En verdad ya casi no quedan ropajes para rasgar. Rompemos nuestras vestiduras cada y cuando los extraños nos recuerdan la triste condición de la violencia en México y de la mano con malabaristas de la estadística salimos a decir esto y aquello como si en arte de saltimbanquis de la palabrería pudiéremos hallar el consuelo de tantas y tantas víctimas del crimen, la muerte y la ráfaga.
Pero frente a las relativas verdades de comparar número de habitantes con casos de crimen, se alzan los hechos inclementes. Los sucesos recientes de Veracruz son para causar repugnancia y vergüenza. Y la bravata de Miguel Ángel Yunes es para para risa.
Bestias, cobardes, asesinos, les ha dicho a quienes hacen del crimen bestial su labor cotidiana. Sí, son matones; por eso matan. Sí, son asesinos, por eso aniquilan. ¿Y después de la condena verbal veremos los procesos judiciales contra ellos? ¿O todo se va a quedar en la indagación de una cuenta de Instagram.
Hábil para el manejo de los medios, con una mano en el teléfono y la otra en la cámara, Yunes combate el delito con el poder de la palabra. Es una pena, ya no le puede echar la culpa de todo al gordito lava pisos de la prisión guatemalteca (de “rey del mundo” a esclavo de la fajina) . Ese expediente ya no rinde frutos. Xavier Duarte ya es un cartucho quemado, refundido en la prisión.
Pero los hechos de Veracruz en este fin de semana son atroces y se resumen de esta manera:
“(A.P.).- Tres policías federales fueron asesinados este sábado en Veracruz, entre ellos el coordinador estatal de la Policía Federal, Camilo Castagné, en una violenta jornada en la que también fue asesinada una familia de seis personas, entre ellos cuatro niños, informó el gobernador.
“La delincuencia organizada ha provocado un grave problema de violencia en Veracruz. El día de hoy, cometieron una barbaridad terrible”, reconoció el gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes, en un mensaje difundido en redes sociales.
“Un comandante de la Policía Federal y dos de sus agentes fueron ultimados en la ciudad de Cardel, en el municipio La Antigua, mientras que en el municipio de Coatzacoalcos “cuatro niños y dos adultos” fueron asesinados, dijo Yunes.
“Una fuente de la policía local dijo a AFP bajo el anonimato que los uniformados “fueron baleados cuando se encontraban comiendo en un restaurante sobre la carretera”, cerca de las 17:00 horas.
“En tanto, una fuente de la Marina dijo a AFP que los asesinatos en Coatzacoalcos ocurrieron casi a la misma hora, y que los muertos pertenecían a una misma familia.
“Los sicarios que masacraron a esta familia “emplearon armas con silenciadores para no llamar la atención”, dijo la fuente bajo anonimato, por no estar autorizado a revelar información a la prensa.
“Este mismo sábado, dos mujeres fueron asesinadas en el municipio de Orizaba.
“Sobre los responsables de estas muertes, el gobernador Yunes dijo:
“Nos estamos enfrentando a bestias, a cobardes, a viles, a personas que son capaces de asesinar a niños (…)
“No vamos a permitir que la delincuencia organizada mande en Veracruz”.
“Veracruz, uno de los estados más violentos del país, es escenario de sangrientas disputas entre los cárteles Los Zetas y Jalisco Nueva Generación, quienes además de traficar drogas hacia Estados Unidos se dedican al secuestro y extorsión de habitantes y migrantes, así como al robo de combustible”.
No deja de ser un alivio tanta precisión en el diagnóstico de las circunstancias. De veras, es muy reconfortante saber sobre las disputas entre los Zetas y el Cártel de la Nueva Generación; es harto conveniente enterarse de la certeza con la cual el gobierno (al menos el estatal), conoce el asunto del robo de combustibles y la extorsión a los migrantes y algunos ciudadanos; es sorprendente su claridad para saberlo todo.
¿Y si todos lo sabemos todo; por qué no lo evitan quienes lo deben evitar?
También es altamente satisfactoria esta certeza del gobernador Yunes quien les advierte a los criminales cómo no les va a permitir mandar en Veracruz. ¿Ya lo oyeron?; Yunes no se los va a permitir y ya pueden comenzar a temblar de miedo ante tal determinación.
“No vamos a permitir que la delincuencia organizada mande en Veracruz”, les ha dicho con la misma entereza de Napoleón les dijo a sus tropas en Austerlitz, cuando dijo; ¡ya chingamos! Bueno, si no dijo, lo debe haber pensado.
Y ellos han respondido,
–¡Ay!, mi “gober”, nos lo hubiera dicho antes de comenzar este matadero, nos hubiera dicho antes cómo nos lo acaba de prohibir, cómo nos anticipa el advenimiento del orden, de la justicia. Siquiera lo hubiera dicho la semana pasada:
–“Pero ahí pa´lotra…”