Es esta una relatoría en torno a una imagen. Es de monsieur Corcholata Adán, pero podría ser de cualquiera de sus contrincantes. El exsecretario de Gobernación tuvo un paso incierto por Bucareli; finalmente AMLO no necesita secretarios, en su mente él mismo está en contacto permanente con el pueblo, así que un operador político está de más (incluso es indeseable tenerlo porque lo asemejaría al pasado que trata de combatir).
Adán y su equipo colocan estas pegatinas (ver imagen bajo estas lineas) en la Ciudad, sin aclarar que son ellos los autores del cartel. Adán está asesorado por un grupo de chavales que bien podrían ser sus nietos y para ellos, como para gran parte de su generación, todo radica insertar un mensaje en la cabeza de la audiencia y que ésta anide como un virus y se propague así, injertandose en el núcleo de las neuronas con su idea prefabricada: «Adán Augusto es el más cercano a López Obrador».
Claro, en ese submundo donde de verdad creen que un populista como López Obrador significa algo más que un episodio de rabia colectiva contra el mundo establecido, profundamente imbécil en sí mismo como todas las rabietas, es posible que ese «Adán es el más cercano a López Obrador» lo diga todo.
Por si las dudas, el cartel habla de Claudia como «La más radical» y de Marcelo como «el más cercano a los empresarios».
La apuesta es clara (y lo es en todos los candidatos a la candidatura presidencial de Morena): hay que apostarle a que la imbecilidad se prolongará.
Y sí, puede que sea una buena apuesta.