Mont

El llamado a la concordia hecho por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, durante el mensaje en el V Informe del gobernador veracruzano, Fidel Herrera, más parecía una capitulación a la reciente beligerancia presidencial, dictada desde Los Pinos, y no una intervención autónoma del responsable de la política interior.

Dijo Gómez Mont:

“Los gobiernos debemos reconocernos como aliados en la tarea conjunta de superar éste (se refería a las inundaciones en el sur del estado) y el resto de los desafíos que la realidad nacional impone, rechazando cualquier tentación de mezquindad. Esto es lo que exige nuestro encargo.

“En este sentido, debe ser la política el mecanismo que facilite los acuerdos, no aquel que los obstruya. Los mexicanos reclaman gobiernos más transparentes y más productivos, exigen una economía más competitiva que ofrezca todas las oportunidades de desarrollo sin solapar privilegios de sectores particulares”.

Dos frases llaman la atención: el rechazo a la tentación mezquina y la oferta de posibilidades de desarrollo “sin solapar privilegios” de sectores particulares.

Si recordamos las varias ocasiones recientes en las cuales el presidente Calderón censuró a los empresarios, primero por evasores fiscales (así, en genérico) y después como los saboteadores de su propuesta fiscal, no necesitaríamos indagar demasiado para determinar cuáles son los “sectores particulares” cuyas privilegiadas condiciones han sido solapadas, encubiertas, alentadas, disimuladas o toleradas desde el poder.

Las condiciones de privilegio difícilmente se solapan. En todo caso se toleran las circunstancias por las cuales se llega a esa circunstancia favorecida. Se solapan los favores; no las condiciones.

Pero más allá de la semántica y en medio de la emergencia, bien valía la oportunidad para externar sin ambages una consideración necesaria tras el barullo de la actitud presidencial como también la reflexión en torno de la naturaleza del poder: puente para facilitar acuerdos y buscar armonía y no para el reiterado ejercicio pugnaz de las funciones de conducción nacional.

Después ha dicho Gómez Mont en un tono halagüeño poco frecuente en los informes a los cuales acude en representación del jefe del Estado:

“Con motivo de este informe, el gobierno de Veracruz ha tenido la oportunidad de marcar un ciclo, de evaluar su desempeño, el cumplimiento de sus objetivos, sus logros, sus retos. El gobierno federal reconoce al gobernador Fidel Herrera Beltrán como un interlocutor eficaz para articular soluciones que ayuden a la gente.

“Hoy, además, participa de un proceso de rendición de cuentas con sustancial acto de democracia y en ese sentido me complace atestiguarlo. Lo felicito, señor gobernador por este año de gobierno”.

En relación con las inundaciones, Herrera informó del saldo blanco a pesar de la gravedad del fenómeno y prometió atender lo necesario para darle al sur del estadio una oportunidad de mejorar a partir de los siniestros.

Posteriormente a esa ceremonia en la cual Herrera entregó al Congreso local, la fiesta política siguió en Boca del Río: los invitados, las “fuerzas vivas”; los sectores y los dirigentes del PRI; los gobernadores surgidos de esas filas y cientos y cientos de empresarios, estudiantes, “colados”; curiosos, artistas y cuanto hay, colmaron el WTC (ahí cerca de donde fue reforzada la maltrecha estatua de Vicente Fox) para escuchar un mensaje del gobernador a quien ya muchos incluyen en la caballada priista, pues nadie tiene ojos para nada como no sean las especulaciones del 2012.

Por eso fue tan significativa para los augures la presencia de Enrique Peña Nieto, de Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes. “Ese poker, dijo un periodista local, no se mata con quintilla”.

En su mensaje Herrera trazó un panorama de éxito económico insólito en el país en los tiempos de la crisis: el crecimiento del Producto Interno Bruto estatal en el periodo 2005 al 2009 será del 17.8 por ciento; en tanto que el Producto Interno Bruto nacional sólo habrá crecido 12.1 por ciento.

“En ninguno de los cinco años —dijo— la economía estatal. Ha dejado de crecer”.

Eso se debe principalmente a la creación de empleos: 450 mil en los últimos años.

SABOR

Una manta afuera del WTC llevaba esta leyenda: “Veracruz, un gobierno con rumbo y con rumba”.

PRESUPUESTO

Pocos querían estar ayer en los zapatos de Luis Videgaray, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Sometido a presiones provenientes de todas partes, solamente llevaba una certeza en el bolsillo: todas las decisiones llevan al camino de la inconformidad.

En cuestiones de dinero nadie queda nunca satisfecho, todos quieren más. Cualquier cosa lo llevaría a quedar mal con medio mundo por esa simple razón.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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