Ni siquiera los más avezados observadores de la vida política nacional, podrían haber predicho la explosiva sorpresa de la postura político ideológica de Claudia Sheinbaum (esa señora le decía Marcelo Ausente Ebrard) en la pletórica, eufórica y retórica protesta como candidata meteórica del Movimiento Nacional de Regeneración Nacional a la presidencia republicana, por parte de la coalición de quienes juntos quieren seguir haciendo historia (la parte ya cumplida necesita continuación), sin saber cómo la historia se hace prácticamente ella sola, suceda cuanto ocurra, no importa el sentido, la orientación o el discurso; la historia se registra, se queda y se hace (Hernán Cortés hizo historia, por ejemplo, aunque le birlen su mar Bermejo), pero esa es otra discusión muy distante de este novedoso conjunto de planteamientos cuya originalidad ha merecido la atención de los medios de aquí y de allá, porque dígame usted si no es para irse de espaldas ese inspirado planteamiento en el cual se le confiere al señor López Obrador el sitio más alto en el podio de los vencedores en el registro del concurso presidencial habido y por haber; porque es el mejor, el más grande, el excelso y el supremo de todos nuestros estadistas, ejecutivos, soberanos o presidentes, eje y ojo de la patria y suma de virtudes éticas, teóricas, económicas y hasta humanísticas, pero mejor leamos a la prensa extranjera, por ejemplo, el periódico “El país” tantas veces descalificado por nuestro señor presidente:
“…En un mítin este domingo, Claudia Sheinbaum se registró como la única candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, conformada por el partido oficialista, Morena, y sus aliados el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia de la República en 2024.
“En su discurso, la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México aseguró que los proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador seguirán avanzando para construir lo que llamó “el segundo piso de la Cuarta Transformación” (como cuando AM le encargó supervisar los segundos pisos de Periférico en el extinto DF transformado en CDMX).
“…Hemos demostrado que el modelo republicano de austeridad y economía moral (título de un librito de su jefe) es viable, brinda resultados y tiene un alto sentido humanista”, dijo Sheinbaum, ante un grupo de seguidores que coreaban de fondo “¡presidenta!
“Para evitar ser sancionada por el Instituto Nacional Electoral (INE), el cual no permite todavía las propuestas concretas hasta que sea el inicio oficial de las campañas, Sheinbaum se refirió a “apuntes, visiones estratégicas, sueños” (como si los sueños, visiones estratégicas y apuntes no fueran algo tan concreto como la oratoria onírica al estilo del Dr. King y “i have a dream”). Sigue “El País”:
“…Empezó por prometer que se mantendrá la “austeridad republicana” con disciplina fiscal y financiera. Dijo también que continuará con los programas de ayuda social como pensiones y becas, así como con los grandes proyectos de infraestructura de López Obrador, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec”.
La verdad yo nunca habría soñado escuchar una y otra vez, como hago en “You Tube”, un discurso tan alejado de lo previsible, un esbozo de gobierno tan personal y creativo. Ignorante que es uno, pues.
“…Asumo la precandidatura a la presidencia con orgullo y compromiso, con humildad, pero con la plena responsabilidad de continuar el rumbo trazado por nuestro pueblo, el de la Transformación que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador”, publica el San Diego Union. Yo asumo que asume.
Y otros medios señalan:
“…No va regresar el Estado Mayor Presidencial, ni el avión presidencial, ni los grandes salarios, ni las pensiones a expresidentes, ni los lujos y privilegios de los gobernantes. Mantendremos el principio juarista de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Efectivamente, tanta creatividad no la habría imaginado ni el más ferviente de sus seguidores.
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