La profusión de resultados a boca de urna, promovidos y divulgados por cada uno de los partidos contendientes en la jornada electoral del “michoacanazo” no permite sino suponer serios conflictos post electorales, lo cual. Ya viene siendo una constante en la insipiente (y en este caso va con “s”) democracia mexicana.
En el nombre de la limpieza electoral las casas de encuestas, verdaderos alcahuetes alquilados para decir cuanto a su cliente conviene, enturbian el panorama con la contundencia de sus “exit-poll” y sus conteos rápidos aun antes de hacerlos con la seriedad, del caso.
Esta es una democracia pródiga en desvió de dinero estatal o federal en favor de uno u otro candidatos; es un juego desvirtuado por la presencia de otros gobernantes en las plazas en disputa; es un escenario de fortalecimiento interno de los candidatos de los contendientes para otras posiciones y es, a fin de cuentas, un cachondeo donde danzan los millones y cada vez se expresa menos la inducida, manipulada o comprada voluntad popular, si eso existiera.
Si ya se restringió el mercado de ilusiones representado por la propaganda electoral (en buena hora) ya viene siendo tiempo de poner límite a la actuación de las casas encuestadoras, verdaderos vendedores de espejitos para la más bella de todas las madrastras: la mentira sobre los resultados electorales.
No es lo mismo equivocarse en el análisis de las preferencias un mes antes, a marrar abiertamente en la canción de la victoria, como de hecho se han equivocado dos candidatos con todo y sus preguntones.
Ayer al cuarto para las ocho, antes de comenzar el PREP (cuyo funcionamiento les cuesta a los contribuyentes tanto dinero), ya los mercaderes de la consulta dispersaban versiones suficientes para envalentonar a los dos gallos y la gallina.
–Yo gané cacaraqueaban los tres. Y eso no es posible. Nomás uno ganó.
IFE
No sabemos si el emblema del Partido Revolucionario Institucional en la pernera izquierda del pantaloncillo negro de Juan Manuel Márquez en su brillante pelea del sábado en Las Vegas haya movido a los jueces al despojo de su indudable victoria, pero quienes hurgan en las vísceras de los pájaros muertos o consultan los hechos sin aparente significado, podrán hallar en el robo del siglo (al menos en el box) un indicio de cómo se podrían comportar las autoridades electorales con tal de abatir al PRI en futuras elecciones.
Por lo pronto ya hay quien propone a Robert Hoyle, Glen Trowbridge y Dave Moretti, los jueces del mencionado atraco, para ocupar los sitios vacantes de los tres consejeros en el Instituto Federal Electoral. Por lo pronto ya cumplen con el requisito más importante: actúan por dinero.
Pero sea como sea, el anuncio en el box no es, ni con mucho, la primera ocasión de aprovechamiento deportivo para fines de propaganda política.
Hace dos temporadas, por ejemplo, Mario López Valdéz, quien actualmente gobierna en Sinaloa (es un decir) gracias a una conversión y a una coalición, compró el anuncio virtual detrás del “home” en una Serie Mundial y colocó ahí su logotipo político-empresarial; la palabra Malova en cuyo diseño la “o” es sustituida por un corazón rojo, tal y como hizo Milton Glaser en 1975, con el famosísimo “I love NY” en el cual la palabra “Love” fue sustituida por un símbolo amoroso.
Pero en ejemplos más cercanos a la vida mexicana, no debemos olvidar cómo Plutarco Elías Calles en medio de la guerra cristera, aprovechaba la fama de Juan Silveti (“El meco”) en cuya muleta se había rotulado con letras blancas: “Viva Calles”. No se trata en ese caso de un asunto deportivo, pues la fiesta de toros no es un deporte, pero sí de un espectáculo masivo.
BELLAS ARTES ORIENTE
A estas alturas ya resulta imposible saber cuánto dinero tiró este gobierno en la fracasada “remodelación” del Palacio de las Bellas Artes, pero siquiera debieron haber ofrecido a sus vigilantes un pequeño curso de comprensión sobre la naturaleza del lugar donde trabajan.
Ayer en la Sala Ponce hasta personas muy cercanas a Consuelo Sáizar, la Directora General del Conaculta y Stascia de la Garza; directora de Literatura del propio INBA, fueron maltratadas por los porteros quienes con actitudes de custodio del reclusorio norte trataban a los amigos y asistentes al homenaje a Cristina Pacheco como si fueran pasajeros de Microbús.
Uno de los amigos de Cristina los encaró a la salida de la terraza oriental donde fue ofrecido un coctel y a gritos logró lo imposible: salir a la calle cuando él quería y no cuando los custodios del Reclusorio de las Bellas Artes se lo quisieran permitir. No querían entender la diferencia entre un museo y una crujía; una sala y un apando.
Puertas cerradas, cordones, guaruras mal encarados a cada paso.
¿Así entiende el panismo la divulgación cultural? ¿No pueden comportarse de otro modo dentro de un museo? Vayan al “Sumaya”, a ver si aprenden algo. Si así actúa el INBA de la señora Vicencio en algo tan simple, resulta muy fácil comprender todo lo demás, incluyendo el robo en despoblado de su restauración fallida.