escalar un peldaño más en su corta carrera y es designado Director del IMSS, tras la renuncia de Germán Martínez, por lo que asume el cargo en mayo de 2019 a la fecha.

Desde su militancia como perredista, Zoé Robledo ha tenido en la mira buscar la gubernatura de Chiapas, y considera que este es el momento, ya que es uno de los hombres de confianza de López Obrador, uno de los más allegados que hasta ahora no se ha visto envuelto en escándalos, lo que lo pone entre las mejores cartas de la 4T rumbo a las elecciones del 2 de junio del 2024.

EDUARDO RAMÍREZ

“Soy un soldado más al servicio del Estado y así me voy a conducir en este momento, llegado el tiempo, levantaré la mano, me inscribiré y si Dios me lo permite, soy un hombre creyente, de buena fe, estaré ahí para ganar la confianza de los chiapanecos y las chiapanecas”, fueron las palabras que expresó Eduardo Ramírez Aguilar, tras asumir el pasado 16 de junio la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, y confirmar que en cuanto salga la convocatoria de Morena para la elección del candidato a la gubernatura de Chiapas, va “a levantar la mano” y asegura que va a ganar.

Con cinco años como militante de Morena, Eduardo Ramírez no oculta su simpatía por la izquierda, aunque sus orígenes hayan sido como militante del Partido Verde Ecologista de México, grupo político del que defendió sus colores entre 2008 y 2018, siendo en este último año cuando cambia de bandera partidista para sumarse a Morena, no habla mal de su pasado verde y agradece que le hayan encaminado para encontrar su nuevo rumbo en la 4T.

Originario de Comitán de Domínguez y con 46 años, es abogado, maestro en Derecho Constitucional y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Con el PVEM fue presidente municipal de Comitán de Domínguez, diputado local y secretario de gobierno con la ahora “corcholata” invitada de Morena y senador con licencia del Partido Verde, Manuel Velasco Coello.

En 2018 disputó la candidatura a la gubernatura del estado a Rutilio Escandón en la alianza del Partido Verde con Morena, y tras no quedar nominado acusó amaños de la cúpula del partido guinda para dejar al morenista con la bandera de candidato, algo que aún no acepta y señala que hubo “mano negra”.

Como premio de consolación al aceptar su derrota como aspirante a la gubernatura, en septiembre del 2018 fue postulado al Senado postulado por el Verde, pero al considerar que no se le apoyó lo necesario para ser el candidato a la gubernatura en su momento, deja a los ecologistas y como “chapulín” da el brinco para enfundarse la camiseta de los guindas, siendo uno de los hombres de confianza y más allegados al ahora senador con licencia Ricardo Monreal.

Un premio más de Morena por su lealtad al partido y o descobijar a su maestro y ahora “corcholata” de la 4T, en la Cámara Alta le entregan la presidencia de la Jucopo, presidencia que recibe sin chistar, pero el mismo día que toma la protesta a su nueva tarea anuncia que ya espera el banderazo para la convocatoria para los aspirantes a la candidatura por el gobierno de Chiapas, y renunciará s su nuevo cargo, ya que espera que ahora sí el partido y la militancia le apoyen, pues quiere ir por la revancha y ser gobernador de su estado, algo que asegura, ahora sí será la buena.