En medio del desaseo de la investigación por consigna emprendida por la Comisión del caso Iguala –una forma eufónica de llamarle cochinero–, una débil luz se encendió en el camino de la justicia:
“…Una juez federal ordenó suspender, por tiempo indefinido, el procedimiento iniciado contra el exprocurador General de la República, Jesús Murillo Karam, por las irregularidades cometidas durante la integración de la averiguación previa del caso Ayotzinapa.
“La Juez Décimo Sexto de Distrito de Amparo en materia Penal en la Ciudad de México (Proceso) concedió la suspensión definitiva al exprocurador para que, hasta que se dicte sentencia definitiva de amparo, no se dicte auto de apertura a juicio en la causa penal 307/2022 por tortura, desaparición forzada y delitos contra la administración de justicia por la que Murillo Karam permanece sujeto a prisión preventiva justificada”.
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Si bien este procedimiento no se traduce en la inmediata libertad del inculpado, sí expone una posibilidad de justicia, con lo cual se derrumbaría, para usar un verbo afín a la verborrea de Alejandro Encinas; propietario de la “verdad” retórica (en contra de la verdad histórica) por cuya exposición fue encarcelado el ex procurador Murillo Karam, cuya actuación ha sido desvirtuada y políticamente distorsionada en favor de la promesa presidencial de justicia en este caso.
Pero las investigaciones de la mal llamada Comisión de la Verdad, han sido tan torpes, limitadas, tendenciosas y en muchos casos confirmatorias de la versión impugnada, como para chocar contra las murallas de la legalidad en medio de la inconformidad y renuncia, hasta de la fiscalía del caso.
Debemos recordar los límites constitucionales de esta comisión cuya naturaleza la aleja del Ministerio Público. Y si el monopolio de la investigación criminal, actúa de una manera y la fiscalía especializada –Omar Gómez Trejo–, prefiere respaldar una versión de cuya verdad se convenció (hasta como autor de la “otra” verdad”), aún antes de aceptar el cargo, cuando trabajaba para la Organización de Estados Americanos, eso muestra el desquiciamiento de la CV, su poco profesionalismo y su nula institucionalidad.
Es decir, no trabajan para la institución sino para sus propias agendas.
Por eso Gómez Trejo tiró el arpa.
“(CISA). – Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especializada para Investigar y Litigar el Caso Ayotzinapa, renunció a su cargo “por diferencias” según admitió (…) el presidente Andrés Manuel López Obrador, en los procedimientos para aprobar las órdenes de aprehensión que dejaron fuera a 21 personas vinculadas a la desaparición de los 43 normalistas.
“Fuentes federales confirmaron a Diana Lastiri, reportera de esta casa editorial, que Gómez Trejo renunció a su cargo el pasado 15 de septiembre, misma fecha en que, aún en funciones, dirigió un oficio al juez Segundo de Distrito, Enrique Beltrán Santes, en el que le reprocha no haberle notificado de la solicitud que le formuló el agente del Ministerio Público adscrito a su juzgado en la FGR para cancelar 21 de 83 órdenes de aprehensión que ya estaban liberadas desde el 19 de agosto”.
De acuerdo con esta información Gómez Trejo no se retiró del caso por el contenido de las acciones de la FGR, sino por no haber sido notificado de ellas. Eso se llama explosión del ego.
TAMAULIPAS
Convertido en un salón de kermesse, el Senado baila el muñeco de alambre al son de los caprichos de Américo Villarreal quien deshojó la margarita de su impugnado gobierno y le autoriza licencia para ser candidato y luego luego lo admite dizque para protegerlo de una eventualidad penal, y más tarde tras ofrecerle una salida en medio del ridículo y los brincos encima del reglamento, la lógica y la seriedad, lo manda a Ciudad Victoria.
Convertir al Senado en casa de huéspedes, achica la Cámara Alta.
El Senado sirve para regresar después del fracaso en Gobernación o la derrota electoral.
Senado refugio, Senado peor es nada.