Obviamente las trapacerías del futbol profesional en México, en cuya organización los equipos descienden pero permanecen y los manejos de jugadores son tan sucios como un mercado de esclavos (Hugo Sánchez dixit) siempre sometidos al otro imperio, el de las cadenas de televisión nacionales y foráneas, no tiene relación ninguna con los hechos recientes cuya desembocadura llegó al puerto feliz de la captura del zeta mayor, pero como se trata (el deporte) de una droga de consumo popular, su destino es a veces motivo de intervención política.
Hace unos días el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, tuvo un encuentro en Los Pinos con un grupo de futbolistas comandados por el propietario de equipo tijuanense de canina y prehispánica inspiración, los “Xoloitzcuintles” a quienes en fácil juego de palabras fronterizas se les conoce como los “Xolos”, por no decirles los “cholos”.
Haciendo de lado las condiciones políticas y las posibilidades de ganancia electoral de Jorge Hank, quien pudo haber aprovechado su condición de víctima atropellada por el calderonismo persecutor y la tibieza y debilidad crónicas del candidato derrotado (quizá nada más eso se quería como ocurrió con Margarita Ortega hace ya muchos años), el presidente incursionó en la política deportiva precisamente cuando el entrenador del equipo, José Manuel de la Torre, naufragaba víctima del oleaje ciclónico de las redes sociales desde las cuales se pedía su cabeza.
En esa reunión (26 de julio) el presidente Peña dijo:
“Quiero decirles que aquí, hace un momento, se comentaba, efectivamente el futbol es, sin duda, el deporte nacional. Es el deporte que no sólo une e identifica a millones de mexicanos, en afición y en la práctica del deporte, sino que une al mundo…Por eso, estamos seguramente hoy los mexicanos, muy animados y muy esperanzados, que no obstante los momentos difíciles que ha enfrentado nuestra Selección Nacional en las últimas semanas, meses, confiamos plenamente…
“…Y aquí yo quiero convocar a que le demos un voto de confianza a la Selección Nacional, que nos la juguemos con México, que tengamos plena confianza en México…. Les damos ese voto de confianza… El Presidente de México se la juega con la Selección Nacional, confía en la Selección Nacional”.
Al salir de la reunión el simplismo analístico dijo: ¡ya se salvó el “Chepo”! Y sí, se salvó. Por esas palabras o no, pero con esas palabras.
Días después, apenas el lunes anterior, hubo una reunión en la casa de Justino Compeán, el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, quien sostuvo ahí mismo una de las llamadas “juntas de dueños”. Y contra viento y marea sostuvo al “Chepo”.
Así lo relata la prensa:
“La reunión de presidentes que tuvo lugar ayer en la casa de Justino Compeán, vivió un momento de tensión, cuando a media sesión, el presidente de la FMF hizo ingresar al técnico José Manuel de la Torre, según reveló una fuente consultada por CANCHA. De acuerdo a la versión, Andrés Fassi, directivo de Pachuca, encaró al técnico y le dijo que no quería que siguiera, que por su bien y por el del futbol mexicano debía hacerse a un lado porque estaba convencido de que no iba a poder sacar adelante la situación, además de que le reprochó que no volteara a ver a los naturalizados, refiriéndose en la sala de manera concreta a Christian Giménez y a Lucas Lobos.
“De la Torre habría tomado entonces la palabra para pedir la oportunidad de seguir. El técnico prometió poner más énfasis para convencer a los jugadores, trabajar mucho y aseguró que «voy a tomar determinaciones».
Pero el menú en la cena de negros ya se había decidido: si hasta el presidente le había dado su confianza a la selección, a pesar de los malos resultados, eso significaba el respaldo a quien maneja el barco: Justino. Y si el favorecido los llevó a su casa y fueron al terreno de su dominio (nunca mejor dicho) eso significaba de antemano admitir su palabra, así haya habido una pataleta por aquí y un berrinchito por allá.
La única, real y vigente dictadura perfecta en México, es la del futbol y la Federación. ¡Ah! Y el verdadero dueño de la Femexfut.
Y si a esta columna se le permite un pronóstico “doy mocho”, los seleccionados y sus jefes de pantalón largo van a clasificar, van a ir a Río y van a hacer el oso de todos los campeonatos.
Pero la venta por TV de sus partidos, será altamente gananciosa para los dueños. Y de eso se trata.